VirginiaVictoria

De exploración e iteración: qué siginifica ser humane en este tiempo, catarsis, fe, miedo, movimiento.

Sobre morir

Aviso previo: Esta entrada es larga, tanto como quiso ser. Y habla de muerte, claro, y de suicidio y duelo y cosas, que pueden despertar emociones intensas e invasivas. Ojalá también sea de algún modo aliviante, si decides quedarte. No te sientas obligade a leer. Quizás no sea el momento para ti y, en todos los casos, honremos. Con especial amor fluido y ternura a las criaturas de mi vida que sienten la muerte cerca, dentro, intensa en las últimas lunas.

Muerte

Vacío. Lo que está entre. Que cuando llega, parece que la vida fue/es solo un instante. Ofrece cataratas de emoción terrible. Tragedia. Alivio. Rabia. Tristeza profunda. Sensación de irremplazabilidad. Injusticia radical cuando la vida se tomó como si no valiese.

Cualquier cosa que pueda decir a alguien que esté en duelo por fallecimiento se queda corta. ¿Qué se dice? ¿Cómo se escucha? ¿Qué se puede ofrecer?

Hay tantas formas de danzar como cuerpos. Quizás igual con la muerte cuando toca de lleno y/o de cerca; y/o masiva y/o de lejos…

Me pongo a escribir sobre muerte porque está siempre presente. Porque lo ha estado, de repente, cerca de criaturas cercanas a mis días. Porque habita y posee en sensaciones mi cuerpo, a veces, la sensación de extinción presente. Siento que nuestra relación con ella precisa de atención honda, en estos tiempos. Cuando digo nuestra, me refiero a las personas cultivadas en paradigmas occidentales, patriarcales, coloniales, de dominio sobre, de control; me refiero a la gente que ha sido cultivada desde legados similares a mí. A como nuestro ecosistema cultural nos deja como herencia nociones de la muerte y a como, en el esfuerzo atento de transformación, vamos co-creando, metamorfoseando, diferente y amplio y vertical.

“The meaning of life is that it stops.” / “El significado de la vida es que para” ― Franz Kafka

Empiezo traduciendo un poema de Maya Angelou:

“When Great Trees Fall” “Cuando grandes árboles caen”

When great trees fall, Cuando grandes árboles caen, rocks on distant hills shudder, rocas en colinas distantes se estremecen, lions hunker down leones se agazapan in tall grasses, en hierbas altas, and even elephants e incluso elefantes lumber after safety. Se mueven enormes tras seguridad.

When great trees fall Cuando grandes árboles caen in forests, en bosques, small things recoil into silence, cosas pequeñas retroceden al silencio, their senses sus sentidos eroded beyond fear. erosionados más allá de miedo.

When great souls die, Cuando grandes almas mueren the air around us becomes el aire a nuestro alrededor se vuelve light, rare, sterile. ligero, raro, esteril. We breathe, briefly. respiramos, brevement, Our eyes, briefly, nuestros ojos, brevemente, see with ven con a hurtful clarity. una claridad doliente. Our memory, suddenly sharpened, Nuestra memoria, de pronto afilada, examines, examina, gnaws on kind words mastica en palabras amables unsaid, no dichas, promised walks paseos prometidos never taken. Nunca tomados.

Great souls die and Grandes almas mueren y our reality, bound to nuestra realidad, entrelaza a them, takes leave of us. ellas, se despide de nosotras. Our souls, Nuestras almas, dependent upon their dependientes de las suyas nurture, nutren, now shrink, wizened. ahora se encogen, marchitas. Our minds, formed Nuestras mentes, formadas and informed by their e informadas por su radiance, resplandor, fall away. se caen. We are not so much maddened No estamos tanto enloquecidas as reduced to the unutterable ignorance como reducidas a la indecible ignorancia
of dark, cold de oscuras, frías caves. cuevas.

And when great souls die, Y cuando grandes almas mueren, after a period peace blooms, tras un periodo paz florece, slowly and always lentamente y siempre irregularly. Spaces fill irregularmente. Los espacios se llenan with a kind of con una especie de soothing electric vibration. Reconfortante vibración eléctrica. Our senses, restored, never Nuestros sentidos, restaurados, nunca to be the same, whisper to us. para ser los mismos, nos susurran. They existed. They existed. Existieron. Existieron. We can be. Be and be Podemos ser. Ser y ser better. For they existed.” mejor. Pues elles existieron.” ― Maya Angelou ― Maya Angelou

….

Muerte que se siente como perder miembros para siempre y, a la vez como ciclo de vida y, a la vez tanto más.

Si hay muerte, hay duelo. No se puede hablar de muerte y duelo sin hablar de amor. La maestra bell hooks dijo:

Une no debería buscar conquistar el duelo/el dolor, porque el duelo en su forma más básica es una expresión de amor. El duelo es un reconocimiento de pérdida, sí, pero también es una manera de honrar nuestro compromiso por aquellas que han fallecido. Raramente, o nunca, sanamos ningune de nosotres en aislamiento. Sanar es un acto de comunión. El amor nos invita a doler por les muertes como ritual de luto y como celebración. Necesitamos no contener el duelo cuando lo usamos como medio de intensificar nuestro amor por lo muerto y lo muriendo, por aquelles que permanecen vives.”

Mmmm

No puede hablarse de morir sin hablarse de vivir.

De pequeña imaginaba: morirse como ir a un lugar de NADA. Como gran silencio. Me aterraba conectar con la desaparición potencial de mis progenitores. Soñaba con su muerte en pesadillas recurrentes. Responsabilizo al Disney de Mufasa y a Freddy Krueger. Mi abuela fue la primera y su mente se diluyó en Alzheimer y supuse que morir era más que dejar de latir y entonces, no dejé de preguntar qué es vivir. En contexto obsesionado con salud y trabajo, ¿Qué es vivir?.

Traigo aquí a Sophie Strand, que tanto me ha guiado sobre vida, salud, muerte, descomposición y compost.

“las narrativas clásicas populares son: estás enferme, te dan un diagnóstico, pruebas un montón de tratamientos, y te pones mejor. Yo tengo una condición que no tiene cura, es degenerativa. ¿Cómo puedo empezar a encontrar salud en la descomposición?. Creo que va sobre “making good soil” / convirtiéndome en buen suelo/compost. No me muevo hacia un cuerpo sano o sanado, pero que pasaría si mirásemos a la descomposición como el momento en el que la vida rebosa su taza? Hay algo jugoso y complicado en imaginarme como una pila de compost, repleta, con múltiples voces, integrada de especies.” “El compostaje es una manera realmente poderosa de navegar nuestro miedo cultural a la muerte y la mortalidad. ¿Cómo es la Muerte el útero de la vida? ¿Cómo es la muerte la matriz del suelo de todo lo que crece en comida y flores y bosques?. Compostarse es un proceso íntimo, uno que destruye el mito de separación y requiere de nosotres que estemos en relación con el ciclo de la vida. Después de todo, vivimos en una cultura privada de ritual y significado. Tu práctica espiritual puede ser compostarse. – Puede ser sobre alimentar la tierra en la que vives. ¿Entonces qué es descomposición? Observando un montón de compost transformarse en suelo fértil puede parecer que descomposición es génesis. La descomposición es la primera escena en una comedia de hilos miceliales y milpiés y flores silvestres brotando, semillas depositadas invisiblemente por un ave volando allá arriba. A veces pienso en la muerte como siendo la transición de una viveza solitaria a una polifonía anárquica de vida. Hace años, un ciervo, golpeado por un coche, consiguió llegar hasta los bosques en la periferia de la propiedad de mis padres, donde murió. Era verano, tremendamente caluroso, la corteza pelada de los abedules casi crujiendo en cenizas bajo el sol implacable. Día tras día visité el cadáver y vi como una vida se derretía en una revuelta de vidas. Gusanos. Hormigas. Larvas. Escarabajos. Setas. La muerte era casi el momento cuando la vida rebosa su taza. La vida no era un final de la vida. Era el final de lo singular. El ciervo decayó fuera de su forma en una pluralidad generativa explosiva. Una narrativa divergía en cuatrocientas narrativas.

… …

Le pregunté a mi amigo, médico especialista en paliativos infantiles, que qué podía aconsejarme, en esta cultura que no nos ha dicho cómo acompañar a quien duele por muerte. Me mandó un audio largo (gracias) y rescato algunas de las cosas que compartió conmigo:

“Tampoco sé que decirte. En esto no un correcto concreto. Hay muchas formas de hacerlo mal, eso seguro, pero tampoco hay formas concretas de hacerlo bien. Lo más fundamental es escuchar mucho, sinceramente. Hablar poco y lo que sea hablar pues que sea sobre todo para validar y respetar mucho el proceso de cada cual con esto. Lo que esta persona puede estar sintiendo es terriblemente variable según cada momento del día, según vaya pasando el tiempo y puede ser muy disonante con otra gente de su entorno o con lo que la persona espere de sí misma o esperaría de sí misma en esta situación.

Digo esto porque es muy importante facilitar la expresión de todo lo que pueda haber.

Lo más habitual es que haya profunda tristeza y miedo, y esas son las emociones más fáciles de expresar, pero es que puede haber de todo. Puede haber enfado. Culpa. Tiene que haber un espacio para expresarlo si es que lo piensa. Ese tipo de confesiones que nadie quiere hacer, enfadado, culpable, siento alivio… a veces uno desea que se acabe. Se puede sentir que no se puede decir esto en alto. Para mí una parte importante de todas estar cosas es no dar nada por hecho y facilitar que todo esto pueda salir, porque muchas veces se sufre mucho por estar masticando todo eso en soledad. Y a partir de ahí siempre es el qué necesitas, que te vendría bien.

Cuando la muerte es inevitable: A partir de ahí surgen esas emociones habitualmente terribles y todo ese malestar y toda esa desesperanza y para nosotros en este tipo de conversaciones hay dos premisas importantes: que sin esperanza no se puede vivir, ósea que siempre hay que dar un mensaje de esperanza pero esa esperanza tiene que ser realista y luego pues ofrecer disponibilidad. La desesperanza que suele invadir en estas situaciones, no puedes decir que todo va a salir bien y es una mierda que te lo digan o que te digan que no llores… pero claro, si la esperanza no es curación, la esperanza puede ser no tener dolor, estar bien atendido, estar acompañado, estar cuidado… bueno. Se sabe por ejemplo, hay algún estudio por ahí que en España lo que la gente más teme en relación a la muerte es morir solo. Entonces bueno, pues hacer énfasis en esperanzas realistas.

En tu relación con estas personas que sufren la muerte de alguien está en pensar cómo puedes estar para ella y estar con ella y cuidarla y ofrecer esa disponibilidad. Puede dar algo de calidez y de alivio a esa persona pero claro, reconociendo lo que es, que es una mierda y ya está. Cada cual en su proceso puede ir a un paso a un afrontamiento distinto. Justo me estoy leyendo un libro de Norbert Elías que habla de las distintas maneras de afrontar la muerte en nuestra sociedad, desde el afrontamiento clásico religioso de pensar que la muerte no es como tal, que hay una vida después de la muerte; al reprimir la idea de la muerte y no pensar nunca en ella o al pensar que otros se mueren pero que yo no y que de alguna manera la medicina siempre va conseguir curarme, una especie de negación; o el afrontamiento activo, ¿no? Y el afrontamiento activo tiene que ver con qué quiero que quede después de mí. Dependiendo de cómo sea el afrontamiento de estas personas es distinto. Pero ponerse en un plano demasiado racional cuando la cosa se ha puesto ya tan fea, puede tener poco sentido. Cuando el camino está tan avanzado las razones dan para poquito.”

Si echo en falta maneras de conectar, seguiré conectando con sabidurías que han visto más que yo.

Suicidio:

El otro día, mi compañero viajaba en coche por una carretera estrecha, y una hilera de vehículos parados les evitaba avanzar. Al bajarse del coche y caminar, una mirada atenta le hizo entender qué pasaba. Una persona joven, aferrada a una valla al borde del precipicio, pendía de la decisión de quedarse o saltar. Su joven acompañante lloraba. Las personas que les rodeaban, que la casualidad llevó a estar en ese lugar en ese momento, desconocidas entre sí, acompañaban la escena. Cada cual como llamado a su papel, acogían y no dejaban en soledad a las personas de esta escena. La crisis se convierte en colectiva y el sufrimiento se reparte. Se autoorganizaban para resolver el bloqueo del tráfico moviendo coches. Mi compañero exploró con oídos atentos y quedó aliviado con los papeles que se estaban cubriendo. Decidió que su papel era continuar su camino y guardar esta historia en el pecho podría ser su rezo. Las crisis, sacudidas, en la vida nos unen. Esa es la tesis del libro de Rebecca Solnit “un paraíso en el infierno”, que nos da mirada hacia cómo afrontamos las catástrofes (y cómo la inercia sistémica nos retroalimenta terror, no haciendo justicia a lo que se vive en los epicentros de estas). Mi cuerpo que vivió joven el suicido de persona cercana… hoy me dice que la tragedia se expone en la pérdida de oportunidad de amar la oportunidad de vivir. No puedo juzgar cuando esa oportunidad termina. Y como persona con el suicido presente en su historia potencial hacia futuro, lo honro como parte de mi libertad. Como potencial camino. Y eso, creo, que le da poder a mi sensación de vivir.

¿Se puede conectar con suicidio sin ponerlo en la balanza de juicio?

Culpa… ¿Qué pude haber hecho?

Siento que algunas de las conversaciones más brutales de las que he participado eran dolorosos y apasionados intercambios de familiares de personas que se había suicidado vs personas que tienen una opinión formada sobre el suicido pero no lo han vivido de cerca.

Hay tantas maneras de danzar como cuerpos.

Al igual que ser consciente de que la muerte puede llegarme cualquier día de estos. ¿Qué significa(ría) vivir, pudiendo estar tranquila al final del día: si muero mañana, estaría tranquila con ello? Lleva informando mis decisiones y cauces un tiempo. No es homogéneo ni me parece superior a nada. Es. Para mí es como meterme bajo tierra y comérmela, llenarme de humildad por la ofrenda de cada instante que soy consciente de estar viviendo. Y ahí el dolor se siente algo diferente.

Aquí entra la noción de legado. Lo ancestral.

Contaba Bayo Akomolafe en la primera sesión del “curso” We Will Dance With Mountains: Vunja!: hace 41500 años, tuvo lugar un evento que llaman “evento de Laschamp” en el que cambió la polarización global: el sur se convirtió en el norte. Fue un evento disruptivo geomagnético global. Las condiciones eran apocalípticas y brutales, y se entiende que esto llevó a la extinción de la megafauna y los homínidos Neandertales. Es de este periodo que proliferan las pinturas en cuevas, donde un puñado de humanos “modernos” se refugiaron para sobrevivir. En las grietas. Y decía algo así como que: Comprender el propósito de esas pinturas quizás exceda cognición. Tendemos a reducirlo todo a intencionalidad y propósito, pero el mundo excede lenguaje y códigos. El arte no se verá reducida a cognición. Fue anima mundi. Fue spirited away.

Hay algo en esta historia que me atraviesa hacia “lo improbable es estar viva hoy”, y se siente hija heredera de ese linaje y tantas generaciones atrás, esta oportunidad de vida consciente que soy hoy. La oportunidad de legado aunque no se entienda. Y como hay tanto que no comprendo y me hace sentirme capaz de estar porosa a honrar, cuando sea su momento, todo lo que venga a mí en esta conciencia.

Por último, creo que es importante traer la muerte desde qué significa a nivel paradigma: los modelos mentales que tienden a informar como vemos y sentimos lo que sucede, la muerte… puede ser esencial en todo esto.

Me remueve como lo pone en palabras *Charles Eisenstain en su libro: the ascent of humanity https://charleseisenstein.org/books/the-ascent-of-humanity/eng/life-and-death/ Hablando de este paradigma de separación, dice:

“La victoria última de los avances tecnológicos sería triunfar sobre la muerte en sí. De una manera u otra, esta meta dirige todos nuestros esfuerzos de dominar, acumular y controlar. Existe de forma diluida en la persecución de seguridad; está escrita en nuestra ideología de competición y supervivencia de les más fuertes. […]

Como la promesa de superar la muerte es un fracaso, en su lugar buscamos negarla, escondiéndola o pretendiendo que no pasará. […] Pero, como siempre, nosotras, personas humanas nacemos, vivimos y morimos.

La razón profunda por la que nuestra cultura encuentra necesario negar la muerte, es que la muerte explicita la mentira en la agenda de nuestra estrecha concepción de nosotres mismes. Contemplación y conciencia integrada de la muerte revela la irrealidad, o la realidad condicional, de una concepción del yo discreta y separada. Porque el yo que nosotres definimos como nuestros cuerpos, nombres, conocimiento, posesiones, imagen e historias — los “Egos encapsulados en piel” que decía Alan Watts — no existía antes de que naciésemos y cesará de existir cuando muramos, ese yo e irreal, impermanente; así como el dualismo de yo y medio ambiente/naturaleza es irreal también. […] Es también por eso que un encuentro cercano con la muerte es tan transformador: dejamos de preocuparnos por las preocupaciones triviales de la vida y caminamos en el conocimiento, como una persona superviviente a una muerte segura lo puso, que “solo el amor es real”. Cuando la Muerte expone la impermanencia y la realidad condicional del yo como lo conocemos, todos los comportamientos basados en engrandecerlo dejan de tener sentido. La Sociedad como la conocemos está basada en estos comportamientos; por lo tanto la sociedad necesita eufemismos, esconder y negar la muerte.

Porque acompaña la negación de nuestro yo auténtico, nuestra negación de la muerte es igualmente una negación de la vida, y separación de la muerte es separación de la vida. […]

Nuestros esfuerzos presentes para negar la muerte […] solo incrementan nuestro miedo a la muerte y refuerzan nuestras ilusiones de separación. Pretenden que la naturaleza va a excusar a los seres humanos de sus leyes, que podríamos estar exentos de los ciclos de nacimiento, muerte y decadencia. Y miedo a la Muerte, por su lado, realmente es miedo a la vida, la cual es crecimiento, cambio y transformación, una continua muerte de lo viejo y nacimiento de lo nuevo, estación a estación y momento a momento.

La aversión a la Muerte y a la incertidumbre en la vida emergen de la misma visión básica del mundo. […]

Lo traigo junto con lo que dijo James Baldwin:

“La vida es trágica simplemente porque la tierra gira y el sol inexorablemente sale y se pone, y un día, para cada une de nosotres, el sol se pondrá por última, última vez. Quizás toda la raíz de nuestro problema, el problema humano, es que sacrificaríamos toda la belleza de nuestras vidas, nos imprisionaríamos en totems, tabús, cruces, sacrificios de sangre, campanarios, mezquitas, carreras, ejércitos, banderas, naciones, con el fin de negar el hecho de la muerte, el único hecho que tenemos. Me parece que une debe regocijarse en el hecho de la Muerte – debe decidir, en efecto, ganarse la muerte de une a base de confronta con pasión el misterio de la vida. Une es responsable por la vida: es el pequeño faro en esa aterrorizante oscuridad de la que venimos y a la que debemos regresar.” ― James Baldwin, The Fire Next Time

THERE IS NO JUSTICEsaid DeathJUST ME” / “NO HAY JUSTICIAdijo la MuerteSOLO YO”. ― en Mort de Terry Pratchett

Joder. No sé. Lanzo aquí este compendio de palabras sobre un tema complejo, tabú, que es arriesgado por tener el poder de triggerear/desencadenar sacudidas hondas en gente. Siento qué haces tú, ingenua, hablando de la muerte. Y a la vez siento que quiere hacerse, a través de mí, por lo que sea. Algo en mí quiere decir que somos eternas. Y en esas palabras que escucho cuando oigo recuerdos de abueles y familia escogida y sanguínea, cuando pasa el tiempo… el duelo y el dolor no se hacen más pequeños, sino que, en nuestro continuar día a día respirando, nos vamos expandiendo, a poquitos, sin que se le pueda meter prisa al proceso, y ahí, el duelo va ocupando menos espacio en nosotres. Y aun así eso ni es bueno ni es malo, que daño hace lo binario, sino transformación, metamorfosis constante. Y cada paso, recuerdo, pregunta, puede ser un rezo. Somos por lo que fue, desde que solo había organismos unicelulares. Seremos ¡, también, legado. Y buen compost, siento, que honrar la muerte en sus plenitudes será buen compost.

Ama, eterna,

V.V.

Poesía

Hablar en poética es, a veces, lo único posible. Te invito a lavarte la carita hoy, con las aguas sagradas a tu alcance, y, quizás, abrir la puerta a trazar lo que se trence como versos, a ver que emerge. En cualquier caso, si la puerta anda abierta, no será propio, quizás, sino más ecosistémico.

Ayer, frente a las turbias aguas de un Tajo lleno de consecuencias de lluvia fuerte y abundante, me dejaba escribir poesía. Asá:

Seduce mirada, razón y peso a la exigencia mínima de otro aliento.

Conduce camada, atención y hueso al mismo momento de imaginación en crecimiento.

Me luce vida, amar y eros a la claridad que muestra, orgullosa: lechos; santuarios que no se las dan de templos.

Castigades entre tanto doblegarnos al invento de un orden asumido que asfixiaba, asfixia y traba, lo que nació para ser, solo eso, y que inventó valor por peso, cárceles camufladas de éxitos, pero no, mi amor.

Llega el momento, cada momento. De reciprocar su esencia; de es más sencillo que eso.

Es, oh, tan bello.

...

Desde la humildad que trae la muerte, siempre cercana,

Virginia Victoria

Verano, creencia, esperanza, juego y fe

El juego con unos conceptos cuelga de la blanca columna con gotelé de la habitación de mi crecimiento. La leí de Alan Watts (en un libro sobre inseguridad que no recuerdo el título).

Pinta así:

fe: Apertura sin reservas de la mente a la verdad.

concepciones Carece de: expectativas ...previas ideas

(Creencia: insistencia en que la verdad es la que una querría o desearía que fuera)

...

... y esta, que se atribuye a Vaclab Havel, y yo lo leí por primera vez en el poemario de la poetisa Alicia Campos “a destiempo”...

... que pinta asá:

La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido salga como salga.

...

He estado prestando atención a que puede significar buscar camino hacia la “indigeneidad”, o cómo vuelvo mis actos, mi cuerpo, mi actitud y mi legado indígena a una tierra por la que no sentí arraigo ni orgullo patrio ni saber sobre los suelos y las aguas. Unas cosmovisiones rectilíneas, extractivas, violentas y que retroalimentan separación por inercia. Unos abuelos que no saben o no cuentan historias. Como si lo viejo así debiese olvidarse en algún momento de su historia, y no hubiera conseguido coliberarse de tanto tabú y miedo a lo otro. De tanto ya no saber como conectarnos y escucharnos y honrarnos... sin miedo y un sistema nervioso central que despega a modo alerta en segundos.

Con un mundo llevado por una inercia de tal violencia; alimentando cosmovisiones tan de dominio y perversas, que lleva cientos de años llevando la prosperidad de la compleja y fascinante espiral de la vida aquí, a la categoría de milagroso si lo conseguimos.

y...

sentí que no era cuestión de acumular saber (aunque la vida es práctica y la experiencia puede sentirme acumulativa a veces).

Sentí la llamada a conectar con lo ecosistémico que habito, sin prestarle juicio: con la curiosidad de la infancia. Sí. No es fácil y a veces no me sale.

Este verano volví al mar y al juego. Conecté con cómo se manifiesta ser niñe en esta era. Como si pudiese ser eso un viaje espiritual de propio derecho. La mar sagrada me ofrendó la visión de criaturas diversas y el deseo de reconocerlas. Aprender sobre qué aguas se mezclan hasta alimentar el constante fluir de las aguas de la playa que pisaba al adentrarme a las aguas. Caer en una expansión de vida que ya no prospera donde lo hacía, y aquí sí.

Ver esas criaturas, cuyos nombres desconozco; cuya magia en el ecosistema tierra me intriga e ilusiona descubrir. Indagar en lo que sabemos de elles y sus relaciones. Ambiciones. Bioritmos. Verles respirar, jugar, asustarse y comunicarse conmigo. Conectar... se sintió como encauzarme hacia conectar desde paradigma y cosmovisión de inmensa belleza. La danza de la medusa y aquella babosa diminuta, como una anémona, a la que se le veía latir y no se sabía si corazón, olas o agua sagrada mantenía el pálpitar despierto y próspero.

Me pasa que cuando me acerco a las aguas, me sale esta sensación en el cuerpo de “cómo no voy a tener fe”. No hay razón para no tener fe. Todo por ganar.

Y, sin embargo, las voces que me han rodeado en estos viajes me han traído empequeñecerme y hacer temer con frecuencia. Conectar con la idea de estar con personas me ofrece ilusión, miedo, ganas de escapar, que no me hagan más daño por favor, emoción de conexión nutritiva... a la vez.

Querría pedir algo, en esta luna azul, segunda luna llena de agosto (la expresión en inglés “once in a blue moon” significa “una vez cada muuuucho tiempo”, y era la única cosa que sé yo de la luna azul esta, que no sucede a menudo)... ...querría pedir que nos hagamos sentir que nos amamos lo más pase lo que pase posible, si es que se siente eso sincero.Que amemos a las locas y a las perdidas y a las enraizadas y a las neurodivergencias y a las enfurruñás y... a tantas personas y roles que nos habitan potencial y traen bendiciones y las acompañan maldiciones también porque hay que dar a cambio, quizás será. Querernos para poder sentirnos en santuario seguro al lado. Cerca aunque lejos. Queridas aunque en tiempo turbulentos o sin llegar a coger aire pleno en tiempo.

La opción de liberarnos quizás solo exista a nivel paradigma en reciprocidad de raíz: Quizás solo podamos coliberarnos.

Hacia las personas, me contaba Joanna Macy en su trabajo Esperanza Activa, y creo que refería a la leyenda que juega con la metáfora de los bodhisattva*, y lo repetía una gran amiga, que hacia las personas, podemos ir a conectar desde detrás de un escudo, que yo imagino como dos bolitas flotantes de luz que yo muevo a mi alrededor con mecanismos físicos como cariocas ligeras. Un escudo, que nos protege, vulnerables, de compasión y sabiduría.

Dicen algunas historias que, durante la historia de la vida, los actos de amabilidad desinteresada, humildes, han ido llenando un profundo pozo de compasión. De ahí sacan energía y fuerzas cada una de las historias de amar en sentido común y generoso que suceden y, a su vez, en un ciclo regenerativo, llenan el pozo. Es de la compasión, que nace el coraje.

La canción de Savanna “She Moves Me”, dice que el miedo solo es el coraje dándose a conocer (fear is only courage becoming known).

Siguen siendo tiempos difíciles, pero los colapsos son pérdidas de complejidad. Esto sucede de maneras infinitas.

En toda mi llamada por entender qué significa transformar paradigma, me pregunto si jugando con nuestra atención e intención, aportando significado a conceptos que nos dan poder y agencia como co-creadoras de nuestra realidad compartida, presentes momento a momento... entendiendo el tiempo no linear, sino espiral. Tiempo laaaaaargo, como legado como ancestralidad. Como retando a la urgencia que no traiga prisa, sino como la sabiduría Yoruba: “los tiempos son urgentes: vayamos lento”. Lo más que humano... podrían ser claves en cuanto a forma. Coliberarnos encauzadas hacia que la tribu pueda explorar, honrar. Sostenernos en flujos regenerativos.

Fe.

Para seguir llenando los pozos que tienen sentido común y nos nutren a todas las personas (y cuenten desde mi voz como persona al ser mineral, alga, cefálopodo, microscópico...).

Brindo a esta prosperidad. Y, en días tranquilos, puedo oírla respirar.

Mitad mar mitad criatura humana en este momento de esta era,

V.V.

*En el budismo mahayana, bodhisattva: se refiere a cualquiera que haya generado bodichita, un deseo espontáneo y una mente compasiva para alcanzar la budeidad en beneficio de todos los seres sintientes. (en Wikipedia).

Cuento: Una desembocadura

Voy poniendo la atención en los ciclos lunares y le propongo a mi cuerpo percatarse y usarles, como hito en el camino. Y desde la última luna nueva y el hito ceremonial que hice, de sentar intención, parece que algo es distinto. Algo con atención y compromiso, no sé. Algo también con que “las dos Españas” se mostraran casi como relajadas de que no ganase nadie. Como aceptación colectiva de que esto es lo que somos, lo que hay y lo que nos pasa. Como una sonrisa de medio lado de “hay que ver como somos”. No sé que quiere contaros este cuento hoy, pero ha sido elegido para contaros. A ver si adivináis quien cuenta esta historia. A ver si os atrevéis a honrarla sagrada.

Con amor que se expande tanto que no sé si es que no llega a ser propio,

V.V.

...

Una desembocadura

Aquellos tiempos de guerra sin paz real y a la vez tanta, fueron llamados tormenta antes de la calma o viceversa por igual. Era catastrófico en potencia, cada día se veía venir pero no se decía. Despertamos un día cualquiera en la presión del cielo encapotado por todas las horas de sol y una lluvia que no precipitaba. Y todo se sentía como en la tensión de a punto de saltar pero no atreverse. Como sin fe. Arrastrándonos con la vida, cubrimos necesidades básicas, caricias valoradas e incluidas y, por eso principalmente, se sentía un tiempo afortunado. En gracia. Y ese peso atmosférico basto desde dentro y más que sobre las espaldas, casi sobre los cuellos.

Entonces llegaron con armas de acero y olor a sangre y fuego. Llegaron sin que se les hubiera visto venir. No hubo gritos más que gemidos ululares de sorpresa y miedo estrangulándose en abrazo por salir primero. El cuerpo tenso y todo alerta, se convierte en instinto salvaje, o eso cuentan, y cada cual pone a prueba todo su ingenio.

Cogieron a Aúlak del pelo y la arrastraron sin miedo a dolerla. Los dedos de los pies de ella tratando de aferrarse al suelo, a la roca, a la arena, y creando una nube de polvareda. Su grito de lucha dio tiempo a que la pequeña Arruya se escondiera, sigilosa. Admiraba a las ratoncillas que cuidaba en primavera y aprendió de escondrijos y sigilo de ellas y sabía respirar flojito. A Aúlak le causaban admiración las aves petirrojas, las urracas, los córvidos. No le hacían miedo a nadie y, en grupo, se sentían tormenta y no iban a pasar hambre si podían sacarte los ojos.

La arrastraban del pelo y la tiraron en zona moteada de rocas en arena revuelta y sobre un brazo que crujió como rama fresca que parte a destiempo. Rugió y generó empatía inevitable: energía expansiva. Sobre su otro hombro delicadamente se posó un peso firme que acogía y, cuando levantó la vista, vio a Ikaapo, ebanista; a Aurita a su lado, con esa fuerza maternal tan claramente sagrada; y a sus niñas debajo de sus faldas, enseñando los dientes con los ojos enormes que parecían felinas en mitad de la oscuridad de la noche y que no quitaban la vista de detrás de Aúlak. Casi todas estaban ahí, por el bulto que hacían, diría. Casi todas.

Y los que llegaron con armas de acero y olor a sangre y fuego se reían y brindaban en potos de aluminio, mientras unos apuntaban a los cuerpos de Aúlak y sus gentes y otros salían de las casas con bidones vacíos y llenos. De mí.

Ahora estas cosas no pasan por oro ni oleo, sino que pasan por mí, en algunos de los reinos de los hombres, los intoxicados por blanquitud y codicia extrema: son violencia por mí.

Y en mi fluir perturbado por sus actos durante milenia en todas las tierras que componen esta tierra, protegida y cuidada por los actos de sus hermanas en otras: honrada sagrada o codiciada por una escasez que han creado, se atacan y matan, por mí. Por poseerme. Por enriquecerse a través de mí. Tan esencial a toda la vida. Tan de nadie nada.

Cómo sigue la historia de Aúlak y todos los ríos de historias que desembocan en Aúlak, que desembocan en mí, para que esta inercia acabe y se convierta en otra cosa… te pregunto, a ti.

Arraigo y separación de mentira

Es una rareza,

encontrar luciérnagas (con tanta luz los machos no encuentran la luminiscencia de las hembras), cuando antes eran un espectáculo recurrente y abundante.

Es una rareza, que las generaciones jóvenes decidan quedarse en las tierras que las vieron nacer. Hablo desde la Iberia. Sería distinto desde otro lugar, pero no conozco suficiente para hablar desde allá. Será distinta desde lo rural que desde lo urbano, y a la vez no tanto.

Desde la lógica de la escasez, decimos que nos falta arraigo.

Desde la lógica de la abundancia ¿Qué dirías que nos mueve, que no arraigamos?

Busco arraigo en la RAE:

  1. intr. Echar raíces. U. t. c. prnl.

  2. intr. Dicho de un hábito o de un modo de comportarse: Hacerse muy firme. U. m. c. prnl.

  3. intr. Establecerse de manera permanente en un lugar, vinculándose a personas y cosas. U. t. c. prnl.

  4. intr. Der. Afianzar la responsabilidad que pueda resultar de un juicio. U. t. c. prnl.

  5. tr. Establecer, fijar firmemente algo.

  6. tr. Fijar y afirmar a alguien en un hábito o modo de comportarse.

  7. tr. Bol., Chile, Ec., Guat., Hond., Méx., Perú y R. Dom. Notificar judicialmente a alguien que no salga de una población, de un territorio, de una comunidad o de un grupo social bajo cierta pena.

Viene voz con puños apretadicos, llena de rabia y dice: “No queremos arraigar a un modo de vida que extrae de nosotras, nos encierra en cajas y líneas rectas, nos dice por donde pero es trampa mortal; nos quita valor y acompleja. Te mete miedo en el cuerpo la gente “si no cotizas que será de ti cuando seas vieja” y se les olvida que hacen con las viejas hoy las normas de este sistema. No queremos arraigar a ningún lugar, si el estado tiene legitimidad para ejercer el monopolio de la violencia “algo habrán hecho”. Si en un mundo cambiante depender de lo que provea el mercado para saciar necesidades NO es resiliencia. La manera más socialmente aceptada busca deuda, busca miseria. Consumimos mejor ansiosas, tristes. Da trabajo y dinero que te mates. Depresión crónica de media, joder. Entonces es que no quieren trabajar ni aportar a la sociedad. Siempre todo, joder, mal. Joder. No quiero arraigar desde y hacia vuestra mierda de modelo mental.*”

Sin arraigo, nos vamos de lo que se soñó hogar (con silencio y mentira puesta de centro de mesa) y perdemos contacto con las aguas y las tierras. Las personas viejas y ancestras mueren sin contar historias de otros tiempos. Historias verdaderas. Sin compartir deseos. Sin compartir historias, seguras de poder ser sinceras, sin censuras.

¿Hacia dónde vas? ¿desde dónde?

Datos aleatorios potencialmente relevantes: El Puerto seco de Coslada lo que más había aumentao eran los containers de ansiolíticos: en un 25% (eso me dijeron que les dijeron).

Nos quieren hacer pensar que no podemos confiar en las demás personas.

Nos “demuestran”, mentira tras mentira, que no podemos confiar en otras personas. Querrán aprovecharse y barrar padentro. Y será verdad. Pero el divide y vencerás. Guerra civil herida abierta todavía y miedo y cegaduría fanática y yo me pregunto cómo pienso al respecto; cómo siento.

Me invito a preguntarnos. ¿Qué preguntas nos hacemos, eh? ¿Qué preguntas ahora?

¿Podemos hacernos preguntas, desde la premisa que queremos ser buenas ancestras para todas las formas de vida?

Y cómo nos invito a acercarnos a nivel particular; molecular a esa herida y escucharla y mimarla.

Como decirnos que somos células del mismo universo.

Alixa García, (en un poema escrito desde el futuro): *“Cuando los polos se derritieron, desterritorializó humanidad / When the poles melted, it deterritorialized humanity.

Sobre buscar volverse indígena y sobre blackness. Otro día querría hablar.

Quiero hablar sin hacerme chiquita, como esos hombres. Como con la certeza de que puedo hablar y no hace daño a nadie y si me equivoco está bien y aun así puedo creer y apasionarme por lo que me emerja decir. Esos hombres hablan dando estamentos y con certeza y les siguen como líderes. Yo no quiero hablar de eso, no, ni así pero, a la vez sí así ¿sabes?. Pero vino en mi historia de eventos a humillarme y me metí bajo tierra y ahora tengo la oportunidad de ver a gente hablar esto es esto, certeza, y decir yo quiero hablar así. Yo quiero.

Como confusa (pero no) y tierna,

(y habiendo dedicado muy poquito rato a esta entrada perdón)

V.

Poema: Desfosilizarnos será sernos como agua; sernos como barro

Criaturas vivas hijas de la civilización global en colapso, vinieron a restregarse las heridas con el barro de la calidez, la calidad; de buen vivir que no es estado de bienestar sino el vivir que va a morir y deja huella sabia y no tóxica manta que envenena agua y a su paso tierras muertas.

Era de costumbre fosilizarnos antes de habernos visto vivir, antes de amarnos reciprocando en autenticidad; adictivas tendencias que chupan oportunidad. O era de las que se esconden en valles perdidos visionando evitar a sus pequeñas los tragos de angustias, un habitar urbano de media y azúcar, glutamato monosódico y prozac.

Nos queremos vivas cada día significa más, por defecto quizás pues se expande el imaginario: se expande; la posibilidad: A cada sueño que andamos activando a pasitos, retroalimentando, grupitos curiosos que queremos honrar nuestra huella ancestral y cada vez son más, o eso creo.

Eso creo Aunque siento y veo fuerte a veces el reflejo de no te dejo jugar tu fe es de ingenuos, eso, que perdura latiendo y se vuelve crítico en el interior de tu siendo… y te estira los pellejos para que continuar hondo duela y la piel se agrieta y se vuelve interrogante y hay quienes viven distantes de todas sus amantes que significaron refugio pasado y hay quienes se van y mueren y otros a los que matan por quedarse y es todo tan grande que ah que hacemos. ¿qué hacemos? La pregunta qué hacer… arde.

Dice: hay que concentrarse. Ir buscando cauce y concentrarse. Ir encontrando conjuros que sirvan escucharse y co-liberarse enzarzarse en tierras vivas o moribundas que los insectos paseen por la piel, las entrañas bajo las uñas; y las plantas se ofrenden medicina al necesitarla.

Que las viejas te cuenten historias de antaño y los viejos de infancias y qué soñaron y la vía no binaria se sienta en casa en nuestro estar diálogo, y se junte lo viejo y lo nuevo, lo joven lo anciano y le llaman elderazgo y nos sacudirá el estar en el mundo y nos dirá por qué cauces seguir siendo río Y de encontrarnos fluyendo como ello, y honrando el fracaso nos iremos convirtiendo en capaces de aportar fe.

O al menos eso se siente decir a la voz que me atraviesa; o al menos eso dicen las voces del sueño que tuve ayer por última vez: aportar fe e ir fluyendo, río, porque siempre fue humano lo que danzaba más allá de humanidad y nos hizo seres sabios. porque siempre fue agüita de Mayo encontrarnos y en el encuentro nos retamos al honrar más hondo y más sincero.

Sigue viva,

V.V.

Tiempos interesantes

Me crucé con un “ojalá vivas en tiempos interesantes” como maldición hace unos días. Donde empieza es lo de menos, pero... ...urgando raíces, encontré esto aquí: https://es.abcdef.wiki/wiki/May_you_live_in_interesting_times

“Es mejor ser un perro en tiempos de tranquilidad que un ser humano en tiempos de caos”. (寧 為 太平 犬 , 不做 亂世 人) es una expresión que aparece en el Volumen 3 de la colección de cuentos de 1627 de Feng Menglong: Historias para despertar al mundo.

Hay razones de sobra para llamar a nuestros tiempos presentes, tiempos interesantes.

Quizás si le preguntáramos a aquellas personas a las que la blanquitud y el dominio les quitaron la vida o alejaron de sus hogares y sometieron a esclavitud, tortura y humillación, nos dirán que llevan siendo tiempos interesantes unos 500 años.

Con esto, traer algo que me resuena hondo: las verdades son diversas, y decir que una verdad es mayor al resto, quizás es un reflejo directo del paradigma de dominio sobre que tanto necesitamos que se composte del tó ya, joer. Que deje de patalear, arañar y masacrar. (Esta idea de más verdades que una, quizás entra en conflicto con la ciencia occidental, su hegemonía, y sus cálculos y quien invierte en ella. Quizás merezca enzarzarnos allá en otro momento).

La cosa con la perspectiva sobre estos tiempos a la que tenemos más fácil alcance, desde donde habitamos mi red de personas que conozco y quiero y yo, es que la inmensa mayoría de nosotres venimos de Europa: del denominado primer mundo o mundo desarrollado.

Me da como repelús, tiricia, pensarlo en esos términos de primer mundo, a la cabeza del descalabrando a la vida. No puedo evitar caminar viendo la orfandad a la que empuja su inercia, hijes de crisis y burbujas y promesas espejismo, que se desvanecen en la aridez seca de quienes precedieron sin pensar nunca en serio a largo plazo, a tiempo largo, si no era por tipos de interés en ingresos; de generaciones que olvidaron ser buenes ancestres.

Viendo, cada vez con más claridad, la violenta opresión y abuso de la que dependió ese ascenso de mundo a primero. Blanquitud. Violencia desde blanquitud. Supremacía. Ah.

Sobre blanquitud: dice Pastora Filigrama (Autora del librazo “El pueblo gitano contra el sistema mundo”) que ” hay un patrón de lo que hay que ser y cómo hay que estar en el mundo que pasa por lo varón, lo heteronormativo, la occidentalidad, la blanquitud, y todo lo que queda fuera, lo ataca la ultraderecha.”

Podemos asumir que el paradigma que habitamos influencia, informa y arrastra en su inercia a la “política institucional”, nuestros “activismos”, la confianza de las gentes en busca de certidumbre; nuestra capacidad de actuar: de responder con urgencia y rabia.

Con y no para.

Pronto habrá elecciones otra vez y se nota la preocupación del auge de “la derecha”. De la repetición de la historia de ideas con autoridad escogidas “democráticamente” y tiros en la nuca de aquelles que reten la barbarie del “tú en este mundo no cabes”. Más o menos de eso se oye hablar en las aceras, casi tanto como del calor o de que no llueve o de menos mal que por fin llovió. De barcos hundiéndose sin rescate por deliberada elección de aquelles con poder (a quitárselo y repartirlo tocará); y submarinos con 4 ricos agónicos cuya muerte, en ocasiones, se celebra como justicia cósmica en la burbuja social.

Estamos bajo tormentas, nos corre sangre por las venas y necesitamos pertenecer a grupo social y sentir cariño y cariñar y comer y beber agua y hacer pis y caca: eso nos une, pero no estamos en el mismo barco.

Me siento llamada a dedicar rato de mi atención al trabajo, la vida y la historia de Helena Maleno https://es.wikipedia.org/wiki/Helena_Maleno ; y más criaturas que viven honrando lo que sucede entre fronteras que violan humanidad.

De nuevo Pastora Filigrana (1) “Lo que quiere la ultraderecha es que haya personas de primera y personas de segunda y justifica ideológicamente el orden neoliberal, que hace un desigual reparto de la riqueza a nivel mundial, donde hay personas que pueden acceder a una vida digna y personas que no. La ultradrecha hace una jerarquía de lo humano y lo subhumano”.

Mientras, aquí en el continente europeo, yo, una criatura introvertida de clase “¿media?” y luego trabajadora y luego crisis; fuga de cerebros y entre tanto jaleo, otras criaturas me acompañaron a hacer crack y entonces empecé a ver la profundidad y calamidad de todo esto y la crisis climática y la extinción masiva de especies provocada tararí tarará…

… y a día de hoy cuento en decenas las personitas que conozco que pasan tiempo en prisión, condenadas por usar Acción Directa no violenta como ofrenda para parar el daño e inspirar virar el rumbo hacia la revolución de los cuidados que necesitamos. Más que esas, andan a la espera de casos que se harán esperas eternas, y quizás les condenen a 6 años dentro de 3 o 2. Así por mirar y no querer mirar a otro lado. Así, buscando lo que está en la mano. Y parece que todo fuera en vano, porque es tanto lo que abarca lo que sucede. Es titánico. Es que abruma. Y nos equivocamos en iteraciones y sí, quizás podamos hablar de complejos de héroe, de salvadores blanques; quizás. Quizás bucle de retroalimentación de miedo, acuciando fuerte vuelta y vuelta y vuelta. Ah.

Me pregunto si, en esto de transformarnos individualmente, podemos retarnos a buscar entender cómo vibran las acciones antes de juzgarlas. Si podemos asumir que nos atraviesan prismas complejos; nos poseen, a la hora de determinar un estamento moral.

Me encantaría invitarnos a ver qué mueve acciones complejas como con curiosidad infantil cada vez: buscando los para qués y lo hondamente humano que mueve.

Retar creernos cuando nos dicen que es “típico de la humanidad” normalizar el ignorar vida que agoniza y hacerla agonizar. Dejar morir y matar. No. No lo es. Recomiendo hojear o leer “El amanecer de todo” de Graeber y Wengrow (2).

El caso es que hoy quería traer, de algún modo, un dibujo en palabras que dijera: ando honrando estas vidas y sus formas. A veces me lleno de llanto y nada aporta.

¿No sé qué hacer? cómo ser, que pueda honrar lo que necesitamos y ¿permitir? ¿inspirar? que viremos hacia sentido común que cuida porque sabe que si prospera la vida, prospera tu vida y la mía, y quizás signifique, un día, que nadie decida sobre si nadie más puede vivir o no, con mimo, calma y disfrute, su tiempo de vida.

Quizás los tiempos pudieran volverse aburridos; quizás nos veremos siendo fronteras, entre paradigmas y abismos, vidas enteras.

Joder.

Amante siempre,

V.V.

(1) https://www.lavanguardia.com/local/valencia/20210926/7743975/pastora-filigrana-entrevista-persecucion-gitanos-valenciano.html

(2) http://library.lol/main/13828cc94bc6ca7883e30c75aa25ed67

Identidad como ecosistema

Nota previa: Dice la canción de Gabo Ferro que Irse es volver a volver. Me fui y dejé de honrar lo que quise que fuese ritual. Es igual. He vuelto. Ni siquiera es jueves. He vuelto. Vamos allá.

Primero, al viajar como viajara años atrás a ese lugar que fue hogar durante tantas vueltas al sol, el olor en sí ya me trajo sensación vibrante y un “has vuelto”.

Lo segundo que viene es el abrazo de cuerpos que hacía años que no habías tocado, su energía, su manera de mirarte y quererte. Algo vuelve a ti, entonces. A lo mutuo de la existencia. Nos vemos.

Tercero. Se hace extraño volver a fluir en ese lenguaje, y a la vez, algo en la voz que sale de mí a través de ello me cambia las maneras. Ese lenguaje que, en la historia de lo vivido en este cuerpo, fue canal de transformación profunda: de búsqueda de identidad, de hacerme sentirme de ya no cría más, sino mujer; lengua de declararme en rebelión abierta; lengua de brujería, reino plantae y reino fungi. Lengua de lo eterno.

Cuando pasaron unos días en mi viaje por aquella isla, me vi sorprendida de lo mucho que mi identidad se sentía distinta a la que “me definía” en la península de la que procedía esta vez y de la que migré hacía unos años antes de volver a volver. Me pregunté ¿por qué? ¿para qué?.

Y entonces vino la pregunta: ¿Puede ser que identidad se comporte como ecosistema? (nota: esta idea no es originaria mía. La he oído de varias voces en varios momentos. La pregunta no me la había hecho nunca en serio, creo)

...

¿Qué te emerge al pensar en identidad?

A mí, sin pararme a pensar ahora: soledad, yo, pertenencia; algo que te encaja, te etiqueta y te aprieta. ¿Trabajo?. Statu quo. Inercia. Contra corriente. Cultura. Contracultura. Trauma. Revolución. Superficie. Ancestral.

...

Nada más llegar de vuelta a la península que vio este cuerpo nacer, abrazo el libro de Andreas Webber: “Matter and desire, an erotic ecology (1)” /Materia y deseo: una ecología erótica. , que me tiene como bajo encantamiento, y me toca el capítulo que se llama Embrace / abrazo.

Vengo a traducir aquí algunos cachos de los que me hicieron retumbar al leer, pensando en esto de identidad como ecosistema.

En este libro Weber investiga desde el EROS, entendido tradicionalmente como el impulso hacia ti misma, y el impulso hacia la plenitud de los vínculos. El impulso hacia estar viva. Estar viva como experiencia es estar en relación.

Escribe lo que llama una primera aproximación a las “leyes del intercambio erótico”, que dicen así:

Nota: puedes verlas en inglés al pie de esta entrada, bajo el número 2.

  1. Cada participante sólo puede producir su vitalidad por sí mismo y no puede adquirirla a través de otro.

  2. Para sentirnos vivas, debemos dar vida a los demás. El TÚ precede al YO.

  3. La ofrenda del otro es un regalo, no una recompensa por un servicio.

  4. A través de la devolución de este regalo -la otra criatura que me ve en mi realidad- puedo llegar a ser lo que soy.

  5. Una relación tiene éxito cuando aumenta la vitalidad de todas.

  6. Una relación tiene éxito cuando todas pueden revelar sus necesidades.

  7. Toda relación es imperfecta. Su imperfección es lo que le permite seguir desarrollándose.

  8. Una relación es unidad en la separación.

  9. Cada miembra del vínculo es dueña de su propia muerte.

  10. Una relación es juego.

  11. Una relación transforma constantemente a ambas miembras del vínculo, de modo que cada una se percibe y se conoce a sí misma a través de un aspecto de la otra.

  12. Una relación es un sistema nervioso.

Ah...

...

Dejo a Weber atrás unos días después y escribo canal. Así:

Identidad, dicen los ecos, es escosistema. Quiero decir, me refiero, a que no se es en soledad casi nada, y el hastio entra por ventanas y puertas como brisa putrecienta y no te deja fluir, ni en refrescante fluir ni en descoponerse, que es vida también. Entonces, identidad es ecosistema, significa para mí sentirme capaz de ofrecer toma de tierra cuando escucho lo que me cuentan, y entonces significo algo para ellas y entonces, nuestra identidad transmuta un poco, ciertamente, y ya no es exactamente lo que era. Nunca estática parece, la verdad, ahora que lo comentas. A la orilla del río, mi identidad es ya no la que estaba perezosa y encerrada hace dos días llena de duelo y hastío, sino la de una criatura humana con glándulas mamarias a la que le gusta sentarse descalza a la orilla del agua, y que se siente tan mamífera como los murciélagos: que la sobrevuelan con sus sonidos de ecolocalización que sin tener ese poder quizás no se pueda entender. Se siente, identidad, apegada a ríos. A más de un río. Cada vez a más. Y se siente identidad que se expande, si pienso en agua. Y va hacia lo subterráneo tanto como a la lluvia, y mi sangre es agua tan sagrada como toda la demás y eso es mi identidad.

Quiero decir, no es que sea mi identidad que vea el mundo así, que creo que en esta era se puede confundir, sino que mi identidad es inseparable de las a veces llamadas “leyes naturales”; de los caudales que implican energía que ni se crea ni se destruye pero que se transforma. Entonces, mi identidad no es persona que cabe en estas cajitas que la narrativa del mundo quiere darme. No. Nada rectilíneo me representa. No siento que me encaja. Que no me encaje, dice la identidad de mí que disfruta vivir, momento a momento, salvaje. No me encajes. Y enseña los colmillos y quiere decirse pila de compost, micelio, mamífera, terrícola, consciente y parte de un universo en expansión, a cada ratico más compleja y que no tendría por qué regirse en búsqueda de belleza y sin embargo lo hace. Y yo también.

Cuando lloro pienso que las aguas que salen de mí son sagradas y que regarán algo. A veces cuento lágrimas que caben en los traguitos que doy.

Mi ecosistema identidad se expande, fractal, tanto o tan pequeño como preciso cuando me paro a mirar. Siempre es más que yo. Y eso no significa que la autenticidad de mi individualidad no sea precisa y crucial: amo el potencial de encontrarnos expresiones de identidad. Es la manera de sernos arte danzante en interacción. Con ser ecosistema la identidad no creo que sea menos individual. ¿Me entiendes?.

Lo digo explícito porque creo que es importante. Esto de que ante la duda asume binario el pensamiento de esta era de humanos en esta parte de este planeta, legado, quizás, de paradigma de blanquitud occidental y su rigurosidad analítica, entre otras cosicas.

¿Ves? En esto identidad es ecosistema también. En las palabras. Uy la lengua que nos limita, estira, aprieta, ahoga y permite pintar escenas.

Hay lenguas antiguas sin sustantivos. Sin nombres propios. En las que todo es verbo siempre. Hay lenguas que no tienen la palabra yo y por defecto asumen el nosotros. La identidad en los ecosistemas lengua. Tanto que escarbar si se desea.

“Tenemos” más bacterias que células propias. En el cuerpo humano viven aproximadamente 100 billones de microorganismos, en una relación esencial de beneficio mutuo y recíproco. Cuidarnos es cuidarles, también. Identidad son sus ecologías.

En fin sin final, es que siento una gratitud inmensa por el camino de los últimos años, que si hago recuento, el no aferrarme a las identidades que esperaba de mí la inercia y permitirme ser fracaso. ¡andar perdida! y compostarme en el ecosistema, a ver qué gusano y moscas soldado y luciérnagas se posaban en mis arenas, me ha traído a sentirme hoy fuerte, grande y extensa. Incluso eterna, diría yo. Como menos relevante lo cierto y más achuchable la incerteza, de que suceda lo que suceda, el campo de vida es ecosistema y yo soy: pertenezco radicalmente, de alguna manera. De todas las maneras. Sin intentarlo ¿sabes?. Quizás no a todos los ecosistemas, claro. Eso se entiende. Pero pertenezco. Y mi identidad se entreteje con la tuya y viceversa y yo, hoy siento gratitud de que así sea.

...

Quiero terminar trayendo un párrafo de lo que publicó el amigo Bayo Akomolafe en Facebook hace unos días que, curiosamente, va de esto. (ver en inglés abajo, en 3).

La modernidad impulsada por el capital es un intento de descifrar al individuo de una vez por todas. Su principal vocación es reducir la complejidad al individuo, comenzar su análisis con el individuo y ver el mundo a través de las lentes de las relaciones de propiedad con el individuo. Es “mi cuerpo”, “mi libro”, “mi alma”, “mi cara”, “mis sentimientos”, “mi elección”, “mi terreno”. Hoy en día, las tensiones hasta ahora aplanadas se deslizan y se abren paso a través de los propios medios del esfuerzo de la modernidad por afirmarse. Con la inteligencia artificial y los deepfakes, por ejemplo, nuestra relación de propiedad con “nuestros” rostros se ve cuestionada por las materialidades digitales: “¿quién es el dueño de tu cara si tu cara nunca ha sido del todo local sino también virtual?”– ¿Quién es el dueño de tu cara si está poblada de ácaros microscópicos llamados demodex que viven en los folículos pilosos humanos, se reproducen en tus mejillas, comen ahí, defecan ahí, se casan ahí, van a la universidad ahí, y probablemente tienen banderas plantadas en los poros? [...] El espacio para una política generativa ya no está dentro o fuera: está entre.

No tengo conclusiones, pero ey, me fue útil y valioso el divagar.

Gracias por darle un ratito a esto. En erótica conexión latiente,

V.V.

Referencias y cachitos en versión original (inglés):

(1) El libro de Weber, en inglés solamente ( http://library.lol/main/f6350d5071e4a29f33691ea88ceabc23 )

(2) (Inglés) A first approximation to he rules of erotic exchange might go somewhat like this:

  1. Every participant can produce his or her aliveness only by hum- or herself and cannot acquire it through another.
  2. In order to experience ourselves as alive, we must bestow aliveness on others. The YOU precedes the I.
  3. The other´s offering is a gift, not a reward for a service.
  4. Through giving back this gift – the other who sees me in my reality – I can become what I am.
  5. A relationship is succesfull when it increases the aliveness of all.
  6. A relationship is successful when all can reveal their needs.
  7. Any relationship is imperfect. Its imperfection alone is what allows it to continue developing.
  8. A relationship is unity in separation.
  9. Each partner is the owner of his or her own death.
  10. A relationship is play.
  11. A relationship constantly transforms both partners such that each percieves and comes to know him – or herself through an aspect of the other.
  12. A relationship is a nervous system.

(3) “Capital-driven modernity is an attempt to figure out the individual once and for all. Its principal vocation is to reduce complexity to de individual, to begin its analysis with the individual, and to see the world through the lenses of propertied relations with the individual. It is “my body”, “my book”, “my soul”, “my face”, “my feelings”, “my choice”, “my land”. These days, hitherto flattened tensions are creeping up and breaking through the very means of modernity´s exertion to assert itself. With artificial intelligence and deepfakes, for instance, our propertied relationship wit “our” faces are called into question by digital materialities: “who owns your face if your face has never been entirely local but also virtual?”- Who owns your face if it is populated with microscopic mites called demodex that live in human hair follicles, reproduce on your cheeks, eat there, defecate there, get married there, go to college there, and probably have flags planted in the pores?. […] The space for a generative politics in no longer within or without: it is between.

Sabiduría desde tela de araña

Es un tiempo, para todos los reinos que hemos nombrado en esta tierra, de transformación ¿forzada?. Y para lo que significa en el imaginario colectivo especie humana desde esta esquina del planeta, un tiempo en el que la ciudad nos ha dado forma y pensamos como los muros (creo que le oí decir a adrienne maree brown una vez). Es tiempo de “elecciones” y nos siento temer. Unas, tememos que las inercias de este sistema mundo enfermo arrastran formas de vida hacia dolor violento, extinción y retroalimentan miedo; mientras prometen control, seguridad y certidumbre. Otras, tememos a la incertidumbre y a la inseguridad del caos, a que nos quiten lo poco que tenemos. Me gusta seguir el tronco hacia las raíces y sentirnos que, como personas, “todas queremos seguridad, pertenencia y dignidad” (cito a adrienne maree brown de nuevo).

Cada día puede sentirse como oportunidad para invitar más complejidad a nuestros imaginarios compartidos. Una complejidad que no dé pereza por inmensa de asimilar, sino que nos permita expandirnos más allá de los límites de las cajitas rectilíneas en las que nos tiene por defecto atascadas la modernidad.

Quiero honrar hoy algunas de las voces que me la han ido trayendo este año. Hoy especialmente, quiero honrar la traída por las voces de las gentes con más melanina, las identidades queer que expanden los límites, mujeres, lo más allá de la humanidad.

Allá va.

Joanna Macy(1) (y la gente con la que co-creó “el trabajo que reconecta”) fue la primera criatura que me dijo que en la incertidumbre se puede hallar una manera de hacernos más fuertes. Según la miremos, puede traernos al momento presente y ayudarnos a honrar el misterio y la aventura que es vivir.

Durante un tiempo fui explorando qué significa vivir fluyendo, creyendo que a donde vamos no hay caminos, ya que las transformaciones que necesitamos en cuanto a qué significa ser humano y cómo habitamos este ecosistema tierra son de una magnitud no explorada... ¿en la historia?. Durante un tiempo, pues, sin caminos, pensé que la manera era zambullirse en lo desconocido, siguiendo la intuición y el instinto, en lo que llamé “salto de fe” (pero eso va en otro momento).

El caso es que cuando encontré este texto de María Zambrano(2) encontré una grieta en medio de la falsa dicotomía de “o con caminos trazados o sin dirección alguna. Me trajo la idea de los cauces. Dijo “Y el cauce es necesario al río, que sin él no habría río, sino pantano. Las aguas al evadirse tendrían un instante de ilusión de haber alcanzado libertad, de haber recobrado la integridad de su potencia. Mas, la potencia se iría agotando ante la falta de límites, aun sin más obstáculos que la extensión ilimitada, la furia del agua encauzada descendería vencida sobre el plano ilimitado. El cauce hace al río tanto como la furia de la corriente del agua que por él pasa. Y bien está que la vida se nos precipite corriendo, la huida del simple permanecer físico cayendo en los senos del tiempo, la angustia de pasar se transforma en gozo de caminante.”

Exploraba entonces la importancia de ir visionando futuro ¿sí? Un poquito más allá de donde estamos, quizás, soñando ambicioso más lejos. Se dibujó en mí imaginación un cuerpito como el mío siendo río y cauce a la vez, tocando toda tierra y bacteria y planta y ser que tocaba momento a momento, como en ese viaje, alumbrándose un poco sobre la marcha y, a veces, cuando la luna brillaba más clara, un poquito más. Dibujar los cauces que veo en mi vida, con sus afluentes y los ríos que son otras vidas, me supone una práctica ritual cada mes que me alivia.

Casi como un rezo*, que me traía Layla Junerezo, como un acto de amar a alguien”. Como mi manera de amar la vida y desearnos prosperar; sentirme responsable y hacerme cargo. Así. También decía que “cuando estás en un estado de amor, eres devuelta a tu estado natural” “amar llama a la creación”. Ah…

Fue Clarissa Pinkola Estess (3) en Las mujeres que corren con lobos la que me trajo como ofrenda la comprensión de la vida-muerte-vida como ciclo de las cosas. Sí. También me lo trajo entender el ciclo de las plantas, que yo entendí con claridad a través de entender cómo vive el diente de león.

También dice Zambrano que “y es que parece ser condición de la vida humana el tener que renacer, el haber de morir y resucitar sin salir de este mundo.”

Octavia Butler escribió entre novelas que “Dios es cambio”. Y Donna Haraway(4) que necesitábamos “permanecer en las turbulencias”, “quedarnos en los problemas”: con su “staying with the trouble”.

Yo quise entender que es fortaleza practicar para ir sintiéndonos más capaces de sentarnos en lo incómodo que es atravesar lo que necesita transformarse. Acoger lo otro. También. Quizás. No sé. Donna Haraway dijo esto:

Quedarse con el problema significa hacer oddkin (familiar lo extraño); es decir, nos requerimos unos a otros en colaboraciones y combinaciones inesperadas, en montones de compost caliente. Nos convertimos – unos con otros, o nos convertimos en absoluto”.

Fue Sophie Strand (5) quien me trajo esto de Donna Haraway y juntas le dieron relevancia en mi cosmovisión al compost. Aprendí y sigo aprendiendo muchas cosas. Me ofreció la evidencia de que parte del sistema neurológico de las arañas se encuentra en el tejido de su tela; que una ruptura en ella podemos imaginar que supone un ictus. Desde ahí me invitó a preguntarme qué sabiduría puedo encontrar del entorno/ecosistema que habito, desde la misma puerta de lo que llamo casa en cada momento: desde la mosquita más pequeña hasta el liquen del árbol de la jardinera del lado de la carretera. Qué sabiduría ofrecen las especies invasoras. Así que a veces expando mis redes y les voy preguntando desde el lugar que me toque habitar. Ah…

Me tuvo que decir, claro, que las respuestas que puedan ofrecerme no se tendrán por qué recibir a los ritmos de mi sensación subjetiva de urgencia, ni vendrán en forma de hilo lingüístico ni puedo, probablemente, esperar oírlas… sino que recibir sabidurías de especies que no son la humana será un juego de su propio tiempo, y que requerirá de mí mantenerme abierta y atenta a todos los canales de recepción que soy: porosa. Porosa como las células de las hifas del micelio, que mantienen el suelo unido en su fertilidad viva.

También me trajo que las historias que nos contamos necesitan bucear en las tierras de cada ecosistema y nutrirse de ellas para tener poder en las narrativas que contamos. Que en la tradición oral esto pasaba todo el rato y la escritura fue descontextualizando las historias (y las culturas dominantes colonizándolas hacia sus inercias).

También me invitó a arrancarme del pecho la relevancia del viaje del héroe y dejar de poner sobre mis hombros el peso de salvar a nadie. Tanta importancia, tanta importancia. En su lugar, me invitó a muchas cosas que quizás cuente otro día, pero que vienen a significar ir convirtiéndose, una misma y el camino, en buen compost. Pero más de esto en otro lugar.

Creo que vengo a decir que parte de lo que nos podemos sentir necesitar en este tiempo es romper con el excepcionalismo que le hemos otorgado a lo humano hegemónico, con sus rectilineridades coloniales, blancas, adultas, patriarcales… etc. en su inercia cultural supremacista aka. El paradigma de “dominio sobre”. Estas inercias nos tienden a absorber todo el rato a todas y me parece relevante ser conscientes de ello en nuestro paso a paso.

Quizás necesitamos retroalimentarnos AMAR(nos)

bell hooks(6) me dijo que “en el momento en que elegimos amar empezamos a movernos contra la dominación, contra la opresión. En el momento en que elegimos amar empezamos a movernos hacia la libertad, a actuar de forma que nos liberemos a nosotros mismos y a los demás.”

Quizás traer el tema de amar os hace sentirme ingenua. Creo que no tiene por qué verse así. Pero hay cierta conexión necesaria, y me lleno de entender que lo que sucede como inercia de paradigma dominante es lo contrario a amar, en realidad, me ayuda a sentir la fuerza de hacerlo.

Lo que sucede y cauces posibles los ve y trae con precisión concentrada Vandana Shiva. Ella me enseñó como la globalización del dominio occidental trajo paso a paso una historia en la que primero destruimos la bioesfera, y segundo trajimos la idea de dispensabilidad (no la necesitamos). No deja de decir que la extinción no está pasando: la están haciendo pasar de manera dirigida. “El 99% de la humanidad está siendo empujada a ese nivel de negación de la vida”, decía, mientras hablaba del nivel de suicidio de agricultores en India en el año 2021. Habla con claridad de como estamos habitando “un mundo dominado por los intereses de corporaciones poderosas”. “Necesitamos una nueva solidaridad, entre toda la vida. Dominamos demasiada de la conversación”.

Me invita a preguntarme ¿Solidaridad es amar es solidaridad es amar...?

Entonces ¿Qué hacemos?

Lyla June dice que “cuando amamos estamos creando la oportunidad para que ellos vean su comportamiento y sientan amor (es productivo para todo el mundo)”.

Joana Macy, en una de las últimas veces que la vi hablar en directo, a sus 90 muchos ya, me invitaba a estar “Tan abierta a la vida, que sintamos lo que nos pertenecemos las unas a las otras, incluso a través del dolor”. “Necesitamos abrir nuestro corazón cuando hablamos. Necesitamos preguntarnos si estamos escuchando.” Decía a las ahí reunidas “Estamos plenamente aquí, con el corazón abierto”. Nos invitaba a preguntarnos “¿Cómo nos acompañamos y ayudamos a romper el silencio?”

Abrimos espacios ruptura, que sirvan a honrar el dolor, sí. ¿y el placer? Ah, el placer me lo trajo la bellísima criatura arte que es Brontë Velez.

Dijo “Quiero estar en mis sentidos / I want to be in my senses”, como una invitación a sacudirnos el modo piloto automático que nos dicta la modernidad. Y me invitó a encontrar placer en tiempos de duelo y urgencia. El placer como una meditación diaria, una pregunta hacia lo que me hace sentir más viva, más orientada hacia lo que se necesita. Me dijo que “necesitamos personas haciendo lo que les hace sentir más vivas”, y trajo, desde ahí: límites, con estas preguntas: “¿Qué nos trae placer? ¿por qué? ¿hace daño?”.
Además, dice y yo resueno con que “es este estado orgásmico de estar vivas hacia lo que nos sentimos atraídas las personas” y, quizás, nuestro mayor potencial resida en ser redes de apoyo que nos permitan romper con lo dado para acompañarnos a realidades que nos permitan esto. La capacidad de soñar(nos) algo distinto hasta que sea (to dream something “into being”).

Un rezo, de Brontë:

Earth: Take me. Tell me. What position do you want me to be? I´m on my knees to the earth. Be your gifts! Power! Pleasure! We need the collective vibration”.

Tierra: llévame. Dime. ¿En qué posición quieres que esté? Estoy con mis rodillas en la tierra. ¡Sé tus dones! ¡Poder! ¡Placer! Necesitamos la vibración colectiva.”

Lo siento. Lo siento tanto... lloraba hace dos días, como una cría. Siento que son tiempos de cambiar de forma, un poquito de shapeshifting. Y las preguntas, quizás las preguntas sean amar y rezo, también, y alumbren, más que las respuestas, en la oscuridad del cauce, río que somos.

Gracias por leer hasta el final.

Tactilmente tratando de retroalimentar amar,

Virginia Victoria

REFERENCIAS

(1)Joanna Macy y Chris Johnstone. Esperanza Activa, 2012 (2)María Zambrano. Hacia un saber sobre el alma, 1987. (3)Dr Clarissa Pinkola Estés. Las mujeres que corren con los lobos, 1992. (4)Donna Haraway. Staying with the Trouble: Making Kin in the Chthulucene, 2016. (5)Sophie Strand. The flowering wand. Rewilding the sacred masculine, 2022. (6)bell hooks. Cultura fuera de la ley: Resistiendo a las representaciones, 1994

*Las palabras que menciono de adrienne maree brown, Lyla June, Vandana Shiva y Brontë Velez las escuché en podcasts, varias de ellas en el podcast que es “For The Wild”. No estoy segura exactamente si todas, porque no anoté en mis cuadernos ese detallito. Sorry.

Un cuento

Hace un tiempo nació este cuento. No sé decir de dónde salió pero es cierto y, hoy, quiere volarse. Allá va.

Estrategia para mitigar el poder

La historia que os voy a contar, cuando la hablaba por aquellos tiempos me decía una y otra vez “y dale con el majareta este. ¡Que es imposible, Román, joder!”. Eso sucedía. Lo hicimos por necesidad y por probar que se habían tragado tal cantidad de mierda del paradigma dominante y su narrativa que les había intoxicado los sesos. Entre eso y que se tiraban las tardes borrachos… Bueno, la historia.

Empezó en este tiempo en la primavera de 2023, cuando parecía que todas las fuerzas del estatu quo querían impulsar que se hicieran huertos solares y eólicos en mitad del campo, y eliminar la necesidad de que hubiese una evaluación de impacto ambiental. Mis colegas del gremio lo hablaban con frustrada indignación todo el tiempo. “Y encima van a poder hacerlo sin ni siquiera mirar a quien se cargan”, y a veces celebraban “Que se jodan esos cabrones, ha salido águila imperial”. Una compañera conocía a una compañera que su trabajo era observar un nido de águilas 8 horas al día, desde la distancia, para avisar si alguno de los pollos volaba cerca de las aspas, que apagaran la turbina 3 o la 7 o la que fuera. Impresionante hasta donde llega el sinsentido cuando se piensa. Al final de la historia que me contaba, por donde yo me quedé, ya había muerto un pollo porque no pararon las aspas a tiempo. En otras historias, como compensación por el daño medioambiental a este lugar, dedicaban dos jornadas a construir un palomar en no sé qué pueblo. Y así. De todas formas la mierda de lo que hacían con el impacto mediombietal era eso. Claro, y como decía al principio, lo que dominaba como creencia compartida es que “estos mandamases entre empresas tienen la pasta y pueden hacer lo que quieran. Poco importan las voces de la gente que pateamos estas zonas, y menos la de los bichos que encontramos que las habitan. Y además nadie sabe que trabajamos de esto ni lo que pasa. Y como los medios funcionan para ellos pues es imposible”. Yo de hecho me pillában por ahí mirando bichos y yo decía que estaba haciendo inspección de molinos porque la gente no lo iba a entender. Luego pensé, joder Román, serás bruto, así alimentas el problema fijo, vamos. Seguro. Y ya empecé a honrar lo que hacía y a hacer ruido. Vamos, que me lío y esa es la historia que os quiero contar.

Estaba ahí en una fiesta con colegas de colegas y había un par de personas nuevas y una de ellas no paraba de hablar de revolución. Que sabía como podía conseguirse diseñar una campaña para transformar hacia donde mira la atención. Mis compañeros le decía ingenua pero algo en mi creyó en lo que decía. A la semana estábamos reunidos con otro par de cabezas y diseñamos una escalada de acciones estratégica.

Lo primero que íbamos a hacer era generar esta formación para que cualquiera pudiese hacer nuestro trabajo, y empezamos a buscar a gente sin curro y chavales, y todo tenía ese toque de resistencia en la narrativa. Empezamos a formar equipos y a llevarnos a gente en horario laboral a aprender de los bichos en la tierra; y recogimos mapeos de zonas de riesgo donde iban a hacer estas aberraciones eólicas y solares y nos íbamos en equipos más grandes (ya no currando) a hacer conteos de especies, y a veces nos quedábamos a dormir por ahí y siempre terminábamos yéndonos a los pueblos de la zona y escuchando a la gente. Juliana sabía sobre algo que llamó facilitación, municipalismo y democracia deliberativa, así que puso en marcha un plan para que comunidades, independientemente de su tamaño, pudieran organizarse, y conocimos además a gente que sabía y hablaba bien sobre energía y empezaron a hacer tours por estos sitios y así se aprendía juntas y siempre llevábamos un puchero enorme y entre los ingredientes que ponía todo el mundo hacíamos comida para todo el pueblo juntes y era divertido y los críos jugaban y aprendimos un montón de los críos y de las viejas y los viejos con las manos llenas de pasado. Como pasaban los días y veíamos que la gente se iba ilusionando por resistir el sinsentido que iba a aniquilar especies autóctonas y a condenar a los pueblos, y como se iba infusionando la revolución gracias a voces que contaban las historias muy bien y tenían fe, pues de verdad que la ilusión se fue retroalimentando y nos daba igual ganar o perder. Pero el caso es que estar ahí tenía todo el sentido del mundo. En este momento estábamos pilotando 3 localidades en 3 equipos, o sea, la resistencia a 3 megaproyectos. Hacíamos cada 3 semanas una reunión que unía a gente de los tres proyectos y conseguimos pasta para financiar esto y que pudiera venir quien sintieran en las comunidades que tenía sentido y yo era super fan de la Mari Pili, que venía a los encuentros en delantal y nos ponía a partir torta de gazpacho mientras hacíamos silencio porque decía que así nos escuchábamos mejor luego. Mi amiga la de la democracia decía que lo de la Pili era mindfulness y embodiment practice versión manchega castiza y que era fan plena y no podía parar de escucharla.

De ahí fuimos migrando hacia pueblos más grandes de la zona e hicimos algunos fanzines con voces como las de Mari Pili y fuimos convenciendo a gente que trabajaba en el servicio postal (porque les llevábamos café en un termo y galletas caseras y les contábamos en un momento) y a gente de asociaciones y de bloques de vecinos que repartieran los fanzines, o incluso que imprimieran los fanzines (muchos lo pagaban de su bolsillo) y los repartieran. Total que en poco tiempo se iba corriendo la voz de esto y en esos fanzines ya venía una fecha para estar en un gran acontecimiento y traer a la familia, y ahí probamos varias cosas para ver cómo funcionaban. Los tres sitios nos servían de piloto, vaya, y todo nos servía para aprender y crecer y de las discusiones y las tensiones aprendíamos lo que más en realidad. Pero nunca dejábamos que nadie se fuese a casa con la sensación de que el grupo le estaba dando de lado por tener otra idea ¿sabes?, porque la gente que sabía facilitar era genial y poco a poco aprendíamos todos que en realidad debíamos traer claridad y honestidad y que el disenso era grande y que nos queríamos igual. Los días grandes. En un sitio fuimos a ver a la empresa encargada un jueves por la mañana y fuimos un montón. Cada día grande se hacía en fechas distintas para que gente de otros sitios pudiese venir. Llevamos para hacer bebidas calientes y comida y algunas se infiltraron en el edificio con mucho teatro y cara dura y fueron seduciendo a los empleados a salir a tomar algo y charlar y escuchar. Y los mandamases nos dieron un “no tengo poder, esto está decidío ya, ¿ves?” pero no escuchamos y seguimos y dormimos y la policía vino pero en realidad no tenía mucho que decir. “Estamos aquí para garantizar vuestra seguridad” es el clásico y aquí nos dijeron eso y nos identificaron. El viernes vino más gente y querían que nos reuniéramos arriba y dijimos que no, que bajasen con la gente que íbamos a facilitar un espacio de escucha empática y que se trajeran a sus colegas que solo uno se siente más débil. Les llamó la atención y lo sabíamos, desde el principio, que no íbamos contra ellos. Que no había guerra. Sino que esta gente tenía el corazón puesto en: estamos en una crisis interconectada brutal, de sequías y pérdida de biodiversidad y económica y energética y esta no es la manera y vosotros tenéis poder y equipo y tecnología para resistir esta manera y encontrar otras y nosotros tenemos ideas y no vamos a permitir que esto suceda así porque sí porque no es la manera. Por la tarde se montó una fiesta y la gente de la oficina por la noche cenó del perol y la Mari Pili se enganchó al brazo del jefe y le escuchaba y le decía “sí, pero demuéstreme usted que me entiende cuando hablo, no me cambie de tema, por favor, que esto es mu serio a lo que andamos jugando” (y por detrás decíamos si es que tendríamos que haber traído la torta de gazpachos). Mientras todo esto pasaba había un equipazo que hacía vídeos de momentazos como Mari Pili jefazo y lo que hablaban de verdad. Dijeron que no los publicáramos pero dio igual. Total, que de que nos dimos cuenta se estaba hablando del tema y aquí todos éramos hermanos. En otro sitio que era un pueblo más joven fue igual la primera ola de acción, pero allí ya estaba más avanzada la historia y ya había maquinaria en tierra, y por la noche se fueron un equipazo que se conocían la tierra como la palma de su mano de tanto recorrerla y llevaban meses tejiendo y entonces cogieron especies autóctonas de plantas y donde las máquinas habían empezado a reventar el suelo lo mimaron, lo regaron y crearon un oasis en mitad de la devastación y se quedaron a protegerlo. Ahí les arrestaron pero llegaban más y de que llegó el viernes había tantas madres y abuelas y abuelos en la zona que se fueron, y desde ahí una comitiva con video de todo esto fue a la empresa y lo compartió, y grabaron también cómo reaccionó la empresa y lo fueron compartiendo todo. Era como traer transparencia a un momento opaco y turbio y se sentía así y no se sentía guerra. Creo que eso lo cambió todo. Algunos diplomáticos se hicieron eco y empezaron a hablar de los fondos a nivel europeo, y entonces nos enteramos que había una gente que había participado en unas Asambleas Ciudadanas para el Clima en España, y otras en Francia y Austria y vinieron a decir que llevábamos razón y usaron su poder, y así organizaciones diversas empezaron a sentirse capaces y así de que nos dimos cuenta un proyecto dijo que se retiraba. El caso es que la gente no se iba a rendir y fue todo brutal pero gentil y nos cuidábamos y descansábamos y aprendíamos y discutíamos porque era importante y seguimos. Cuando las cosas se pusieron feas seguimos y venía más gente porque no sabían qué hacer y seguían aprendiendo. Esas formaciones del principio siguieron pasando todo el tiempo ¿sabes? Mucha gente venía a aprender a hacer sondeos de fauna y flora protegida en las zonas y aprendieron de otras cosas y hubo muchos que decían “necesitaba estar en contacto con el mundo así y no sabía cómo y esto ha sido como una bienvenida perfecta y además puedo hacerlo con sentido”. Encontrar pasta para que a la gente no le costara dinero esto no fue un problema pero si un curro. Lo más importante fue que fuese juntas y que se legitimara con todo aquello que aprendíamos y a lo que empezamos a ponerle nombres como facilitación, participación ciudadana deliberativa e informada, escucha empática, escalada de acciones… y que no hubiera batallas. Eso creo pero no lo sé y cada uno que lea lo que pueda.

Lo que quiero decir es que quizás esto sea manera y, total, conforme está el patio no hay nada que perder y no lo vais a creer pero es cierto lo que cuento. Si nos creemos que es imposible, entonces lo perdemos todo quizás, eso seguro y ahora, ¿te apetece venir a jugar? Juguemos.

...

En compasiva urgencia y danza de la lluvia,

Virginia Victoria