“Prefiero ser un cerdo a ser un fascista” Despotricando sobre un meme.
Por Ⓐrdilla
Foto: Porco Rosso sentado en el cine junto a otra persona que lo mira mientras pronuncia su famosa frase.
“Prefiero ser un cerdo a ser un fascista”, decía el personaje creado por Hayao Miyazaki y Studio Ghibli, convertido en símbolo del antifascismo por la izquierda. Un meme que sacar a relucir en redes sociales cuando la sombra del fascismo asoma amenazante. Más allá de las intenciones del autor dentro de la historia, las implicaciones de creerse esta frase fuera de ella, sin convertirla en un eslogan vacío – como ya sucede –, son más profundas si realmente tomamos en serio el valor de las palabras y nos tenemos por antifascistas y anarquistas.
Siguiendo con la cultura popular y tomando lo que dice el personaje de Tilda Swinton en la película Okja:
¨Todo es comestible. Todo, menos los chillidos.”
¿Quién es el cerdo si no uno de los animales no humanos que más sufre la barbarie del fascismo a través de la industria cárnica? Tras los muros, alejados y escondidos, sus cuerpos son tratados como una fábrica de alimento en sí mismos; después de padecer lo innombrable, son asesinados a los 6 meses o a los tres o cuatro años si su función es traer al mundo más “alimento”, hasta que su capacidad reproductora disminuya y sean también enviadas al matadero. La vida, en esos seis largos meses, es un tormento solo apaciguado levemente – si tienen suerte – por el calor de un rayo de sol mientras son transportados al matadero. Y esto sucede constantemente, no solo con cerdos, millones de cuerpos no humanos a los que se les arrebata su voluntad, su libertad y su vida. Eficiencia industrializada del asesinato, fascismo en estado puro.
Desde dentro del entramado material y privilegiado del Norte Global, y bajo una postura antifascista y anarquista, encuentro una contradicción muy fuerte en financiar – o tolerar – todas estas estructuras de dominación y opresión que nos harían arder de rabia si se tratara de animales humanos. ¿No deberíamos estar preguntándonos por qué trazamos una línea entre lo humano y lo no humano? En lugar de ver a los cerdos (y a los demás animales) como simples productos, ¿por qué no entenderlos como personas con otro cuerpo, con su propia perspectiva del mundo? Una visión radical que desarma la jerarquía ontológica que nos autoriza a explotarlos y que ya nos enseñan los pueblos originarios amazónicos.
¿Por qué nuestro antifascismo y anarquismo tienen un muro antropocéntrico que los rodea, una frontera que, una vez traspasada, parece ponernos a favor de la opresión, la discriminación y la jerarquía más abyecta? A la mierda todas las fronteras.
“Prefiero ser un cerdo a ser un fascista”. La realidad es que hemos invisibilizado tantísimo la situación de los demás animales que no solo no lo preferimos, sino que ya somos los fascistas de esa frase.
Hagamos realidad la ficción; pensemos por un momento en que la maldición de Marco Pagot no solo fuera ser un cerdo, sino ser consciente de su condición dentro del capitalismo, sufrir la discriminación que sufre su especie y ver el posicionamiento humano sobre su persona; como si ser un cerdo fuera algo malo, tan solo un poco mejor que ser un fascista: ¿Cómo vería que un puñado de humanos alzaran una bandera contra el fascismo con su imagen? Los mismos humanos que tienen montada una maquinaria asesina bien engrasada y financiada para matar a su especie y comérsela.
¨Todo es comestible. Todo, menos los chillidos”. Quizás cuando compartamos esa imagen deberíamos dejar que esos chillidos resuenen en nosotres y se conviertan en acción; podríamos tomar el lugar del cerdo y solidarizarnos con su padecimiento, luchar a su lado, combatir al fascismo en todas sus formas, no aceptar la jerarquía que define a los no humanos como inferiores o descartables – con el peligro que eso conlleva también para ciertos cuerpos humanos – y desobedecer las lógicas de la animalidad.
Y quizás diréis: “¿No estás exagerando un poco solo por un meme?”, y puede que tengáis razón, pero ya avisé en el título que iba a despotricar.
EL Barrizal – Textos por la Liberación Animal y Pluriversal