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from neleb

Era una mujer de algunos años. No era una nena, tampoco una niña grande que quisiera rellenar sus pechos un poco. No era una anciana, no era una mujer mayor. Se le había hinchado el vientre un par de veces pero no había sido lo más importante que le había ocurrido. Habían pasado tantas cosas. Se sentó en la silla que le ofrecieron, de caño recubierto con plástico, como ese retorcido que tenían los teléfonos fijos. Tenía las manos entrelazadas, la mirada clavada en otro tiempo, momento en que las sillas esas no estaban; las que había eran de madera barata y las habían barnizado, para que parecieran de mejor calidad. Su boca, fruncida, queriendo sellarse como la vergüenza que se le escapaba entre los dedos a pesar del esfuerzo por mantenerlos apretados; su ropa, sudada, la camisa arrugada por la transpiración. Estaba sentada como si estuviera en el banquillo de acusados. El propietario le explicó, serio pero con un tono comprensivo, que la había visto, la había descubierto. Ella había entrado usando la llave que seguía bajo el ladrillo suelto, en el mismo lugar, nadie la había quitado, nadie le había dicho a los nuevos propietarios que estaba ahí, tampoco ella lo hizo. Escuchó cómo le daban la opción de olvidarlo todo a cambio de tres requisitos. Tenía que entregar la llave, le dijeron, aunque nunca se la había llevado, seguía ahí, entre los ladrillos al frente de la casa, como había sido desde siempre. Aquella casa vieja y gastada, minúscula. ¿Por qué alguien querría regresar? Si la que tenía ahora era grande, luminosa, tenía una pieza para cada uno. ¿Para qué volver? Para recorrer los pasillos que no eran, tocar las manchas de humedad tapadas con pintura blanca que se iba a desprender, pisar la baldosa quebrada. Ver cómo se convirtió en algo distinto con los muebles de otro, con una luz que alumbra con otra calidez y otra inclinación. Había tomado la llave, la había calzado en la abertura y la traba cedió. Fue hacia la cocina que era comedor, living, que era taller de costura y escritorio y laboratorio, donde su niño le mostró el primer diente caído, donde lloró cuando se fue el que le había prometido amor eterno cuando todos miraban y ella, vestida de bordados y seda blanca, no había prestado la atención suficiente a los que escondían por detrás las palabras. Fue una casa triste, los estantes atiborrados, las telarañas en las esquinas, pero ella necesitaba volver a pasar, y ver y tocar cómo era que la habitaban ahora que ella también se había ido. La segunda condición era que lo cuente. ¿A quién? A los suyos, le dijeron, a quien pueda ayudarle (o contenerle para que no quiera volver). ¿Para qué regresar a la pobreza? Porque había sido pobre en esas cuatro paredes, con apenas una habitación para todos. Veía que le habían agregado un cuarto que antes había sido un trozo de jardín. Los nuevos propietarios tenían un niño. Ella no pudo contenerse. Había acariciado el marco de la puerta y entrado. La cama tenía sábanas verdes y una acolchado que imitaba la tela de jean. Había juguetes y una cómoda con ropa. Tuvo que esconderse cuando el niño fue a su cuarto, tiró la mochila y el delantal al piso, y salió corriendo afuera. Mi niño hacía lo mismo, pensó, se llevaba la pelota y la hacía picar contra la pared, tal vez en ese mismo lugar que ahora era dormitorio y antes un pedazo de patio de tierra. ¿Con quién lo hablaría? Los que vivían con ella no lo entenderían, como tampoco lo hacía el nuevo propietario. Cómo podría explicarles que una parcelita de ella había quedado anudada por ahí, se le había perdido y necesitaba recuperarla. Pensarían que estaba loca, quizás tuvieran razón. Miró a un costado y reconoció una pequeña grieta en la madera del marco de la ventana, la que daba a la casa del vecino y por eso nunca la abrían. Los nuevos, sí, no les importaba, pero no querían que ella anduviera deambulando por la casa; tenía sentido, quién no lo entendería. Asintió, como mujer de pocas palabras que era. Lo tercero, le dijeron, era que se hiciera ver, que fuera a terapia. ¡Eso le dijeron! Ella volvió a asentir, evitando que la mirada se le pusiera borrosa. Les mostró dónde estaba la llave, suspiró, miró por última vez hacia adentro y se marchó. Los propietarios cambiaron la cerradura al día siguiente, por si acaso. Para su tranquilidad, los vecinos no la volvieron a ver por el barrio. Era una mujer extraña, les habían dicho, pero nunca había sido un problema. ¿Ponemos una cámara? Se lo pensaron pero al final desistieron. Ella volvió a su casa grande y luminosa, con jardín de frente y un patio con la galería cubierta por una enredadera que daba flores blancas en septiembre. Sonreía en silencio, como lo había hecho siempre. Nunca pudo volver a la vieja, la casa de los sueños rotos y era mejor así. ¿O no, mamá?, preguntaban sus hijos a medida que crecían y se marchaban. La visitaban poco, tal como ella lo había pedido. Se me había perdido algo, dijo una vez, por eso volví, tenía que recuperarlo. ¿Qué cosa?, le preguntaron, con la esperanza de al fin poder comprenderlo. Nada, nada, una pavada. Era un trocito de nada, y con los dedos, como si hilvanara una aguja, dibujaba el pedacito de nada en el aire.

Neleb Von Gil

 
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from maleza

Traducido de https://www.fysh.org/~zefram/allism/allism_intro.txt con ayuda de un par de traducctores on-line y revisado manualmente en un rato. Con el tiempo lo iré revisando para mejorarlo.

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alismo: una introducción a una condición poco conocida

=================================================== =================================================== por Andrew Main (Zefram) zefram@fysh.org 30-01-2003

Resumen

El alismo es un trastorno neurológico congénito que afecta negativamente muchas áreas de la función cerebral. La condición no es muy conocida, ya que fue identificada recientemente. Este artículo es una introducción al alismo, describiendo los efectos mentales y prácticos de la condición, y ofreciendo una visión general de la comprensión médica actual. Este artículo está dirigido al público en general, aunque los profesionales médicos también pueden encontrarlo un punto de partida útil.

  1. Introducción ====================

El alismo es una condición neurológica debilitante que afecta negativamente la estabilidad emocional, la percepción sensorial, la autoconciencia, la atención y muchas otras áreas de la función mental. Es una anomalía del desarrollo, que surge de defectos neurológicos congénitos que afectan el desarrollo mental infantil. Los efectos son de por vida y no hay cura. Sin embargo, a pesar de los efectos de amplio alcance, los afectados superficialmente parecen normales y pueden compensar parcialmente sus deficiencias para llevar vidas casi normales. Debido a la normalidad superficial, el alismo solo ha sido identificado recientemente como una condición patológica. Resulta que no es una condición rara; de hecho, está comenzando a ser reconocida como alarmantemente prevalente. Sin embargo, el conocimiento público está tardando en captar estos desarrollos. Hasta ahora ha habido poca investigación, y el alismo sigue siendo casi desconocido para el público en general, e incluso para los profesionales de la salud mental. Debido a la falta de reconocimiento común, el alismo rara vez se diagnostica. De hecho, la mayoría de los afectados no solo no están diagnosticados, sino que pueden estar completamente inconscientes de su condición. A medida que mejore la comprensión del alismo, se espera que las excentricidades de muchas personas resulten estar relacionadas con el alismo.

1.1. nota de pronunciación


“Allismo” se pronuncia con un sonido inicial “a” corto, como en la palabra inglesa “allocate”, a diferencia del sonido vocálico de la palabra “all”. La parte “all-” es la misma raíz griega que aparece en las palabras “alófono” y “alergia”.

  1. efectos del alismo ====================

2.0. efectos directos


El rasgo subyacente que hace a las personas alísticas es una disfunción de las partes del cerebro que se ocupan de las emociones. Las personas alísticas carecen de la capacidad para experimentar emociones de manera independiente. Eso no quiere decir que carezcan de emociones: nada más lejos, la mente alística experimenta emociones como cualquier otra. La disfunción es que el estado emocional de la persona alística no está determinado por sus propios procesos de pensamiento, sino que se toma prestado de otras personas cercanas que están expresando emociones. Las señales emocionales en el tono de voz, la postura, la expresión facial, etc., hacen que la persona alística experimente automática e inevitablemente la misma emoción que se está expresando. Por supuesto, no todas las personas alísticas se ven afectadas en la misma medida. Lo que se describe en el párrafo anterior es la forma extrema del alismo. Hay muchos afectados que tienen una forma más leve; pueden tener cierta capacidad para determinar sus propias emociones y son influenciados por las emociones de otras personas en diversos grados. Los afectados describen las emociones de otras personas como fusionadas con las suyas, creando un estado emocional intermedio, en lugar de reemplazar completamente sus propias emociones o ser superpuestas. En situaciones estresantes, la emoción recibida tiene más probabilidades de abrumar temporalmente las propias emociones del receptor, provocando una respuesta inmediata basada en la emoción en lugar de en una consideración analítica.

2.1. deterioro social


No es de extrañar que un problema tan grave con las emociones afecte significativamente la actividad social. Las personas alísticas son muy vulnerables en situaciones sociales: la posibilidad de que las personas proyecten emociones en la mente de la persona alística significa que son fácilmente manipuladas, consciente o inconscientemente. Algunas personas han utilizado efectivamente el conocimiento del alismo para aprovecharse de los alistas, utilizando la debilidad de la persona alista para manipularla y hacerla realizar compras no deseadas, o peor. Incluso cuando no se les manipula en su contra, la falta de emociones independientes de una persona alística limita naturalmente la contribución que puede hacer a una interacción social. Su aporte emocional se limita a reflejar las emociones de los demás; incluso si entra en una conversación con su propio estado emocional, este se atenúa rápidamente por el contacto con otros.

2.2. el efecto de la multitud alista


Se producen problemas especiales cuando un grupo de personas alistas interactúa entre sí. Los estados emocionales, una vez introducidos en el grupo, se reflejan de un lado a otro entre las personas alísticas, en un bucle de retroalimentación. Con pocas o ninguna persona no alística para proporcionar un efecto amortiguador, es posible que las emociones que circulan entre el grupo se amplifiquen significativamente. Cualquier cambio de humor puede propagarse rápidamente por el grupo, como una enfermedad altamente contagiosa, afectando a todas las personas no autistas como una sola. Esto lleva a un efecto de masa, donde todo el grupo de personas alísticas experimenta emociones que son inusualmente fuertes y son las mismas que las que el resto del grupo está experimentando. El grupo actúa como una mente emocionalmente desequilibrada y altamente sugestionable, y puede realizar actos que ningún miembro individual del grupo desearía cuando no está afectado por la multitud.

2.3. discapacidad sensorial


La mayoría de las personas alísticas tienen una discapacidad moderada a profunda de los sentidos introspectivos. Muchas personas alísticas no pueden examinar conscientemente sus modelos mentales del mundo y no son conscientes de su progreso en el aprendizaje de nuevas habilidades hasta que las prueban. Muchos solo son vagamente, o incluso solo subconscientemente, conscientes de la salud interna de sus cuerpos, las demandas nutricionales, el estado bioquímico, y así sucesivamente. Casi todas las personas alísticas son incapaces de distinguir entre los efectos fisiológicos reales y los psicosomáticos. Curiosamente, en algunas literaturas se hace referencia a “los cinco sentidos”, refiriéndose a los sentidos externos como si fueran los únicos que existen, o al menos los predominantes. Aunque siempre es difícil diagnosticar este tipo de condición sin un estudio directo, parece probable que en al menos algunos casos este tipo de redacción sea el resultado del alismo no diagnosticado del autor.

2.4. deterioro mental general


Además de la discapacidad específica de los sentidos introspectivos, un cerebro alístico está generalmente menos interconectado internamente que un cerebro normal. Como resultado, una persona alística es menos consciente de sí misma que alguien que no lo es, y tiene dificultades para controlar y aprovechar al máximo las capacidades de su cerebro. Habilidades como el cálculo rápido, la recuperación precisa y completa de la memoria, y algunos tipos de habilidades motoras precisas, no están disponibles para las personas alísticas no porque el cerebro carezca realmente de estas habilidades, sino porque la mente no es consciente de ellas. Se observa que las personas alísticas también se distraen fácilmente con estímulos nuevos. A diferencia de condiciones como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, no hay pérdida de la capacidad inherente para concentrarse en una sola tarea; el problema es simplemente que la atención se rompe fácilmente por un nuevo estímulo.

  1. vivir con alismo =====================

3.0. ritual social


Una persona alística aprende subconscientemente que depende de los demás para su experiencia emocional. En consecuencia, tiende a desarrollar el hábito de manipular la forma y el contenido de las interacciones sociales para provocar en los demás expresiones de emoción que le resultarán agradables al incorporarlas en su mente. Este fenómeno se manifiesta como saludos rituales y preguntas superficiales sobre irrelevancias. Las personas alísticas a menudo se angustian cuando tales esfuerzos fracasan al provocar una respuesta inesperada e indeseada. Además, para muchos de los afectados, este comportamiento de búsqueda de emociones llega a dominar sobre la interacción social normal, interfiriendo eventualmente con las necesidades prácticas. Donde las personas alísticas tienen contacto entre sí, tienden a satisfacer subconscientemente la necesidad del otro de expresiones emocionales agradables. Cada uno reconoce los intentos del otro de provocar respuestas agradables y da la respuesta deseada sin considerar la precisión, evitando así la posibilidad de una experiencia desagradable por una respuesta precisa no anticipada. La efectividad de la respuesta en afectar el estado emocional del interrogador parece no verse afectada por la conciencia de ambas partes sobre su falta de sinceridad.

3.1. problemas con los canales de comunicación solo de texto


Notablemente, algunas personas alísticas tienen cierta dificultad con los canales de comunicación en los que no se transmiten las señales emocionales habituales, como el correo electrónico y otros medios solo de texto. A menudo sienten la necesidad de compensar la falta de subtexto visual y auditivo mediante la inclusión habitual de indicadores explícitos del estado emocional, incluso en mensajes donde su estado emocional es irrelevante. Algunos sistemas de comunicación diseñados por alistas, como LiveJournal, incluso se toman la molestia de formalizar la inclusión de etiquetas de emoción en cada mensaje junto con (pero distintas de) el contenido textual; tales etiquetas de emoción a menudo se muestran al usuario mediante la traducción al medio visual mediante el uso de íconos representativos. Tales sistemas parecen ser pocos en número en comparación con los sistemas de comunicación puramente textuales, sin duda debido a la dificultad alística en el uso y la programación de computadoras, discutida en la sección 3.3.

3.2. problemas con la verdad y la falsedad


Las personas alísticas a menudo tienen dificultades para distinguir entre la verdad y la falsedad. En muchas circunstancias, les resulta difícil decir cosas precisas, y en su lugar dirán cosas inexactas que les resultan más agradables. Por el contrario, al escuchar cosas de otros que no se ajustan a sus nociones preexistentes, a menudo parecerán incapaces de comprender lo que se ha dicho: a menudo se comportarán como si lo que se dijo fuera lo que ellos habían creído previamente, en lugar de lo que realmente se dijo. Conversar con una persona alística puede ser muy frustrante cuando esto sucede. Este efecto causa dificultades de aprendizaje en las personas alísticas: tienen dificultad para dejar atrás modelos simplistas del mundo que necesitan ser reemplazados por modelos más complejos y precisos. Este es un problema que se malinterpreta fácilmente. Podría parecer de lo anterior que las personas alísticas tienen dificultad para distinguir entre los conceptos de verdad y falsedad. Al examinarlo más de cerca, parece que la mayoría de las personas alísticas son en realidad conscientes de la diferencia, pero que no la consideran particularmente importante — no les importa la precisión factual. Las personas alísticas tienden a juzgar ideas y otras cosas, no por su precisión u otros méritos intrínsecos, sino por el estilo en que se presentan, o por su opinión sobre la personalidad de la persona que las presenta, y otros asuntos irrelevantes.

3.3. uso de computadoras


La dificultad alística con los procesos de pensamiento objetivos es particularmente problemática al intentar usar una computadora, una tarea que es cada vez más importante en la sociedad industrializada. Los modos de pensamiento alísticos son en gran medida incompatibles con la forma en que las computadoras procesan la información. Es en parte esta incompatibilidad cada vez más importante la que ha llevado a la identificación de la condición alística. Aunque los trabajos recientes en interfaces de computadora han llevado a grandes avances para hacer el uso de la computadora accesible a las personas alísticas, las técnicas adecuadas no están en uso común. La mayoría de los intentos actuales de atender a los usuarios de computadoras alistas consisten en restringir la cantidad de información que el usuario puede manipular a la vez, haciendo que el espacio de información compartido sea lo suficientemente pequeño como para que los procesos de pensamiento deteriorados de una persona alista puedan manejarlo, al menos si el alismo del usuario es lo suficientemente leve. La programación informática sigue siendo esencialmente cerrada para los alísticos. Los profesionales de TI rara vez tienen realmente prejuicios contra los alísticos, y de hecho, algunas personas alísticas han tenido carreras exitosas en TI, pero invariablemente son las más levemente afectadas, y nunca están entre los más hábiles o prolíficos en el campo.

3.4. religión y creencias


Debido a la falta de preocupación por la precisión factual descrita en la sección 3.2, las personas alísticas se sienten incómodas al ser presentadas con una idea precisa que, según los criterios que consideran más importantes, es menos valiosa que una idea contradictoria e inexacta que sostenían anteriormente. No es de extrañar que muchas personas alísticas recurran a la religión organizada, que les proporciona un conjunto inmutable de cosas en las que creer y una forma altamente atractiva de presentar y afirmar esas creencias. El argumento de autoridad —que es clave para la mayoría de las religiones organizadas— es una forma autoafirmativa y sencilla de juzgar ideas, lo que lo hace atractivo para las personas alísticas. El culto colectivo de la religión organizada proporciona un entorno en el que no solo la persona alística puede estar segura de que sus creencias no serán desafiadas, sino que también puede esperar que sus creencias religiosas sean afirmadas, por las muchas personas presentes, de una manera ceremonial que valora mucho, y que por lo tanto sirve para fortalecer aún más sus creencias. Incluso fuera de los confines del culto colectivo, las religiones organizadas buscan desincentivar cualquier desafío a sus creencias que perturbaría a sus creyentes alísticos. Algunas religiones llegan a valorar explícitamente la fe sobre la razón como un medio para juzgar ideas, y convierten en un crimen religioso considerar la exactitud fáctica de las ideas que promueven. El juicio de las ideas por criterios distintos a la precisión fáctica hace posible, de manera natural, valorar simultáneamente dos ideas que son fácticamente contradictorias. Algunas personas alísticas muestran esta capacidad de mantener creencias contradictorias; esto es fomentado por las religiones, que generalmente se preocupan poco por la coherencia de su doctrina, ya sea consigo misma o con los hechos observables del mundo físico. Por supuesto, cuando una persona alística afirma creer en dos cosas mutuamente excluyentes, obviamente tiene una concepción extraña de lo que es la creencia — algún tipo de creencia que no tiene relación con la precisión fáctica — y se vuelve difícil decir que son capaces de creer en algo en un sentido significativo de la palabra “creer”.

  1. estudio del alismo ==================

4.0. desarrollo del alismo


El alismo es un trastorno del desarrollo. Los síntomas aparecen por primera vez alrededor de los dos años. Para los tres años parece estar firmemente determinado si una persona es alística o no, y hay poco que se pueda hacer para afectarlo después de eso. Aunque la causa física del alismo no se comprende perfectamente y requiere más estudio, estamos razonablemente seguros del mecanismo general. La anomalía inicial en el desarrollo neurológico ocurre muy temprano en la gestación, en el primer mes de embarazo, y otras anomalías neurológicas ocurren en partes del cerebro que se desarrollan más tarde. Las anomalías incluyen un tronco encefálico ligeramente agrandado, con un agrandamiento extremo de algunas subestructuras dentro del tronco encefálico; otras estructuras patológicas se desarrollan en el cerebelo y el cerebro. Parece que las estructuras neurológicas alísticas se activan alrededor de los dos años de edad. Cuando esto sucede, una de las estructuras patológicas comienza a observar la información que proviene de los sentidos externos y aprende a decodificar señales emocionales, como las que se encuentran en la postura y el tono de voz. Si eso fuera todo, esta estructura podría ser realmente útil. Pero la estructura patológica toma control sobre las propias emociones del cerebro, y hace que el cerebro realmente experimente las emociones que decodifica, en lugar de simplemente hacer que el cerebro sea consciente de lo que ha decodificado. A partir de este punto, el desarrollo normal del cerebro queda eclipsado por los efectos de la estructura cerebral alística. Debido a que la estructura patológica afecta tan poderosamente al cerebro, al modificar directamente su estado emocional, el cerebro en desarrollo comienza a concentrar sus esfuerzos en ese efecto, en lugar de obtener una comprensión completa de sí mismo. Gran parte del mapa mental que se desarrolla está relacionado con las emociones de los demás y el contenido emocional en la comunicación, cosas que, debido al manejo anómalo de las emociones, se han vuelto extremadamente importantes para el cerebro. Mientras tanto, la capacidad del cerebro para tener y ser consciente de su propio estado emocional independiente se atrofia. Para cuando el desarrollo mental básico está esencialmente completo, alrededor de los cinco años de edad, la mayor parte de la mente que se ha desarrollado está estructurada en torno al efecto alístico. Incluso si la estructura física patológica pudiera ser eliminada o desactivada, ya es demasiado tarde para permitir el desarrollo de una mente normal, no alística. De hecho, la mente alística desarrollada se ha vuelto en cierto modo dependiente del efecto alístico, y encontraría su eliminación muy perturbadora.

4.1. predisposición genética


No hay duda de que el alismo es parcialmente hereditario, y ahora se conocen algunos buenos candidatos para los genes que contribuyen a ello. Sin embargo, no es puramente de origen genético: cuando es común en una familia, a veces salta generaciones, por lo que claramente uno puede tener una predisposición genética y transmitirla a los hijos sin mostrar ningún síntoma uno mismo. También es posible, y aparentemente común, padecer la enfermedad sin tener ninguna anomalía genética. No se ha realizado suficiente estudio para determinar los riesgos de transmitir los genes defectuosos a los hijos cuando uno o ambos padres los tienen. Esto sin duda mejorará cuando se identifiquen positivamente los genes y cuando se comprenda mejor la relación entre la genética y la neurología. Cualitativamente, sabemos que con un padre alístico hay una gran probabilidad de tener un hijo alístico, y con ambos padres alísticos es casi seguro que cualquier hijo se verá afectado.

4.2. criterios diagnósticos


Es demasiado pronto en el estudio del alismo para que se acuerden criterios diagnósticos precisos. Sin embargo, los siguientes síntomas se consideran relevantes. En todos los casos, los síntomas deben ser visibles antes de los tres años de edad.

(a) dependencia marcada del uso de múltiples comportamientos no verbales como la mirada directa, la expresión facial, las posturas corporales y los gestos para expresar cosas que podrían expresarse fácilmente de manera verbal

(b) ecolalia emocional (imitar las expresiones emocionales de los demás)

© en el juego, una falta de curiosidad por las propiedades físicas de los objetos

(d) aparentemente una adherencia inflexible a rutinas o rituales sociales específicos no funcionales

(e) preocupación persistente por las partes emocionalmente expresivas de las personas, especialmente las caras

(f) una tendencia a distraerse de un objeto o actividad de interés por la presentación paralela de un estímulo alternativo. No todos estos síntomas estarán necesariamente presentes en cualquier persona alística, ni tampoco estarán necesariamente ausentes en una persona no alística. La mayoría estarán presentes en la mayoría de las personas alísticas.

  1. posdata =============

Si aún no lo has deducido: el alismo es la condición de no ser autista. En la práctica psiquiátrica actual, es el autismo más que el alismo lo que se considera patológico. Este artículo, hasta el epílogo, ha sido una parodia de la psiquiatría convencional; la parodia sería un artículo serio en un mundo ficticio donde lo que nosotros en el mundo real llamamos autismo se considera normal. Mi razón para escribir esta parodia no es alentar a las personas a tratar el alismo como patológico, aunque eso esté cerca de mi punto de vista instintivo. Más bien, preferiría que ninguna de las dos condiciones se considerara patológica. Son estructuras cerebrales alternativas, ambas válidas, con un continuo de posibilidades intermedias, al igual que la heterosexualidad y la homosexualidad. Por supuesto, independientemente de lo que consideremos “normal”, es apropiado aplicar técnicas de investigación neuropatológica para conocer más sobre ambas condiciones y sobre la relación entre ellas. La palabra “alismo”, inventada para este artículo, está destinada precisamente a complementar “autismo”. Se basa en la palabra griega “allos”, que significa “otro”, así como “autos” (en “autismo”) significa “sí mismo”. Al dar etiquetas a ambas condiciones, podemos evitar marcar implícitamente una condición como anormal. Me gustaría que “autista” y “alista” no tuvieran connotaciones de normalidad o anormalidad; deberían ser tratados como términos descriptivos al mismo nivel que “masculino” y “femenino”. La parodia no contiene referencias, porque para mantener la coherencia del mundo ficticio los artículos referenciados también tendrían que estar escritos desde el punto de vista del autismo como normalidad. La información clínica presentada aquí proviene de artículos convencionales sobre el autismo, traducidos al mundo ficticio mediante la inversión de la terminología. Otra información proviene de la experiencia personal (de la normalidad autista) y de la discusión con personas alísticas sobre su condición. La lista de criterios diagnósticos para el alismo en la sección 4.2 se basa, en parte, en los criterios diagnósticos del DSM-IV para el autismo. Las personas alísticas realmente me parecen tan extrañas como las hice parecer arriba. Espero que algunos lectores alistas, al leer sobre los sentidos introspectivos autistas (que realmente existen), hayan tenido una reacción similar a la que tuve yo al leer sobre la empatía. Hasta los 22 años no sabía que existía la empatía; lo aprendí de un libro sobre el autismo que tenía un párrafo describiendo la falta de empatía en las personas autistas. Parece que la idea de una introspección tan poderosa es tan extraña para las personas alísticas como la idea de que las emociones sean contagiosas lo es para mí. El alismo actualmente ocurre en el 99.4% al 99.9% de todas las personas en el mundo industrializado (las cifras varían enormemente entre estudios). Afortunadamente, este número inquietantemente alto está disminuyendo y, a medida que lo hace, la comprensión general del autismo está aumentando. Puede que mi generación sea la última en la que las personas autistas lleguen a la adultez sin diagnóstico. Pero el diagnóstico es solo el comienzo de la solución: hay miles de aspectos de la vida diaria en la sociedad industrializada que están involuntariamente adaptados a los modos de pensamiento alísticos y dificultan la vida de las personas autistas. A medida que aumenta la proporción de personas autistas, la institucionalización masiva no es una opción viable. La sociedad humana debe dejar de ser una sociedad puramente alista; necesitamos hacer que la sociedad humana ordinaria sea accesible para las personas autistas. Necesitamos poner fin a esta discriminación involuntaria contra las personas autistas, concienciando al público en general sobre los problemas; necesitamos que cada persona común termine con su propia discriminación inconsciente.

 
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from maleza

(Primera versión super cruda. Trabajo en progreso.)

Introducción

Contamos con doce notas con el potencial de convertirse en tonalidades. Sin embargo hemos desarrollado nuestra teoría, notación e instrumentos de manera que una sola tonalidad es central y deja en la marginalidad a las otras once. De esta centralidad artificial de la tonalidad de Do mayor surgen los nombres de las notas y la necesidad de contar con alteraciones y armaduras de clave para expresar todo aquello que esté por fuera de las teclas blancas del piano. Es decir, la mayor parte de la música ha de ser expresada y pensada en términos de su otredad en relación a Do mayor.

La música occidental se basa en la relación entre las funciones tónica, subdominante y dominante sin embargo nuestros instrumentos y nuestros sistemas de representación hacen dificil visualizar los grupos de notas de las tres funciones.

Este sistema está basado en los invaluables trabajos realizados por Bella Bartok, Barry Harris, John Coltrane y Pat Martino. Terminó de cobrar forma gracias al sistema RGB desarrollado por la gente de HAVISY y la exploración de estos conceptos que realicé durante unos meses basado en una afinación por terceras mayores propuesta por Ralph Prat.

Está pensado en torno a 3 ejes transversales:

  • Análisis en términos de funciones.
  • Homogeneidad.
  • Correlación 1a1 entre la representación mental y el instrumento.

Mi única contribución consiste en la manera de graficar los tres grupos de notas uno debajo del otro, cómo ese mismo orden se puede transladar a un instrumento de cuerdas afinado por terceras menores y la tarea de comprobar que buena parte de los recursos que utilizamos en la armonía occidental pueden ser explicados por la sensilla regla de Barry Harris que asegura que los acordes hermanos (tónicas que pertenecen a la misma función) pueden ser reemplazados entre si.

Es una manera distinta de comprender la música. Para mi, después de 32 años tocando, resultó ser La manera. Nunca me sentí cómode del todo con la composición y la interpretación hasta que surgió este método. Es desde el entusiasmo por la fluidez y el vocabulario que me brindó en poco tiempo que lo comparto con la esperanza de acercar ese disfrute a otres.

Reglas

12 notas separadas en 3 grupos de 4 notas equidistantes.

Olvdidemos, por el momento, los nombres de las notas y utilicemos en su lugar la representación duodecimal. Esto simplifica la notación y el análisis y nos permite apreciar sin obstáculos las relaciones en términos de semitonos.

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 A B
0     3     6     9
  1     4     7     A
    2     5     8     B

Ubicaremos el cero en la nota de la tónica de la pieza. Por ejemplo, si vamos a interpretar una pieza en Mi bemol mayor, nuestro cero estará ubicado en Mi bemol.

Todo va del movimiento entre los tres grupos.

Ordenarlos en el papel o la pantalla de la siguiente manera facilita el análisis y al mismo tiempo ayuda a visualizar simetría, equilibrio, movimiento, etc.

0 3 6 9 Función Tónica (FT).
1 4 7 A Función Dominante (FD).
2 5 8 B Función Subdominante (FS).

Los acordes del mismo grupo son remplazables entre si.

Esta simple regla abarca y justifica la mayor parte de la armonía occidental.

Para los no iniciados basta con recordarla y ejercitarla en la práctica para conocer y apreciar la paleta armónica y los colores que despliega.

Para quienes ya han estudiado armonía y deseen comprobar su utilidad, el apéndice “A” incluye ejemplos de sustitución tritonal, cadencias backdoor, mediantes cromáticos, sexta napolitana y otros recursos armónicos conocidos.

Las distancias máxima y mínima entre dos notas generan tensión.

Es decir: los tritonos, 6 semitonos de distancia, (xej: 1 7) y los semitonos (xej: B 0) son los intervalos que ofrecen mayor tensión.

Acordes

Podemos definir todos los acordes en términos de las notas que tomamos de cada uno de los tres grupos.

Vamos a concentrarnos en acordes de 6ta y 7ma que toman todas sus notas de las funciones tónica y dominante considerando al resto como acordes que toman notas prestadas de la función subdominante. En el siguiente capítulo veremos de qué manera esto, lejos de restringir nuestras opciones, crea un espacio de juego que enriquece enormemente nuestra paleta armónica.

Disminuídos

Son acordes simétricos formados por una sucesión de terceras menores (3 semitonos). Toman todas sus notas de la función tónica y se repiten, invertidos, cada 4 trastes.

Al contener dos pares de tritonos son acordes inestables a pesar de contener todas sus notas en la misma función.

0 3 6 9
| | | |
| | | |

Menores

Toman 3 notas de la función tónica y 1 de la función dominante. Ese desequilibrio hacia la función tónica los hace sonar algo apagados. Si bien contienen un tritono, este se percibe resuelto por la nota de función dominante.

| 3 6 9
1 | | |
| | | |

Mayores

Se forman tomando 2 notas consecutivas de función tónica y dos, también consecutivas, de la función dominante.

El balance entre ambas funciones y la ausencia de tritono hacen que suenen brillantes y resueltos.

0 | | 9
| 4 7 |
| | | |

Dominantes

Contienen 1 nota de función tónica y 3 de función dominante.

Son casi un espejo de los acordes menores. Este desequilibrio, esta vez en favor de la función dominante, sumado a la presencia de un tritono es lo que propone movimiento y pide resolver.

0 | | |
| 4 7 A
| | | |

Dominantes con quinta disminuída

Están formados por 2 notas no consecutivas de función tónica más 2 notas no consecutivas de función dominante.

Al contener 2 tritonos, uno en cada función, son acordes muy inestables y que dan pocas señales en cuanto a hacia dónde resolver.

0 | 6 |
| 4 | A
| | | |

Escalas

Basado en estos principios Barry Harris construye cuatro escalas que al armonizarlas nos brindan un espacio seguro de juego para cada acorde de una progresión armónica.

Estas no reemplazan a las escalas tradicionales con sus respectivas armonizaciones sino que las utilizaremos para trabajar sobre composiciones propias o ajenas sobre cada uno de sus acordes.

Cada escala está formada mediante la superposición de las notas del acorde más las cuatro notas de la función subdominante. Al armonizarlas obtenemos las cuatro inversiones del acorde intercaladas con apariciones del acorde disminuído de la función subdominante.

Esta suerte de armonización falsa nos permite trabajar sobre cada acorde de una progresión armónica como si se tratase en sí de una pequeña obra sin riesgo de “chocar” con otros instrumentos.

A estas cuatro escalas, suma una quinta que contiene todas las notas de la función dominante más todas las notas de la función subdominante. A esta la llama disminuida y es la que en la armonía tradicional se le conoce como escala simétrica disminuida. Mientras la mayoría de los autores explican esta escala casi como un capricho geométrico, podemos observar claramente su sentido armónico al analizarla en términos de funciones.

Escala disminuída

Escala
| | | |
1 4 7 A
2 5 8 B

Primer grado (fundamental)
| | | |
1 4 7 A
| | | |

Segundo grado (fundamental)
| | | |
| | | |
2 5 8 B

Tercer grado (primera inversión)
| | | |
4 7 A 1
| | | |

Cuarto grado (primera inversión)
| | | |
| | | |
5 8 B 2

Quinto grado (segunda inversión)
| | | |
7 A 1 4
| | | |

Sexto grado (segunda inversión)
| | | |
| | | |
8 B 2 5

Séptimo grado (tercera inversión)
| | | |
A 1 4 7
| | | |

Octavo grado (tercera inversión)
| | | |
| | | |
B 2 5 8

Si distribuímos esto sobre el diapasón
| | | |
1 4 7 A
2 5 8 B
| | | |
4 7 A 1
5 8 B 2
| | | |
7 A 1 4
8 B 2 5
| | | |
A 1 4 7
B 2 5 8

m6°

Escala
0 3 | 9
| | 7 |
2 5 8 B

Primer grado (fundamental)
0 3 | 9
| | 7 |
| | | |

Segundo grado (fundamental)
| | | |
| | | |
2 5 8 B

Tercer grado (primera inversión)
3 | 9 0
| 7 | |
| | | |

Cuarto grado (primera inversión)
| | | |
| | | |
5 8 B 2

Quinto grado (segunda inversión)
| 9 0 3
7 | | |
| | | |

Sexto grado (segunda inversión)
| | | |
| | | |
8 B 2 5

Séptimo grado (tercera inversión)
9 0 3 |
| | | 7
| | | |

Octavo grado (tercera inversión)
| | | |
| | | |
B 2 5 8

Si distribuímos esto sobre el diapasón
0 3 | 9
| | 7 |
2 5 8 B
3 | 9 0
| 7 | |
5 8 B 2
| 9 0 3
7 | | |
8 B 2 5
9 0 3 |
| | | 7
B 2 5 8

Escala
0 | | 9
| 4 7 |
2 5 8 B

Primer grado (fundamental)
0 | | 9
| 4 7 |
| | | |

Segundo grado (fundamental)
| | | |
| | | |
2 5 8 B

Tercer grado (primera inversión)
| | 9 0
4 7 | |
| | | |

Cuarto grado (primera inversión)
| | | |
| | | |
5 8 B 2

Quinto grado (segunda inversión)
| 9 0 |
7 | | 4
| | | |

Sexto grado (segunda inversión)
| | | |
| | | |
8 B 2 5

Séptimo grado (tercera inversión)
9 0 | |
| | 4 7
| | | |

Octavo grado (tercera inversión)
| | | |
| | | |
B 2 5 8

Si distribuímos esto sobre el diapasón
0 | | 9
| 4 7 |
2 5 8 B
| | 9 0
4 7 | |
5 8 B 2
| 9 0 |
7 | | 4
8 B 2 5
9 0 | |
| | 4 7
B 2 5 8

Escala
0 | | |
| 4 7 A
2 5 8 B

Primer grado (fundamental)
0 | | |
| 4 7 A
| | | |

Segundo grado (fundamental)
| | | |
| | | |
2 5 8 B

Tercer grado (primera inversión)
| | | 0
4 7 A |
| | | |

Cuarto grado (primera inversión)
| | | |
| | | |
5 8 B 2

Quinto grado (segunda inversión)
| | 0 |
7 A | 4
| | | |

Sexto grado (segunda inversión)
| | | |
| | | |
8 B 2 5

Séptimo grado (tercera inversión)
| 0 | |
A | 4 7
| | | |

Octavo grado (tercera inversión)
| | | |
| | | |
B 2 5 8

Si distribuímos esto sobre el diapasón
0 | | |
| 4 7 A
2 5 8 B
| | | 0
4 7 A |
5 8 B 2
| | 0 |
7 A | 4
8 B 2 5
| 0 | |
A | 4 7
B 2 5 8

7b5°

Escala
0 | 6 |
| 4 | A
2 5 8 B

Primer grado (fundamental)
0 | 6 |
| 4 | A
| | | |

Segundo grado (fundamental)
| | | |
| | | |
2 5 8 B

Tercer grado (primera inversión)
| 6 | 0
4 | A |
| | | |

Cuarto grado (primera inversión)
| | | |
| | | |
5 8 B 2

Quinto grado (segunda inversión)
6 | 0 |
| A | 4
| | | |

Sexto grado (segunda inversión)
| | | |
| | | |
8 B 2 5

Séptimo grado (tercera inversión)
| 0 | 6
A | 4 |
| | | |

Octavo grado (tercera inversión)
| | | |
| | | |
B 2 5 8

Si distribuímos esto sobre el diapasón
0 | 6 |
| 4 | A
2 5 8 B
| 6 | 0
4 | A |
5 8 B 2
6 | 0 |
| A | 4
8 B 2 5
| 0 | 6
A | 4 |
B 2 5 8

Afinación 3m

Un instrumento de cuerdas afinado por terceras menores permite volcar todo el sistema al instrumento sin modificaciones.

Es decir; afinando un ukelele, una guitarra, un bajo o el instrumento de cuerdas que tengamos a disposición por terceras menores la distribución de las notas queda idéntica a nuestro sistema de análisis.

Otro aspecto a destacar de esta afinación es que permite digitar acordes y arpegios sobre el “dibujo” de la escala. No hace falta re calcular la ubicación de los dedos a fin de distribuir una nota por cuerda ya que esto se da naturalmente. Podemos, entonces, visualizar una tonalidad completa con todos sus acordes casi a primera vista sobre tres trastes consecutivos.

Para este trabajo tomaremos como ejemplo a una guitarra de 6 cuerdas afinada de la siguiente manera:

G Bb Db E G Bb

Si bién esta afinación se desvía notablemente de la afinación estandard y disminuye el rango del instrumento, esto se ve compensado con creces por la fluidez y el mejor aprovechamiento del diapasón que facilita.

Apéndice A

Recursos armónicos comunes (trabajo en progreso) Sustituto tritonal Dominante “back door” Intercambios modales Armonía neo riemanniana Armonía negativa Tensiones disponibles Tensiónes melódicas Voice leading Inversiones Sexta napolitana Mediantes cromáticas

Apéndice B

Arreglos (trabajo en progreso)

Apéndice C

Movimiento (trabajo en progreso)

 
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from sicigia

Mónica estaba en la cama medio adormilada. Poco después llegó Arturo, que se metió con cuidado para lo alterarla, quería respetar su sueño.

—Gracias —musitó Mónica.

—Me acabo de meter en la cama, no he hecho nada especial.

—Por recibirme con una sonrisa cuando he llegado a casa. Por preparar la cena.

—Has venido tarde de una reunión del trabajo que se ha alargado. Se te veía el cansancio hasta en las pestañas.

Arturo se puso de costado hacia Mónica y empezó a rodear la cintura de ella con el brazo.

—¿Te molesta?

—No, está bien. Puedes apagar también la luz de la mesilla.

Arturo se volvió un momento y le dio al interruptor. Luego recuperó la postura de abrazo de costado. Mónica suspiró tranquila. Arturo inició unas leves caricias.

—Me siento segura contigo —reconoció Mónica.

—Pero si eres de las que defiende la libertad e independencia personales.

—Lo digo en el sentido de la confianza. Poder relajarme, bajar la guardia y saber que no te aprovecharás de ello.

Arturo detuvo las caricias un momento por la sorpresa.

—¿Cómo voy a aprovecharme de la vulnerabilidad de alguien?

—Eres entonces una buena persona. No todo el mundo es así.

Arturo sintió que el cuerpo de Mónica se tensaba, quizá al recordar. La abrazó con más fuerza y le dio un beso en el hombro hasta que sintió que se volvía a calmar.

—Creo que el cansancio te afecta —comentó Arturo.

—Me afecta para decir verdades que en otros momentos no me atrevo.

—Será mejor que descansemos.

—¿Te he incomodado?

—Me has dejado más bien pensativo.

—Eres una gran persona —dijo Mónica. Se soltó del abrazo de Arturo y se giró hacia él. Le acarició la cara con delicadeza.

—Es momento de dormir.

—Te escabulles.

—Buenas noches —dijo Arturo.

—Como quieras, buenas noches —respondió Mónica.


 
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from sicigia

Un peluche de oso estaba sentado en un rincón llorando solo. Al verlo, el peluche de elefante se separó del resto que estaba jugando y se le acercó.

—Hola, oso, ¿estás triste? ¿Te duele algo?

—Me duele la pata —respondió con un sollozo.

Elefante se fijó y vio un desgarrón en la pata derecha. Tenía muy mala pinta. Elefante se puso al lado de oso y lo miró con atención.

—Vete, nadie me va a querer ahora. El niño ya no querrá jugar con un peluche cojo y tampoco voy a poder correr con vosotros.

—¿Qué ha pasado, oso? —intentó desviar la atención elefante.

—Ha sido en la lavadora, me pillaron la pata con la puerta.

—Tuvo que ser muy doloroso.

—Sí, y ahora además me siento triste.

—Tenemos que hacer algo, así no puedes seguir. ¿Me dejas que se lo cuente al resto de juguetes?

—¿Para que se rían de mí?

—No, para pensar entre todos la mejor manera de ayudarte.

—Vale —respondió oso entre hipidos.

Elefante puso en conocimiento al resto de la situación. En el grupo habían comentado que habían echado en falta a oso, pero que no sabían que estaba tan mal. Deliberaron sobre las posibilidades que tenían y poco a poco fueron surgiendo ideas.

El muñeco de superhéroe ofreció parte de su capa confeccionar unas zapatillas a oso. El payaso cedió uno de los imperdibles de su traje a modo de aguja. La alfombra, que lo había oído todo, dio uno de sus largos hilos. Entre todos los peluches hicieron una donación de algodón para poder rellenar la zapatilla de la pata desgarrada. Por último, una muñeca cedió un par de lazos de su traje para que sirvieran de adorno.

La labor de confección se la dejaron al veterano peluche de perro, ligeramente descolorido pero muy sabio y hábil en sus labores. Cuando tuvieron las zapatillas se acercaron en grupo donde oso. Oso los miró con recelo. Entonces elefante le explicó el plan. Oso empezó a llorar en silencio, esta vez de emoción.

Sintió en ese regalo, no solo la solución a su problema, sino el aprecio del grupo de juguetes de la habitación, donde cada uno había aportado a su manera. Se puso las zapatillas y comenzó a caminar ante la atenta mirada del resto.

—Me encantan, son preciosas. Muchas gracias.

Los juguetes le devolvieron una sonrisa sincera.


 
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from olivermusico

Mi foto feliz

Hace 15 años llegué a Barcelona. 15 años. 15. 15 Mercès. Aunque la primera, la del 2007 2010, no supe qué era la Mercè. Los amigos que amablemente me recibieron y alojaron el primer día que me bajé del avión transatlántico, decidieron llevarme por el barrio de Gràcia (supongo que fue porque era lo más cerca). Recuerdo (o invento el recuerdo) que esa noche el barrio estaba prácticamente desierto. No era para nada la Barcelona que imaginaba de noche, un aire fresquito que soplaba leve, uno que otro perdido caminando (no habían smartphones), mientras el resto de seres humanos y no humanos estaban por el barrio gótico seguramente bailando o escuchando conciertos en las fiestas de la Mercè. Y nosotros buscando un bar en Gràcia. El primero fue uno irlandés, creo que no había entrado nunca a un bar así, fue lindo, parecía de película, aunque vacío. Entramos y nos sentamos en una mesa redonda de madera gruesa, sillas o sillones de madera con un acolchado creo que aterciopelado o tal vez de imitación de cuero verde musgo. Tristemente no recuerdo el nombre del bar, no lo he vuelto a ver o reconocer. Una cerveza y nos fuimos a otro lado. De ese otro lado sí que me acuerdo, porque volví un par de veces allí. Plaça del sol, lado derecho de la plaza mirando a la “montaña” (irrisorio montículo de tierra para quienes venimos de allende los Andes). Woody se llamaba, o se llama quizá todavía, si no le han puesto otro nombre en inglés o japonés para vender matcha o mochis. Otro bar pequeño, con encanto, algo de ebanistería en las puertas creo, una barra, pasillo y un espacio al fondo. Conocí a unas cuantas personas ese día. A algunas las volví a ver seguido, a otras menos o casi nada. No obstante me acuerdo de esas caras (o invento el recuerdo), las primeras caras ajenas que conocía de cerca. Los primeros ¿qué haces? ¿de dónde eres? (en esa época todavía no me molestaba tanto esa pregunta) ¿por qué viniste?, o la primera vez que escuchaba repetidamente vale, vale, qué guai!. También sonaba algún tímido això, allò que rápidamente se volvía en eso y aquello para que yo, que me venía bajando del avión, entendiera lo que pasaba. Luego pasaron los días y fui por primera vez a la Universitat. Reunión de bienvenida, Jaume dice: “el màster es pot fer en un any o dos”. Listo, en 5 minutos pasé de venir por un año a dos. Pasaron también los meses. Los encuentros. Lo nuevo. Lo lindo y lo feo. Las primeras veces, el primer hogar, el segundo. La primera visita. Los primeros amigos, los otros, la lengua. Los años. La primera vuelta. Los 30. Los años. Los cambios, la música, la gente, Violeta, las manos, los viejos y los niños. La segunda, el desierto, el bosque, los lagos, el mar, los ríos, las montañas grandes y pequeñas, los gatos, la rabia y la pena, Benedetti, Ovidi, estiu, tardor, hiverns i primaveres. Los años. Otra vuelta y 40. La amiga, la madre, la cordillera, el frío, el amor, las risas, la carne, el café, las dudas, el viento, la música. Hoy, hace 15 años, llegué a Barcelona.

 
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from Komunikilo

Hace unos años creé cinco iconos acumulativos que indican cómo, a diversos niveles, se aplica la cultura libre en una obra de nuestra creación. Los he subido a Komunikilo y los he licenciado bajo dominio público. Espero que os gusten y los queráis usar para celebrar la creación de cultura libre.

Modalidades

El primer icono contempla lo básico: software y licencia. El segundo, incluye la difusión en el Fediverso. El tercero, suma el acceso a la obra. El cuarto, incluye la facilitación del código fuente. Y, por último, el quinto indica que, además de todo lo anterior, la obra se ha materializado también bajo parámetros de cultura libre. Es decir, que en la impresión de la obra también se ha usado software libre.

Iconos de los sellos de cultura libre

Como, al parecer, WriteFreely no muestra las descripciones de imagen, ahí va la de esta: cinco sellos acumulativos con rayas horizontales y verticales que se van van cruzando dentro de un círculo. A más rallas, más libre es la obra.

Más información sobre los sellos

Usos

hiper/ediciones es una pequeña editorial lanzada este mes de setiembre por Hamed Toledo (@hamedtoledo@social.anartist.org). Y ha sido el primer proyecto en usar uno de los sellos. En su colofón se detalla:

hiper/ediciones publica bajo el Sello de Cultura Libre en la modalidad de creación, licencia, difusión, acceso y modificación. Por una cultura libre.

Destacar que la web del proyecto es una gran alegría para la web pequeña: está hiper/limpia y es hiper/ecolobits. Mi enhorabuena y mis mejores deseos para este precioso proyecto de cultura libre.

Web de hiper/ediciones

Licencia de esta publicación

Sellos para celebrar la cultura libre 2025 por komunikilo.org bajo Licencia Art Libre LAL 1.3.

Redacción: @titi@bcn.fedi.cat

 
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from sicigia

Mateo llamó a Sonia según iba por el pasillo de la casa.

—Ven aquí —le indicó desde la sala—.

Sonia desvió su camino al dormitorio después de salir del baño recién duchada. Mateo apagó la televisión e hizo espacio a Sonia en el sofá.

—¿Cómo estás? —preguntó Mateo.

—Bien.

—¿Bien? No me lo creo, te noto los últimos días distraída. ¿Qué sucede?

—Mucha responsabilidad en el trabajo, proyectos para ayer, falta de coordinación…

—Días intensos, ¿una racha dura?

—Sí.

—¿Puedo hacer algo por ti para que te sientas más cómoda y relajada?

—¿Bloquear mi correo corporativo para no recibir mensajes en una semana? —dijo Sonia con una sonrisa inocente.

—Y le ponemos un candado de siete llaves para que ni el informático más experto pueda desbloquearlo hasta pasados unos días.

—Ojalá fuera tan fácil…

—¿Quieres algo fácil?

Sonia ladeó la cabeza y miró a Mateo con curiosidad.

—Asumo un sí. ¿Cerrarías los ojos y me dejarías tocarte la cabeza?

Ella siguió las instrucciones y asintió en silencio.

—Genial.

Mateo se alargó los brazos hasta acariciarle el cuello, después subió por las orejas y llegó al largo cabello rizado de Sonia, aún ligeramente húmedo. Le empezó a masajear la cabeza. Al principio con suavidad y luego con más intensidad. Sonia se empezó a relajar.

—Te agrada, ¿eh?

—Sí, lo haces bien.

—¿Mejor que en la peluquería?

—En la peluquería son profesionales, pero tus manos tienen un toque distinto.

—Es decir, que gano por ser yo.

—Algo así.

—¿Sabes? Me encanta sentirte cerca.

—Dormimos cada noche en la misma cama.

—Pero no es lo mismo, eso es más como pasivo. Son muchas horas pero sin estar de forma consciente. Esto es distinto.

—Tienes razón. Aunque en la cama no solo dormimos…

—Claro, vemos la tele, leemos, consultamos el teléfono…

—Sabes a qué me refería además de eso.

—¿Has cambiado de champú? Huele diferente.

—Sí, me recomendaron uno el otro día y he probado. ¿Qué te parece?

—Un olor muy agradable, casi tanto como tú.

—¿Cuánto azúcar te has tomado hoy?

—El suficiente como para endulzar toda tu vida.

Sonia sonrió divertida. Suspiró relajada.

—Me está entrando el sueño con tanto masaje.

Mateo paró las manos y Sonia abrió los ojos.

—Gracias por la atención y tu interés.

—Lo que quiero es que estés bien. Ahora vete a dormir, estarás cansada. Yo me quedo un rato leyendo. Buenas noches.

—Buenas noches.


 
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from sicigia

El vaso de la cocina estaba harto de que lo besaran al beber, de que lo chocaran con otros vasos al brindar. No le gustaba que lo frotaran al lavar y luego al secar. Más que nada, porque no podía elegir. Se sentía que lo sobaban aquí y allá, que él no podía elegir. Así que se volvió gruñón y cascarrabias.

Una noche, en el silencio de la casa, el reloj de la cocina se interesó por el cambio de humor del vaso. Este se lo explicó refunfuñando. Cada día estaba de peor carácter. Y eso se notaba en su trato con otros utensilios.

—Vaso, como sigas rehuyendo al estropajo cuando estás lleno de jabón, un día vas a resbalar y hacerte trizas. ¿Es lo que quieres?

—Lo que quiero es poder elegir por una vez quién me toca y me roza.

—¿Y qué te gustaría?

El vaso se quedó en silencio.

—¿Vaso?

—Bueno… Veo la alfombra del pasillo y siento curiosidad por tocarla. Por rodar sobre ella. Igual es un poco extraño, no sé.

—Es un deseo tuyo y no es complicado de cumplir. Igual pedías que te secaran con un trapo de seda. De eso no hay en la casa.

—¿Y cómo llego yo a la alfombra? Desde esta balda hay mucha altura al suelo.

—Pediremos ayuda. ¿Taburete?

El aludido se agitó al sentirse llamado.

—Acerca la cesta del gato y ponla bajo la balda.

El taburete obedeció. No hubo problema porque la mascota se había ido con la familia a la casa de veraneo.

—¿Quieres que me tire al cojín de la cesta del gato?

—Caerás sobre mullido.

El vaso, tras vacilar unos segundos, se acercó al borde y finalmente se dejó caer. De ahí asomó por encima de la cesta y a saltos atravesó la cocina. De ahí llegó al pasillo y a la ansiada alfombra. Miró a un lado y a otro con recelo como si algo pudiera interponerse. Una vez tranquilo, saltó sobre la alfombra, se tumbó de lado y empezó a rodar.

Al principio con precaución y luego con más entusiasmo. Estaba muy contento al poder completar su deseo. Después de un rato y bastante cansado, volvió a la cocina.

—¿Y ahora cómo vuelvo a la balda, reloj de pared?

—Haremos una escalera con el taburete, las cazuelas y la caja de galletas, ¿te parece?

—Un poco arriesgado, aunque ahora me encuentro tan bien que estoy dispuesto a ello.

Y con habilidad y maña el vaso volvió a su balda. Desde aquel día dejó de ser tan gruñón y refunfuñar tanto mientras recordaba sus momentos divertidos en la alfombra del pasillo.


 
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from sicigia

Alicia y Marcos coincidieron al inicio del primer curso de universidad. Se sonrieron con el nerviosismo de ser nuevos y la curiosidad. La semana siguiente tenían prácticas por la tarde y se había formado un grupo espontáneo de alumnos para ir a comer. Alicia y Marcos estaban en él. A cada rato se miraban y sonreían, se caían bien. Así que fue natural el que acordaran ser pareja en las prácticas.

Días después quedaban en un aula de estudio para preparar el correspondiente informe que tenían que entregar.

—¿Cuándo es tu cumpleaños? —preguntó Alicia.

—Dentro de mucho, ¿es que me quieres regalar algo?

—Umm… no, no era lo que pensaba. —La cara de Marcos se ensombreció—. Quería saber cuándo habías nacido, por lo del signo del zodiaco.

—Y estudiar compatibilidades, antagonismos y personalidades, claro —comentó con ligereza Marcos.

La que puso mala cara en ese momento fue Alicia.

—Yo creo en ello —afirmó rotunda ella.

—Yo desde que leí eso del efecto de Forer por el que crees que generalidades vagas son mensajes personalizados, como ocurre con el horóscopo, me he vuelto más escéptico. Además, la compatibilidad teórica no es lo mismo que la real.

—¿Qué quieres decir?

—Que aunque tus constelaciones salgan que somos compatibles, eso no garantiza nada.

—¿Por qué? —se interesó Alicia.

—Pienso que el llevarse bien y sin roces es una tarea diaria más que una gracia caída de un manzano. Respeto por la diferencia, paciencia ante los errores, aceptar defectos propios y ajenos. La chispa del resentimiento puede saltar en cualquier momento.

—¿Y sueles dar discursos de manera habitual?

—Uy, ¿ves? Ya estás picada. Me gusta expresar mi forma de ser. Procuro no herir en el intento y ser comprensivo con las opiniones de otras personas.

Alicia suspiró.

—¿Entonces no somos compatibles? —dijo con decepción ella.

—¿Piensas que vas a encontrar alguien que esté de acuerdo contigo en todo? Si ya te parece una barrera pensar diferente sobre el horóscopo o el zodiaco, ni te cuento si alguna vez te planteas convivir con alguien.

Alicia se quedó pensativa.

—Es un tema para darle una vuelta, la verdad. ¿Te parece si ahora volvemos al informe?

—No me has respondido a cuándo es tu cumpleaños.

—Tampoco pensabas regalarme nada, solo querías el dato en sí.

Alicia dio un suave puñetazo en el antebrazo a Marcos antes de concentrarse de nuevo en la tarea.


 
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from Niebla politik

Atrapada se halla. La libertad vive prisionera de sus propias contradicciones. Está a merced de lo que la hegemonía dictamina, de aquellas figuras con peinados estrafalarios con el poder legítimo de delimitarla. Constantemente descienden mesías del cielo clamando que su libertad ataviada nos salvará. Que es la verdadera, creámosles. Que los tiempos de esclavitud y servidumbre acabarán, próximamente. Esta palabra cuyo sentido encierra pasiones es prostituida e instrumentalizada. Enajenada de su esencia primigenia. Tanto es así, que ya no nos queda memoria de lo que realmente significa.

Libertad positiva y libertad negativa

En la hegemonía neoliberal, la libertad se ha convertido en un instrumento indispensable para su construcción ideológica, pero no en un sentido radical del término, ni siquiera político, sino puramente económico. Este dogma cuasi religioso propugna que para que un ciudadano pueda ser libre necesita desarrollismo, necesita prosperidad, necesita la riqueza de las naciones, necesita, en definitiva, que toda sociedad “civilizada” crezca infinitamente en pos de datos macroeconómicos tan etéreos como inaccesibles para los meros mortales.

Según Isaiah Berlin en su obra “Dos conceptos de libertad” (1958), la libertad positiva alude a la capacidad de dirigir tu propia vida, lo que implica acción autónoma a fin de alcanzar autorrealización. No en vano, desde el neoliberalismo la libertad no es libre; se forja alrededor del dinero, es traficada en los mercados financieros, puesta a subasta, adulterada por aquellos abanderados del “laissez faire” con cantidades obscenas de dinero para comprarla, revenderla, alquilarla, hipotecarla pero jamás disfrutada.

Por otra parte, la libertad negativa conlleva la ausencia de coacción en las acciones de un sujeto, por lo que para que se cumpla ésta no deben existir interferencias externas que condicionen las decisiones de alguien. Por ejemplo, a una persona trans no se le debe negar su identidad de género o sexual, ni forzarla a adoptar una que no le corresponde. Esto también se puede extrapolar a las orientaciones sexuales, al sexo, a las creencias religiosas, la etnia o la ideología política.

¿Acaso el aparato estatal no se dedica a juzgar lo moralmente virtuoso? Esa genealogía de la moral traducida a leyes impuestas que dictan la vida de los ciudadanos. La memoria histórica es demasiado pesada como para olvidar la violencia política contra lo marginal, contra aquellas personas cuyas voces molestaron, molestan y molestarán al poder. Desde las intifadas de los palestinos hasta los disturbios de StoneWall en 1969; desde el movimiento 15-M en España hasta las protestas en Hong Kong. La coacción siempre acecha silenciosamente entre la maleza de la legitimidad institucional y empresarial.

A la vista de estas dos definiciones de libertad, está claro que ni una ni la otra se aplican a la mayoría de ciudadanos, en tanto que el estatus social determina tu nivel de libertad individual. Pese a quien le pese, este principio tan aclamado por el liberalismo es un mero cuento interminable. Una concatenación de discursos -maquillados por un signo político u otro- que se constituye sobre una ilusión ignominiosa, ergo sobre un tipo ideal como señalaría Max Weber. La libertad de unos pocos a cambio de la esclavitud de muchos, pero siempre con la esperanza de que puedas subir la pirámide y alcanzar esa ensoñación tan anhelada. Así funciona la democracia liberal y, por esa razón, resulta un verdadero reto aplacar la fe ciega que se le profesa.

Libertad como significante vacío y flotante

La política implica conflicto, -siempre perpetuo- en la medida en que es imposible concebir una sociedad reconciliada consigo misma. Y en ese marco las palabras también bajan al terreno pantanoso de la lucha por el sentido, aquel donde se decide qué prevalece y qué queda supeditado por la hegemonía. Cada proyecto político, por tanto, llena de sentido conceptos tan manoseados como democracia, justicia, patria, pueblo, igualdad o, por supuesto, libertad. Estos significantes son, según Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, significantes flotantes, en tanto que su significado queda suspendido en el aire, siempre en constante movimiento fruto de los caprichos del sistema.

En otras palabras, libertad es un recipiente vacío, llenado de intereses, de pasiones e, incluso, algunos dispuestos a mancharlo de sangre. Libertad como bandera, libertad como arma, libertad como sumisión. De esta manera, se la encierra en una jaula semántica, como a un pájaro silvestre, en aras de adecuarse al sentido que se le da en función de quién la moldea. Por otra parte, el significante vacío no sólo alude a su definición inexistente, sino que además adquiere un sentido ulterior -cuasi mesiánico- cuando se le vincula a otras demandas sociales. Y así es cómo se erigen las identidades políticas, en forma de esculturas ataviadas con ornamentos lingüísticos y discursivos.

Y si buscamos ejemplos actuales de este vaciamiento, basta alzar la mirada y darse cuenta de quiénes han convertido la libertad en un producto prefabricado: Javier Milei e Isabel Díaz Ayuso. Ambos llenan su boca cada día con eslóganes huecos en nombre de un significante que se les queda demasiado grande. Como bien mencioné antes, la libertad desde las gafas del neoliberalismo siempre será mercadeada al mejor postor. Economía y más economía. Crecimiento hasta desfallecer. Desarrollo sin fecha de culminación. Se nos promete prosperidad, empleo, oportunidades e igualdad al más puro estilo del sueño americano.

Todo esto lo engloba esa libertad -abusada por Milei y Ayuso- cuya ancla nunca se había hundido tan hondo, hacia el abismo del turbocapitalismo, donde la libertad no emancipa, sino que encadena. El resultado siempre es el mismo: desigualdad, concentración obscena de capital en pocas manos, explotación, ecocidio, conflictos bélicos, genocidios. Esa libertad que iba traer la luz y la gloria, su bandera ahora arde junto a los pueblos que pretendía salvar. Este es el auténtico rostro del neoliberalismo: una neblina discursiva que oculta un liberticio constante.

Dicho todo esto, cierro este capítulo -si es que tiene cerradura- recordando que con el auge de la ultraderecha, otra noción de libertad cobra vida entre la juventud más afanosa e idealista, quienes han encontrado en el nacionalismo un refugio acogedor. La mascota cambia de dueño sin previo aviso. Es evidente que no podemos impedir los vaivenes semánticos impuestos por el poder político-económico, eso está fuera de nuestro alcance. Lo que sí podemos es decidir qué tipo de libertad queremos como animales sociales. Porque una libertad que no germine desde los pueblos sometidos, jamás será suficientemente auténtica como para querer verla, tocarla, saborearla.

 
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from Komunikilo

En agosto presenté el libro “Comunicación y cultura libre” en el encuentro Sobremesa. Si lo queréis comprar (muchas gracias por el apoyo), lo encontraréis en llibres.cat.

El Sobremesa

Era su segunda edición, la primera fue en 2023. Durante una semana estuvimos unas quinientas personitas en un campamento en Soria. Cada día había actividades como charlas y talleres, tareas comunitarias como cocinar o limpiar baños, “antemesas” (reuniones grupales vespertinas de valoración y continuación). Y el miércoles 20 de agosto a las 12h hice la presentación.

La presentación

Estuvimos diez personitas. Me gustó que, después de introducir cómo y por qué he escrito este libro, se abriera debate orgánicamente. El por qué quizás es más evidente: cada día hay más personas, colectivos y organizaciones que descubren la toxicidad de según qué programas informáticos. Y algunas, quieren informarse más o aprender a lidiar con una digitalización grotesca y perniciosa. Creo que este libro puede dar esperanzas en este sentido porque contiene más propuestas que calammides.

Aprovechando que tenía a mano el tríptico sobre “Libros de cultura libre”, quise comentar también mi sueño de crear un sello de cultura libre donde, al estilo de los iconos de las licencias Creative Commons, se puedan promover publicaciones creadas y difundidas con tecnologías convivenciales.

El peso de la transición

Durante el debate, hubo un chico que explicó que lleva las comunicaciones, de forma voluntaria, en un colectivo rural donde las personas participantes son gente mayor que usan Facebook. Comentaba que había probado Mastodon pero que ahí no encontraba lo que buscaba y, además, no tenía tiempo para dedicar a una red social en la que su colectivo no tiene interés.

En este testimonio se mezclan muchas cosas que son comunes a muchos colectivos. Identifico al menos tres: precariedad comunicativa, percepción de impacto en medios sociales y curva de aprendizaje en entornos descentralizados. Muchos colectivos no disponen de presupuesto para comunicación y, además de sus trabajos diarios, la gente hace lo que puede con esas 24 horas que tiene el día. Por otro lado, no es ningún secreto que, los medios asociales publicitarios, alteran nuestra percepción con ofuscación algorítmica de publicaciones (shadow banning) y prácticas de “diseño casino” (escrol infinito, recomendaciones, notificaciones, patrones oscuros). Además, está el esfuerzo añadido de descubrir, entender y practicar la soberanía tecnológica, la descentralitzación web y la cultura fediversal.

Se nos acostumbra a hacer clics y pensar que todo sucede “automágicamente” de forma gratuita, pero quien intenta dar el salto a una digitalización más consciente, comprende que una digitalización más saludable requiere convicción para luchar contra inercias, dedicación y presupuesto para descubrir y fomentar tecnologías convivenciales. En este sentido, en el número 123 de la revista de Ecologistas en acción, encontramos este párrafo sobre los centros de datos y una digitalización que podríamos calificar de “mal entendida”:

Esta propuesta tecnosolucionista se sostiene sobre una imagen mágica de las tecnologías digitales, esta es, la que comprende la nube como algo etéreo e inmaterial del que pudieran brotar, como si fuera tocado por un aprendiz de brujo, las soluciones que hace tantas décadas necesitamos. Nada más lejos de la realidad.

Personalmente, creo que el peso de la transición digital debe recaer en organizaciones y entidades que disponen de presupuesto, especialmente las que disponen de fondos públicos. Pienso que es demasiado esperar que sean pequeños colectivos quienes lideren la transición hacia una cultura libre comunicativa. Lo que sí creo que podrían hacer y sería efectivo y coherente, sería implementar una dieta baja en dopamina que minimizara la dependencia a según qué empresas.

Pero la primera gran etapa, según mi criterio, creo que deben hacerla universidades, ayuntamientos, fundaciones, cooperativas, federaciones, sindicatos, asociaciones, canales informativos como periódicos, radios o televisiones, redes culturales. Son estas entidades las que creo que pueden ser el motor del cambio y abrir camino para convertir en norma lo que hoy día es excepción: visibilizar y promover una participación digital realmente cualitativa a través de infraestructuras digitales convivenciales. Pero, para eso, hace falta mucha consciencia, gran voluntad, un poco de organización y algunos dineros para infraestructura, promoción y formación.

En este sentido, algunas instituciones alemanas, holandesas y suizas, alguna universidad, medios tradicionales y redes culturales ya están tomando cartas en el asunto.

Trabajo de base y testimonios

Para ahondar un poquito más en el tema de la percepción, quisiera comentar dos cosas. La primera es que, durante el debate de la presentación del libro, hubo otro chico que expresó que gracias a Instagram, una huelga había tenido mucha participación. En seguida, saltó una chica para decir que le dolía que se diera tanto crédito al medio porque, debajo de esa percepción, había mucho trabajo de base que se estaba obviando.

La segunda es simplemente comentar que llevo unos años trabajando en un documento que llamo “partikuali” (para abreviar “participación cualitativa”) y que ya va siendo hora de publicarlo. Es un recopilatorio de experiencias humanas y lo estoy anonimizando, es decir, que publicaré lo que se dice pero no quién ni cuando ni en qué idioma. Entre otros testimonios, podréis leer a personas que comparan experiencias entre medios sociales o que explican cómo el uso de descripciones les facilita la participación.

Hay esperanza si hay consciencia

Se habla mucho de transición ecosocial e incluso existe un texto titulado Transición ecosocial justa. Desde el desánimo a la esperanza activa

Cito algunos fragmentos:

Nos cuesta enormemente pensar desde el ecologismo sistemas de propiedad públicos y comunitarios para infraestructuras estratégicas; así como concebir tecnologías basadas en el ecodiseño, la reparabilidad o el software y hardware libre frente a las dinámicas extractivas y el capitalismo de vigilancia.

Estamos atrapados y atrapadas por historias que nos impiden ver, creer o actuar en las posibilidades de cambio; algunas son hábitos mentales y otras propaganda de la industria. A veces, las historias que se cuentan sobre la realidad no se corresponden con la misma, pero se siguen repitiendo. Se trata de desprenderse de mapas caducos que no permiten ver salidas.

Club de lectura e hilo

Irónicamente, quien tiene ya un ejemplar del libro, tiene también acceso a un enlace que pretende hacerlo más accesible. La idea es publicar los capítulos en digital de forma paulatina y organizar un club de lectura para comentarlo. La cuestión es que no sé si abrá suficientemente interés para esta actividad sincrónica y quizás con un hilo en el foro se gasta menos energía.

En fin, si os motiva el tema y/o queréis apoyar esta lucha incesante por una digitalización convivencial, leed, comentad y compartid. Gracias de antemano.

Licencia de esta publicación

Comunicación digital y transición ecosocial 2025 por komunikilo.org bajo licencia Licencia Art Libre LAL 1.3

Redacción: @titi@bcn.fedi.cat

 
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from El Barrizal

Por Ⓐrdilla

“No importa lo mucho que nos preocupe nuestra propia especie, la vida es un sistema mucho más amplio. Es una increíble y compleja interdependencia de materia y energía entre millones de especies fuera (y dentro) de nuestra propia piel. Estos alienígenas de la Tierra son nuestros parientes, nuestros ancestros y parte de nosotros. Ellos hacen funcionar los ciclos de la materia y nos traen agua y alimento. Sin “los otros” no sobreviviríamos.” – Lynn Margulis

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Foto: Un pequeño banco de peces nadando cerca del fondo marino.

Aviso de contenido: Se describen algunas situaciones violentas.

Hoy me levanté con la determinación de reconocerme en el otro, un ejercicio de empatía radical. Como Bill Pilgrim en Matadero Cinco, saltando de un momento a otro de su vida – despegado del tiempo – pero realizando un viaje no por los momentos de mi vida sino por un montón de vidas, de mundos y de estados emocionales, un viaje por todo lo que somos. Y de repente sentí el dolor en los pies de la persona que arriesga su vida para cruzar el desierto en busca de prosperidad, levanté la vista y el sol me cegó en el mismo instante que pasé a ser un bebé agarrado a su madre en un cayuco a la deriva del Mediterráneo. Cerré los ojos y el miedo que sienten las que viven bajo las bombas me invadió con el primer estruendo. Parpadee y estaba a las afueras de un campo de refugiades, sintiendo la angustia de no poder alimentarme ni alimentar. Momentos después sentí la sed del pájaro tratando de sobrevivir al calor del verano. Y me transformé en ecosistema, sentía mi piel arder, sentía en mis carnes el amazonas siendo deforestado, perdiendo mi identidad protectora de vida. Sentía los ríos secándose, los polos deshaciéndose. Fue demasiado. Me encogí mucho, tanto que fui una cerda atrapada en una jaula del tamaño de mi cuerpo, temiendo por no aplastar a mis crías. Un grito sordo me despistó y ahora estaba en una caja de plástico, aterrado, esperando mi turno mientras veía como a mis compañeres conejo les desnucaban y colgaban. No podía soportarlo. Y por un instante sentí que era todo el mundo rompiéndose. Gritando. Buscando fuerzas para resurgir y expulsarme todo aquello que nos adolece.

Y de repente, era todo lo que existía.

Vestido de negro, oculto entre las sombras y liberando a otra persona de las garras de la industria de la muerte. Un sonido metálico me transportó a una empresa armamentística, era esa persona rompiendo computadoras propiedad de cómplices de genocidios. La euforia me llevó a ser el rugido de miles en las calles. A sentir el amor de todas aquellas que ceden su tiempo para cuidar a las liberadas. O el coraje del pueblo originario reclamando, tomando y cuidando su territorio ancestral. De nuevo trascendí a mi especie y sentí mis extremidades agarrarse al suelo que me alimenta, convertido en un árbol hermoso. El sonido del oleaje me cambió de medio, me movía ágil por el agua, era el pez revelándose contra el anzuelo. En un segundo pasé a ser las que reciclan, cocinan y se alimentan en comunidad. Todas aquellas que tejen redes para cuidar a la otredad.

Era todo lo que existía. Estaba conectado a todo lo que existía.

Fui todas las que luchan, se revuelven y devuelven el golpe. Las que buscan destruir la jerarquía. Supe que sin la otra no somos nadie. Que la injusticia en cualquier lugar es injusticia en todas partes. Que necesitamos un mundo donde quepan muchos mundos. Por un breve instante, fui la rabia positiva contra la maquinaria represiva.

Fui todo eso y más. Soy todo eso y más. Somos todo eso y más.

“El mundo más allá de lo humano no es una mera sofisticación caprichosa ni un juego de palabras filosófico: es el sedimento, en nuestra conciencia y actitudes, de verdades científicas a las que se ha llegado con esfuerzo, pero cuyas implicaciones aún deben permear en la sociedad. (...) El mundo está formado por sujetos, no por objetos. Todas las cosas son, en realidad, todos los seres, y todos esos seres tienen su propia capacidad de actuar, sus propios puntos de vista y formas de vida. El mundo más allá de lo humano requiere de nosotros este reconocimiento, porque sin él no somos nada.” – James Bridle

 
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from El Barrizal

Por Liebre

«Pero cuando un hombre sospecha que algo anda mal, a veces sucede que, si ya está involucrado en el asunto, inconscientemente se esfuerza por encubrir sus sospechas incluso ante sí mismo. Y aconteció algo muy parecido conmigo. No dije nada, y traté de no pensar nada.»Herman Melville, Moby‑Dick

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Foto: Una cerda liberada tocando con el hocico a su hijx pequeño.

Cada día tengo más claro que la visión que tiene una persona del antiespecismo dice mucho más de esa persona que del antiespecismo.

En los tiempos que estamos viviendo, llenos de inseguridad social debido al auge de la extrema derecha a nivel global y siendo testigos de cómo la carta de los derechos humanos y la ley internacional no han servido nada más que para gastar papel, me sorprende que la mayoría de las personas que apuesta por una sociedad más justa e igualitaria siga sin ver la conexión entre las violencias. Distintas violencias que podrían simplificarse en una: la violencia hacía quien situamos por debajo. Haciendo un análisis, sin la necesidad de profundizar demasiado, se podría ver claramente que hay alianzas entre todos los cuerpos que compartimos las posiciones inferiores de la jerarquía. Pero, por alguna razón, los distintos grupos sociales suelen centrarse en las diferencias que pueda haber entre ellos para seguir justificando y aumentando la desigualdad y asentar, más aún si cabe, la jerarquía. Tenemos a los diferentes grupos que comparten más de lo que les diferencia, compitiendo en lo que vienen siendo unas olimpiadas de la opresión para ver quién sufre más y para ver quién se lleva la medalla de oro a la causa más justa o importante.

Las dinámicas de poder funcionan de igual manera, la forma de ejecutarlas es la misma y hasta a la hora de poner excusas todas siguen el mismo patrón. En otras palabras, si se refuerza la mentalidad jerárquica, no se está desmantelando nada.

En este texto quiero centrarme en la parte de las excusas, se podría desarrollar mucho más sobre el tema y añadir muchísimas más, pero voy a intentar centrarme en las dos que últimamente me han llamado la atención.

“Hay cosas más importantes”

Esta es una de mis favoritas, sin duda. Creo que quien utiliza esta excusa tiene una perspectiva social bastante obtusa y egocéntrica. Nadie te dice que dejes de preocuparte por nada de lo que te preocupabas antes. Pero ante esa excusa, ¿quién ha decidido lo que es importante? Nada más y nada menos que quien la utiliza, basado todo en vivencias personales o en la validación de su entorno. Con esa excusa no solo jerarquizan luchas, si no que se desprenden de responsabilidades sociales. Un clásico.

Es mucho más cómodo señalar las violencias de otros, de ahí lo que es “importante”, que hacer autocrítica y lidiar con tu verdadero yo (y cambiarlo), y no con esa persona justa y ejemplar que todo el mundo tiene como concepto de sí mismo (sí, incluido Trump); solemos tener normalizadas las violencias en las que participamos y no las vemos como tal, por muy explícitas que sean, como poner un trozo de animal en tu plato. Las violencias y opresiones que ejercemos y en las que participamos nunca nos van a parecer importantes, de ahí el problema. Para todo opresor siempre hay cosas más importantes que hacer que reflexionar sobre su sistema de creencias ¿O acaso hay gente que cree que un colono que está en las fuerzas de ocupación sionistas no considera que haya problemas en su vida más importantes que reflexionar sobre el genocidio que está llevando a cabo? Si se normaliza una violencia, nunca será percibida por los demás como tal, salvo por quien la sufra. Por lo que antes de usar esa excusa para no reflexionar, plantéate si no estás jerarquizando luchas y de esta manera siendo parte del problema con el que quieres acabar.

“Yo es que no tengo esa sensibilidad”

Aludir a la sensibilidad para tomar posición y ser coherente con ella me parece delirante, de mal gusto y peligroso, además de estar envuelto en un tufo machista y homofóbico.

Para empezar, el hecho de relacionar ciertos posicionamientos sociales, especialmente los relacionados más allá de lo humano, con la sensibilidad es machista y homofóbico porque se rige por la dicotomía razón/emoción por la cual se ve al hombre como ser que se rige por la razón y a la mujer como ser emocional que se deja llevar por las emociones e incapaz de controlarlas. Como si eso que llama “sensibilidad”, que no es otra cosa que empatía por toda la vida, no se entrenase al igual que la indiferencia. Los hombres que quieren encajar en el estereotipo de macho no es que no tengan empatía, sino que se han enfocado únicamente en entrenar la indiferencia porque se les ha premiado por ello. Y ¿cómo se premia a un hombre por ser indiferente? entre otras cosas, tomándolo como ejemplo de conducta varonil. En otras palabras: poniéndolo en una posición ejemplar y superior en la jerarquía del sistema social actual. Para ser validado socialmente como hombre debes mostrar frialdad, falta de emociones y que la violencia te sea indiferente. Con este cóctel ideológico ¿Qué podría salir mal?.

Aludir a la sensibilidad es de mal gusto porque da a entender que tiene que ser la institución legal la que te dicte lo que está bien y lo que está mal, ya que parece que, como sujetos, somos incapaces de juzgar por nosotres mismes una situación y lo que nos queda es actuar acorde con la ley, como si las leyes fuesen justas y no respondiesen a unos intereses de clase, género, raza, capacidades y especie. Es de mal gusto porque da a entender que es algo personal y que, si las leyes te permiten ejercer esa violencia, es porque no hay nada que cuestionar.

Y es delirante porque sigue echando balones fuera sobre la responsabilidad social que todes tenemos de un modo que se escapa de la lógica. Que una persona no tenga cierta “sensibilidad” sobre una situación social en concreto no le otorga una carta blanca para poder ejercer violencia contra quienes estén dentro de esa situación sin despeinarse. Sería muy delirante oír a un genocida excusarse en su falta de sensibilidad para evitar responsabilidades y consecuencias sobre sus actos.

El opresor, quién está en una situación de privilegio con respecto al oprimido, nunca va a darle prioridad a revisar su violencia. En todos los casos de opresión, en todos, sin excepción, quien ejerce y tiene normalizada una violencia siempre va a encontrar cosas más importantes por las que preocuparse que dejar de participar en esa violencia y opresión, especialmente si las leyes e instituciones le dan todas las facilidades para que así sea. Solo hay que pensar en cualquier avance social y revisar los debates sociales que había acerca de ese grupo antes de que la sociedad avanzase y se diese por sentado o como lógico.

 
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