from lupalomo
EL AMOR EQUITATIVO En esta alegoría trataremos al amor como una comida compartida.
El antes: Llegas 15 minutos tarde, pero no pasa nada porque me he puesto nerviosa cocinando y he tenido que reinventar el plato. Está bien, tengo mil ideas, apunté todo lo que te gusta en un bloc de notas. La última vez dijiste que estos macarrones eran los mejores que habías probado así que he intentado replicarlos al milímetro, no recuerdas haber dicho eso pero yo sí. Para cuando finalmente timbres mi puerta tendré la mesa puesta como si te hubieran ascendido en la NASA. Se me ha quemado un poco de un lado así que lo he puesto en mi plato, total, a mí me gusta el socarraet. Pondremos tu serie favorita, no es mi estilo pero estoy intentando ver qué es lo que te cautiva tanto en ella. Te he comprado el collar de la protagonista, no era muy caro, está de camino. Dejaremos los platos en el fregadero y recogeremos moderadamente antes de salir. Te acompaño a hacer recados. Te quiero.
El después: Aún no he acabado de peinarme y ya estás en mi puerta, con un zumo que has comprado de camino por si no he desayunado hoy. En teoría íbamos directos al super pero se ha alargado tanto el abrazo que no sé cómo hemos acabado en mi sofá. Un desayuno, un porro y varias conversaciones después parece que conseguimos salir por la puerta. Parecemos estúpidos riendo por los pasillos... No, parecemos enamorados. No tengo ni idea de qué vamos a comer pero te persigo entre tacos de bacon y quesos que no conozco (pero intentas enseñarme). Pagamos a medias. Apenas sé cocinar y te has tomado cambiarlo como meta personal. Pasta, tu especialidad; con nata, mi cruz. Saldré de esta cocina sabiendo cuándo deja de estar cruda y cuándo dejo de estar sola. Lo hemos manchado todo sin darnos cuenta, no estaba prestando atención. También hemos limpiado, sin prestar atención. Hemos puesto una peli, creo, pero no la hemos visto. Me ayudas a poner el lavavajillas. Unos macarrones, un porro y varias conversaciones después ¿siesta? Te quiero, me amas.