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from fragmentos etnográficos de la ciudad monstruo

Dieron las 10 de la mañana y aún no llegaba a la oficina. A esa hora siempre ya estoy en la chamba, pero hoy el cansancio se acumuló y no podía hacer las cosas con la misma velocidad que de costumbre.

Sentía el cuello adolorido y los ojos me ardían pero tenía que manejar a toda velocidad porque iba tardísimo. A las 10 casi todos los noticieros radiofónicos terminan, así que cuando acabó primer movimiento, cambié de estación a la Ke huelga.

Sentía cansancio e iba a prisa, pisé más el acelerador cuando de repente escuché en la radio una introducción que me sonaba familiar. Comenzaba una emisión de Comuna, un programa de Horizonte que transmiten (o transmitían) los lunes por la noche.

¿Qué hacía un programa nocturno de una radio pública sonando por la mañana en una radioadio pirata, libre, alternativa o como se llame?

Después del intro identifiqué que se trataba de un episodio transmitido a principios del año pasado sobre una televisión comunitaria que operaba desde un hackerspace de la Ciudad de México. Después de la presentación de la locutora y el locutor, pasaron una cápsula de introducción y le dieron la palabra a lxs invitadxs.

En ese momento llegué a la chamba, entré al estacionamiento y escuché mi propia voz. Una voz grabada a finales de 2021, transmitida en la radio pública en 2022 y retransmitida en la radio libre ahora en 2023.

Escuchar mi voz me dio mucha emoción y una profunda nostalgia. Parecía que habían pasado muchos años desde que dejé de participar en esas aventuras gozosas pero a la vez dolorosas. Y no, apenas han pasado unos cuantos meses de mi separación.

Todo pasó en un par de minutos, un breve instante en el que dejé de sentir dolor, cansancio y prisa. Entonces apagué el motor y se apagó la radio.

 
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from Notas en el ᵽɐrajüəɢ0

The Artful Escape

por Manuel Monroy Correa

La noción de metajuego, como “juegos creados con videojuegos” (Boluk y Lemieux Metagaming pág. 9) está relacionada con la inventividad propia de quien está usando el programa. Entonces la oportunidad de lo lúdico adviene.

Ante las pretensiones del videojuego, usar el algoritmo para lograr jugar es casi un hallazgo o algo fortuito. En mi empeño de lograrlo, se dio un glitch:

En mi empeño de seguir, lo ridículo y lo absurdo:

Lo que me parece divertido está también en el imaginario personal alrededor de la historia. Imagino al alumno ávido por aprender (como supone el relato) errando sin más. De hecho, al principio, me costó trabajo entender rápidamente qué hacer hasta que noté la relación entre colores y botones... Pero ese desatino me permitió hallar en el error la risa.

Algo final: el glitch es muy particular al suprimir el sonido principal y escuchar sólo el predeterminado de fondo (el canto de aves), produciendo una paradoja: la de lograr el objetivo (output del algoritmo) suprimiéndolo (sin sonido). No se aprecia la “maestría” oculta y solitaria del personaje (su potencial), conforme al tejido de la historia, sino que se vacía y se da pie a lo secundario que toma relieve. Se suspende el relato y lo que importa es la contemplación.

#videojuegos #metajuego #parajuego

 
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from Notas en el ᵽɐrajüəɢ0

por Manuel Monroy Correa

Tuve un sueño con la apariencia de lo recurrente, y lo digo así porque varias veces me desperté. Cuando volvía a dormir, la idea continuaba. Todo tenía que ver con los videojuegos:

Fuera del sueño, hacía poco que había platicado con una persona cercana a mí sobre la ontología del trabajo expuesta en el Manifiesto comunista y luego sobre la crítica al capitalismo. En el sueño aparecía él de nuevo, hablándome acerca de una iniciativa que utilizaba los videojuegos para hacerse de recursos económicos que favorecían a comunidades desvaforecidas con resultados medibles.

Un conjunto de peculiaridades estaban sobre la mesa. Primero, el grupo estaba conformado por mujeres casadas que habían estudiado en universidades privadas de alto prestigio, en las que cursaron estudios críticos (¿teoría crítica?, ¿metapolítica, en términos badiounianos?) y eran conscientes de sus propios privilegios. Eran activas en cuanto buscar contrarrestar las desigualdades -socioeconómicas, sobra decir- en el país. Crearon una asociación con este fin, que promovía videojuegos. Se reunían recurrentemente, a la manera de los eventos altruístas de los ricos en la que se mostraban los productos. Cenas elegantes. Salones lujosos. Gente pudiente.

En segundo lugar, los videojuegos tenían la peculiaridad de afectar los sentidos, especialmente la vista. Mientras más lo lograban más beneficio había. El afecto era algo parecido a la conjuntivitis en cuanto a que los párpados parecían difíciles de abrir. De hecho, la participación en el videojuego era, precisamente, dificultar la comprensión. Más que el desconcierto, despertaba el interés y la fascinación por algo que, mientras más se estaba cercano a ello menos visible y comprensible era. (Tal paradoja es señalada por Giorgio Agamben para el caso del dolce stil nuovo y el enigma griego.)

Aún más sorprendente era el hecho de que el uso de estos videojuegos (cuyos programadores eran unos verdaderos genios incógnitos) lograba disminuir significativamente las desigualdades socioeconómicas. «Sumergirse» en ellos era hacer de la acción crítica una realidad material. Era tan comprensible; de una evidencia al mismo tiempo clarísima y casi imposible de enunciar, que no dejaba lugar a dudas que nada nunca fue tan efectivo. Ningún programa nacional, ninguna iniciativa corporativa (pero, claro), ninguna organización no gubernamental hasta el momento había convencido a nadie de esta forma.

La cosa no era muy conocida. Por supuesto, las reuniones se organizaban secretamente y se asistía por invitación. Tal poder no iba a ser bienvenido por cualquiera que no tuviera, al menos, el deseo de quitar la brecha de los privilegios en favor de algunos que lo merecían... El propósito secreto -también- de tal exposición, era terminar definitivamente con la desigualdad, pero este sólo podía compartirse una vez que se hubiera participado de los videojuegos. Cada nuevo producto generaba una expectativa desmedida y hacía irresistible «jugarlo».

Los videojuegos eran dulces adictivos; la crítica de la que hacían partícipe, era alegre. La justicia y la verdad se abrazaban y no se sabía si eso era la causa de la serotonina o era ésta la que provocaba tal impulso. La crítica al capital no sólo era irrefutable sino bien acogida. No hacía sino llevar a la acción. Era una realidad onírica de izquierdas y se vendía por millones.

Hay que anotar que tal acción era, por supuesto, comprar el videojuego. Era casi una subasta y la gente se desvivía por probarlo. Al final, lo compraban, con el corazón henchido de gozo por saber que no se trataba de una ayuda, sino de un cambio auténtico en el mundo, cuyo bienestar no era más utópico, ni distópico, sino ludotópico.

monromac@social.anartist.org

 
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from Violiste Valencià

Ja! Oficialment ha acabat la 1a avaluació.

Un abans en la meua manera d'entendre i transmetre coneixement a la secundària, i a partir del gener també un després.

Passaré del 0,5 que tenia fins ara a 1 completa gràcies a noves optatives, que potser són prou distants pel que respecta a l'àmbit musical, però no del tot inconnexes i això em suposa un repte, docent, però sobretot creatiu, i m'agrada, em motiva.

Resumint: girem pàgina per iniciar un nou i curiós capítol.

Aneu passant pel blog, el perfil o algun directe per a enterar-vos de quantes parets acabo per menjar-me o si m'he soterrat entre idees i emocions!

#EnsLlegim!

 
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from ᵖᵘˢʰᵉᵈ ᵇʸ ᵗʰᵉ ᵛⁱᵒˡᵉⁿᶜᵉ ᵒᶠ ᵒᵘʳ ᵈᵉˢⁱʳᵉˢ

Huelga de 1907

Existen numerosos relatos sobre la masacre ocurrida hace 115 años en el norte de Chile, cuando el Estado, a través del Ejército, decidió actuar con violencia contra cientos de trabajadores salitreros y sus familias, que se atrevieron a exigir mejores condiciones de vida.

Antecedentes

En aquel entonces, los dueños de las salitreras ejercían duramente el control sobre la vida de los mineros: eran dueños de las viviendas obreras, de las pulperías e incluso de un sistema policial propio.

Los salarios de los trabajadores se pagaban a través de fichas. Este método particular de pago obligaba a las familias a comprar exclusivamente en las pulperías de sus patrones.

Huelga

Pronto, el malestar general se volvió evidente. Fueron trabajadores salitreros de distintas nacionalidades quienes, el 10 de diciembre de 1907, iniciaron la llamada Huelga de los 18 peniques, ya que su principal demanda consistía en eliminar el pago de los salarios a través de fichas y emitirlos en efectivo. Los obreros formularon su petición de la siguiente manera:

  • Aceptar que mientras se supriman las fichas y se emita dinero sencillo cada Oficina representada y suscrita por su Gerente respectivo reciba las de otra Oficina y de ella misma a la par, pagando una multa de $ 50.000, siempre que se niegue a recibir las fichas a la par.
  • Pago de los jornales a razón de un cambio fijo de 18 peniques. Libertad de comercio en la Oficina en forma amplia y absoluta.
  • Cierre general con reja de fierro de todos los cachuchos y chulladores de las Oficinas Salitreras, so pena de pagar de 5 a 10.000 pesos de indemnización a cada obrero que se malogre a consecuencia de no haberse cumplido esta obligación.
  • En cada oficina habrá una balanza y una vara al lado afuera de la pulpería y tienda para confrontar pesos y medidas.
  • Conceder local gratuito para fundar escuelas nocturnas para obreros, siempre que algunos de ellos lo pida con tal objeto.
  • Que el Administrador no pueda hacer arrojar a la rampa el caliche decomisado y aprovecharlo después en los cachuchos.
  • Que el Administrador ni ningún empleado de la Oficina pueda despedir a los obreros que han tomado parte en el presente movimiento, ni a los jefes, sin un desahucio de 2 a 3 meses, o una indemnización en cambio de 300 a 500 pesos.
  • Que en el futuro sea obligatorio para obreros y patrones un desahucio de 15 días cuando se ponga término al contrato.

Ya al 16 de diciembre la huelga recibía un apoyo masivo por parte de distintos sectores del pueblo trabajador, que respaldaban el petitorio y reclamaron al gobierno el rol de mediar las negociaciones con la patronal, quienes se negaban a cualquier discusión mientras los pampinos no volvieran a las faenas. Se estima que en aquel momento habían entre 10.000 y 12.000 obreros junto a sus familias reunidos en la plaza Manuel Montt y en la Escuela Domingo Santa María.

Ante la negativa de reanudar la actividad laboral mientras no se llegara a un acuerdo, las autoridades gubernamentales ordenan que los huelguistas retomen el camino de vuelta a las salitreras. También llegaron a Iquique tres regimientos para reforzar las fuerzas militares que ya hacían presencia en la zona.

Matanza

El 19 de diciembre se apersonan el Intendente Provincial Carlos Eastman y el general Roberto Silva Renard. Llevan consigo la misión de disolver las manifestaciones. Es tristemente célebre una editorial del periódico El Mercurio, que desestima el petitorio obrero y llama a la supresión del movimiento. Este mismo medio posteriormente justificaría el derramamiento de sangre, en virtud de resguardar el orden público.

La tensión sigue en aumento, hasta que el 20 de diciembre los dirigentes sindicales se reunieron con el Intendente Provincial para expresar sus demandas. En ese mismo momento, a través de un decreto publicado por la prensa, se declaró estado de sitio, que implicó la suspensión de las libertades constitucionales. Un grupo de obreros, junto a sus familias, intentaron abandonar el lugar donde se hallan concentrados los huelguistas, intento que en respuesta recibe el ataque de las Fuerzas Armadas, dejando un saldo de 6 obreros asesinados.

El día 21 de diciembre se realizan los funerales de los trabajadores, que finalizan con la orden de abandonar la ocupación y se trasladen al Club Hípico de la ciudad. Los pampinos temen ser cañoneados durante el trayecto, por lo que eligen permanecer.

El general Silva Renard ordena el desalojo inmediato, bajo amenaza de abrir fuego. Solo un pequeño grupo de obreros decide abandonar la plaza.

Ante la insistencia de los obreros, Silva Renard ordena a los soldados disparar contra los miembros del comité sindical, quienes caen muertos inmediatamente. La multitud, desesperada, intenta escapar. En respuesta, las tropas abren fuego nuevamente y hacen ingreso a la Escuela, donde acribillan sin discriminar, tanto a trabajadores, como mujeres y niños. La cifra más aceptada estima que las víctimas bordearon las 2.200 personas. Los sobrevivientes fueron escoltados a punta de sable al Club Hípico y luego a la pampa.

El gobierno ordena no expedir certificados de defunción, y opta por enterrar los cadáveres en una fosa común. Los cuerpos no fueron exhumados hasta 1940.

Sucesos posteriores

El general Silva Renard informa a sus superiores lo acontecido, en un tono ligero, que responsabiliza a los propios huelguistas de su trágico destino. El Congreso Nacional reacciona creando una comisión investigadora, a la cual no se designó a nadie y tampoco realizó función alguna. Los primeros cuestionamientos oficiales a la matanza datan de 1913, seis años después, a partir de un informe entregado a la Cámara de Diputados.

A pesar de todo, un atisbo de justicia aparece en 1914, cuando en Santiago el general Silva Renard sufre un ataque a puñal del anarquista español Antonio Ramón Ramón, hermano de Manuel Vaca, uno de los tantos obreros asesinados en Iquique. Silva Renard finalmente muere en 1920 producto de las heridas.

Paradójicamente, ese mismo año se comienzan a dictar leyes sociales mínimas que favorezcan la vida del pampino trabajador.

Homenaje a Antonio Ramón Ramón, el vengador de la Escuela Santa María de Iquique

Reflexiones

Sin duda, la Matanza de la Escuela Santa María fue un hito en la historia nacional, que da cuenta de cómo el Estado responde ante las justas demandas del pueblo obrero. La articulación de las Fuerzas Armadas como defensa de los intereses capitalistas no fue por aquel entonces algo nuevo, ni tampoco es algo que no suceda ahora en nuestra historia reciente. Vale recordar las innumerables violaciones a los DDHH que acontecieron a partir de la revuelta de aquel octubre del 2019. De igual manera la prensa tuvo un rol de suscitar la represión e instalar en la opinión pública un discurso que desestima las demandas populares y acusa a los manifestantes de ser meros agitadores que buscan desestabilizar el país.

En razón de ello, es que tenemos el deber de revisitar cada tanto los tristes sucesos que enlutan este territorio. El análisis crítico de la historia permite entender que la lucha de clases sigue vigente, que la memoria es lo que nos conecta con las luchas del pasado, y que el mejor homenaje será nunca olvidar.

 
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from decorre

me paro / com minha camiseta de vários verões / com o chinelo do star wars que minha sogra ganhou por engano e me deu / me encontro com meu corpo envolvido por estes panos / com aquela unha esquisita e estes pelos espalhados / tão diferentes agora de quando semeei pela primeira vez esse olhar / e é tudo como as cordas de nylon velhas do tonante em que colhi minhas primeiras notas / esse é o timbre da minha pele / que continua a mesma

 
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from decorre

corre contra as notas escritas contra as ditas palavras a alguns gela por outros vela e se consome temendo a mediocridade e a sonoridade de seu corpo contra a ribanceira e agarra as raízes da margem sonha com terra e anseia e continua a correr e com sede e antes que seque quando águas futuras já terão passado

 
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from fragmentos etnográficos de la ciudad monstruo

Es un día típico de diciembre en la oficina, atardece, son casi las 6, termina mi chamba, apago mi compu y tomo mi celular que está en mi escritorio. Lo desbloqueo y comienzo a revisar el timeline de Mastodon, me detengo en un toot sobre TEA (Trastornos del Espectro Autista), me interesa porque un par de personas cercanas me han insinuado que tengo ciertos rasgos autistas, pero nunca había sido un tema que me preocupara. Cada toot del hilo que leo me intriga, me emociona, me desconcierta, no se lo que siento. No estoy triste pero siento ganas de llorar, siento que mi mente se abre, se despeja, es un momento inquietante pero placentero. El relato en formato de hilos de Mastodon no es una descripción médica, ni un diagnóstico, nada de eso, son opiniones de alguien con TEA que súbitamente hacen conexión con mis vivencias. No se cuánto tiempo pasé leyendo, tal vez solo 15 minutos, pero ahora me siento desorientado por lo que acabo de experimentar. Esta fría tarde descubrí una nueva pieza del rompecabezas que me ayuda a entender quién soy. Más tarde sigo desorientado pero tengo que pasar al supermercado, no recuerdo lo que tenía que comprar, pierdo el boleto del estacionamiento pero no me siento enojado, ahora múltiples recuerdos rondan mi cabeza, más tarde estas ideas no me dejan dormir. Ahora, un poco más sereno, escribo lo que viví ayer para dejar registro del momento exacto de un descubrimiento. Registro del instante en que tuve conciencia para mi.

 
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from ᵖᵘˢʰᵉᵈ ᵇʸ ᵗʰᵉ ᵛⁱᵒˡᵉⁿᶜᵉ ᵒᶠ ᵒᵘʳ ᵈᵉˢⁱʳᵉˢ

«Aquí si que encuentro algo», pensó mientras trepaba lentamente el cobertizo de un patio que no era el suyo.

Sus pasos ligeros apenas emitieron sonido, hasta que un brillo plateado capturó su atención. Se dirigió hacia aquel tesoro y tomó cuánto pudo.

De pronto, sintió una respiración agitándose tras de si.

El perro de la casa le doblaba en tamaño, y no consentía que tocaran su plato.

El pobre gato huyo como pudo con la cola entre las patas.

Aún queda noche por delante.

 
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from Notas en el ᵽɐrajüəɢ0

Stray

por Manuel Monroy Correa

Bajo la consigna del antropoceno, en su compleja jerga teórica, la posibilidad de un mundo-sin-nosotros (Eugene Thaker) está más que imaginada. La extinción humana como posibilidad no sólo dibuja el horror de nuestra ausencia y la indiferencia del planeta, de las otras especies y del universo mismo respecto del antropocentrismo; también representa la posibilidad de vida de lo otro. Esta otredad, que en la correspondencia ilustrada seguimos denominando “naturaleza” contiene aún nociones de lo salvaje, lo primitivo, lo primigenio, etc.

Pero lo otro también contempla lo que no es humano y tampoco es “natural”, es decir, en relación ontológica con la vida orgánica. Puede afirmarse que tal otredad es propia de la técnica más allá de su instrumentalización. En primer lugar, la independencia ontológica de las cosas sólo puede pensarse desde su condición material en tanto que invención. Gilbert Simondon considera que esta independencia afirma el carácter de lo inventivo por sí mismo. El objeto inventado sólo así es «independiente del sujeto, transmisible, que puede ser puesta en común, constituyendo el soporte de una relación de participación acumulativa» (Imaginación e invención 184). Además, en tanto que cosa inventada, se vuelve el signo marca de la «trascendencia» humana, como dice Simondon, en lo técnico y en las artes.

Otro caso es el de la «inteligencia artificial general», el momento en que la IA iguala la capacidad humana de actividad cerebral, al menos como la conocemos. Cuando las máquinas dejan de estar configuradas en el marco del servilismo, la noción de independencia se formularía bajo la noción de sujeto.

Androideleyendo

Todos estos aspectos intervienen en la narrativa de Stray, un videojuego sobre una era posthumana, cuyo personaje principal es un gato sobreviviente a una peste que acabó con la humanidad hace cientos de años. Los restos de lo «humano» son las directrices narrativas y. paradógicamente, la interpretación del usuario del videojuego. Digo «paradógicamente» porque en un mundo humano imaginario sólo el usuario puede interpretar su propia ausencia y todavía «manejar» a un personaje no humano (de hecho, todos los personajes de cualquier videojuego lo son...).

Dentro de la historia, los androides juegan un papel que está entre el salto a la IA general y la IA programada, a excepción de algunos. El juego está recargado de restos de lo humano, bajo una curiosa expectativa de hallar aún lo humano allende la huella que ha dejado. Es el caso del dron que acompaña al gato todo el tiempo, quien dice ser una IA acompañante de un científico.

Los restos son los de un capitalismo rampante que termina fragmentando la vida y estratifica hasta sus últimas consecuencias la convivencia de lo que fuera lo humano. Si bien, el «fin del mundo» no se da por él directamente, sino por una peste cuyo origen se desconoce. La peste pervive y se sugiere que se trata de contaminantes en la parte más baja de la ciudad, la de mayor pobreza y exposición.

ciudadbaja

La crítica está presente en la historia. La ciudad misma es un remedo o una ruina de las estructuras socio-técnicas de lo humano en el que el servilismo de los androides se combina con las actitudes y acciones «libres» de otros androides: obediencia y desobediencia civil, encarcelamiento, opresión, indiferencia, búsqueda de independencia en un «afuera» de la ciudad cuyo escape se halla en la parte más alta de la misma, la de las esferas privilegiadas de lo que fue.

En sentido contrario, las mayores opciones de exploración y de sentido de cooperación se hallan en la parte más baja de la ciudad, el lugar más vulnerable al acecho de criaturas nacidas de los desechos tóxicos. Donde menor obediencia hay y donde también se sostiene el presupuesto de peligro por «salir» de la ciudad. Salir de la ciudad es igual a salir del sistema y sus ideologías.

Los lugares de desobediencia o de expresión individual son todos ellos intersticiales y en ellos se da la dinámica del camuflaje, del disfraz, de la supervivencia y lo lúdico.

gatoconmomo

El gato no parece tener propósito y esa extraña condición hace pensar que el mundo animal se aparta de una comprensión inmediata. De hecho, está ahí por accidente. El mundo androide tiene personajes atormentados (los que quieren salir de la ciudad) o indiferentes y «conformados». En todo ello está ese sentido fallido de «trascendencia» humana en sus objetos inventados porque no hay ideal alcanzado sino permanencia del gran sistema que generaba fracturas en lo vivo.

Es aquí donde el papel «principal» del gato puede cuestionarse y, en su función de instrumento/ayuda, quienes ocupan ese lugar son el conjunto de androides que han intentado salir del enorme búnker por siglos, sin éxito. El gato parece no hacer nada para sí mismo y el mundo de «abajo» emerge como una sorpresa y un problema por resolver, que no es suyo, excepto por la supervivencia.

metaorganismo

 
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from fragmentos etnográficos de la ciudad monstruo

Son las 9:20 de la mañana, voy colgado de la puerta del pesero, que después de luchar contra otros autos, por fin logra dar vuelta en Avenida Taxqueña. El logro fue efímero porque pronto queda atorado entre un micro y un taxi que deseperado toca el claxon sin parar. De repente, a toda velocidad pasa por un estrecho espacio que quedaba entre los vehículos un hombre en bicicleta. Es una persona modesta de mediana edad que, justo al pasar enfrente de nosotros, grita a todo pulmón “que bonita paz”.

 
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from Tiempo de letras

Hay gente que viene a leer, así parece por lo que dice, y yo leo, el Writefreely; y yo aquí a nadie felicité.

¿Por qué ahora no va a ser? Os deseo felicidad, no un día o un año o, tan siquiera, un mes; os deseo que sea amplia sonrisa la que dibuje vuestra mandíbula cada momento de toda la vida.

Placer en el sentir en cada latido de cada ser. A ti que lees, sé feliz. Y para los que no leen, sea allí o sea aquí, mucha felicidad también.

 
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