Verano, creencia, esperanza, juego y fe

El juego con unos conceptos cuelga de la blanca columna con gotelé de la habitación de mi crecimiento. La leí de Alan Watts (en un libro sobre inseguridad que no recuerdo el título).

Pinta así:

fe: Apertura sin reservas de la mente a la verdad.

concepciones Carece de: expectativas ...previas ideas

(Creencia: insistencia en que la verdad es la que una querría o desearía que fuera)

...

... y esta, que se atribuye a Vaclab Havel, y yo lo leí por primera vez en el poemario de la poetisa Alicia Campos “a destiempo”...

... que pinta asá:

La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido salga como salga.

...

He estado prestando atención a que puede significar buscar camino hacia la “indigeneidad”, o cómo vuelvo mis actos, mi cuerpo, mi actitud y mi legado indígena a una tierra por la que no sentí arraigo ni orgullo patrio ni saber sobre los suelos y las aguas. Unas cosmovisiones rectilíneas, extractivas, violentas y que retroalimentan separación por inercia. Unos abuelos que no saben o no cuentan historias. Como si lo viejo así debiese olvidarse en algún momento de su historia, y no hubiera conseguido coliberarse de tanto tabú y miedo a lo otro. De tanto ya no saber como conectarnos y escucharnos y honrarnos... sin miedo y un sistema nervioso central que despega a modo alerta en segundos.

Con un mundo llevado por una inercia de tal violencia; alimentando cosmovisiones tan de dominio y perversas, que lleva cientos de años llevando la prosperidad de la compleja y fascinante espiral de la vida aquí, a la categoría de milagroso si lo conseguimos.

y...

sentí que no era cuestión de acumular saber (aunque la vida es práctica y la experiencia puede sentirme acumulativa a veces).

Sentí la llamada a conectar con lo ecosistémico que habito, sin prestarle juicio: con la curiosidad de la infancia. Sí. No es fácil y a veces no me sale.

Este verano volví al mar y al juego. Conecté con cómo se manifiesta ser niñe en esta era. Como si pudiese ser eso un viaje espiritual de propio derecho. La mar sagrada me ofrendó la visión de criaturas diversas y el deseo de reconocerlas. Aprender sobre qué aguas se mezclan hasta alimentar el constante fluir de las aguas de la playa que pisaba al adentrarme a las aguas. Caer en una expansión de vida que ya no prospera donde lo hacía, y aquí sí.

Ver esas criaturas, cuyos nombres desconozco; cuya magia en el ecosistema tierra me intriga e ilusiona descubrir. Indagar en lo que sabemos de elles y sus relaciones. Ambiciones. Bioritmos. Verles respirar, jugar, asustarse y comunicarse conmigo. Conectar... se sintió como encauzarme hacia conectar desde paradigma y cosmovisión de inmensa belleza. La danza de la medusa y aquella babosa diminuta, como una anémona, a la que se le veía latir y no se sabía si corazón, olas o agua sagrada mantenía el pálpitar despierto y próspero.

Me pasa que cuando me acerco a las aguas, me sale esta sensación en el cuerpo de “cómo no voy a tener fe”. No hay razón para no tener fe. Todo por ganar.

Y, sin embargo, las voces que me han rodeado en estos viajes me han traído empequeñecerme y hacer temer con frecuencia. Conectar con la idea de estar con personas me ofrece ilusión, miedo, ganas de escapar, que no me hagan más daño por favor, emoción de conexión nutritiva... a la vez.

Querría pedir algo, en esta luna azul, segunda luna llena de agosto (la expresión en inglés “once in a blue moon” significa “una vez cada muuuucho tiempo”, y era la única cosa que sé yo de la luna azul esta, que no sucede a menudo)... ...querría pedir que nos hagamos sentir que nos amamos lo más pase lo que pase posible, si es que se siente eso sincero.Que amemos a las locas y a las perdidas y a las enraizadas y a las neurodivergencias y a las enfurruñás y... a tantas personas y roles que nos habitan potencial y traen bendiciones y las acompañan maldiciones también porque hay que dar a cambio, quizás será. Querernos para poder sentirnos en santuario seguro al lado. Cerca aunque lejos. Queridas aunque en tiempo turbulentos o sin llegar a coger aire pleno en tiempo.

La opción de liberarnos quizás solo exista a nivel paradigma en reciprocidad de raíz: Quizás solo podamos coliberarnos.

Hacia las personas, me contaba Joanna Macy en su trabajo Esperanza Activa, y creo que refería a la leyenda que juega con la metáfora de los bodhisattva*, y lo repetía una gran amiga, que hacia las personas, podemos ir a conectar desde detrás de un escudo, que yo imagino como dos bolitas flotantes de luz que yo muevo a mi alrededor con mecanismos físicos como cariocas ligeras. Un escudo, que nos protege, vulnerables, de compasión y sabiduría.

Dicen algunas historias que, durante la historia de la vida, los actos de amabilidad desinteresada, humildes, han ido llenando un profundo pozo de compasión. De ahí sacan energía y fuerzas cada una de las historias de amar en sentido común y generoso que suceden y, a su vez, en un ciclo regenerativo, llenan el pozo. Es de la compasión, que nace el coraje.

La canción de Savanna “She Moves Me”, dice que el miedo solo es el coraje dándose a conocer (fear is only courage becoming known).

Siguen siendo tiempos difíciles, pero los colapsos son pérdidas de complejidad. Esto sucede de maneras infinitas.

En toda mi llamada por entender qué significa transformar paradigma, me pregunto si jugando con nuestra atención e intención, aportando significado a conceptos que nos dan poder y agencia como co-creadoras de nuestra realidad compartida, presentes momento a momento... entendiendo el tiempo no linear, sino espiral. Tiempo laaaaaargo, como legado como ancestralidad. Como retando a la urgencia que no traiga prisa, sino como la sabiduría Yoruba: “los tiempos son urgentes: vayamos lento”. Lo más que humano... podrían ser claves en cuanto a forma. Coliberarnos encauzadas hacia que la tribu pueda explorar, honrar. Sostenernos en flujos regenerativos.

Fe.

Para seguir llenando los pozos que tienen sentido común y nos nutren a todas las personas (y cuenten desde mi voz como persona al ser mineral, alga, cefálopodo, microscópico...).

Brindo a esta prosperidad. Y, en días tranquilos, puedo oírla respirar.

Mitad mar mitad criatura humana en este momento de esta era,

V.V.

*En el budismo mahayana, bodhisattva: se refiere a cualquiera que haya generado bodichita, un deseo espontáneo y una mente compasiva para alcanzar la budeidad en beneficio de todos los seres sintientes. (en Wikipedia).