Lo ya escrito

Lo que escribí en otros sitios.

Paz. Paz. Paz.

Tres letras. Tres palabras. Euskadi eta askatasuna.

Así. Ahora sí. Ya sí.

Se busca la democracia ya. Con la palabra. Habla.

Paz. Paz. Paz.

El agua, placer de vida. Entre los poros de las piedras filtrada, en escorrentía resbalando sobre la tierra, salvaje en la cascada, cada gota una perla si la miras, si la bebes un río hecho sangre que navega latido a latido en rojo enfurecido. En el mar se hace la gota salada, brinca en espumas escarchadas y nada en calma. Cada gota placer de vida, si la bebes, si la tocas, si la miras, si la sientes. ¡Ya quisiera el nácar! Perlas transparentes. El agua.

Uvas de un racimo que nunca serán vino. Navidad. Las acompañarán otras uvas que se hicieron cava catalán. Pronto Año Nuevo. Más uvas para saludarlo despidiendo al viejo, pasa el tiempo con solo pensarlo.

Una flor se enciende. Nace, un capullo que crece, se hace, muere. Queda la planta. Una hoja verde cuelga en una rama. Árboles de un bosque. Tantos y tantos millones hacen una primavera que llena de colores cerca de media tierra. Una hoja cae, caen todas, caducas se esparcen en alfombras. Aguantan las frondosas este otoño como todos. Belleza. Más de seis meses de medio planeta. Ya tiritan las pieles en texturas de gallina. ¡Una gota! Otras pocas. Hola lluvia.

Reflexionando me he dado cuenta de que si me lees en un lector de feeds no te enteras cuando hablo de pájaros o de cambiar la forma de las letras. En mi blog, claro.

Reflexionando ¡Qué descaro!

Muevo la lengua, dos palabras y Sócrates que asoma en la cabeza como injerto en la huerta. Intelectual de labia vana circunvolucionando con la azada en el cerebro seco. Hablábamos de eso, de pájaros.

A alguna gente parece que los nidos nos crecen en el cráneo. Repetidos.

Si Borges se levantara me diría que ya me lo dijo. Él sí sabía de palabras, él sí reflexionaba.

Hace mucho, mucho tiempo, cerca de este siglo, ella, tan querida, a quien recuerdo y siento con todo el cariño, me regaló una fotografía de la que recorto este escogido trozo. En la ciudad del sena entre algodones rosas y la belleza hermosa de una niña peliroja se eleva a las estrellas la lanza más famosa de la tierra entera. Hay otras pero no son vuestras. A ti que me la recuerdas, a ti que sé que te emociona, y a ella, os dedico esta idea. Un puñal suyo clavado en mi cerebro, un recuerdo tuyo apuntando al cielo. ¡O es al revés! El puñal tuyo y el recuerdo suyo. También. Leas como leas, disfrútalo bien.

Dos estrellas

En este momento en que escribo un niño... Otra vez. Mientras escribo varios niños pequeños se están muriendo... Tampoco está bien. Ahora que escribo, muchos, muchos niños están siendo carne muerta. De hambre. Quisiera que cuando tú leas ningún niño se muera. No me tiemblan los dedos cuando escribo pero me tiritan las neuronas en el cerebro y siento un fuego de niños, una hoguera grande, que me arde en el pecho. Tú que lees, piénsalo, no es broma. Es hambre.

La torpeza me hace sentir muy torpe. Si cuando tropiezo puedes ayudarme te agradecería que lo hicieras, conque no esperes a que te lo digan y ayúdame.

Me repito porque es importante.

Si puedes aliviarme evitándome un mal trago pon algo de tu mano. Es así de fácil.

Si además te ríes que sea una risa sana que reírse es humano y está en los genes de todas las razas.

Tú te diviertes, yo respiro y el mundo es más fuerte porque somos amigos.

Pero no lo olvides, si el mal rato que pase puedes aliviarlo no dudes lo que dura una hache y entra a saco para que también pueda reírme.

Entre los dos haremos algo hermoso, usar dos preciosas palabras, una es magia. Gracias.

Hoy la forma de las letras es distinta. Le dije a Blogger ¡Cámbialas! Obedeció. Sin esperas, sin tonterías. Te diría que se encendió alguna lámpara detrás de mis pupilas. Mentiría. Empezaban a cansarme y las cambié. No dudo otros cambalaches, sin prisa, cuando cuadre. Pienso en el color de las letras. En manchas rojas, de sangre, como de hambre porque se te seca la boca. También en Picotea.


Picotea, la recuerdo con añoranza como una familia pequeña en la que se escribían montones de palabras.

Ardillas voladoras y letras como bellotas, saltadoras, escribíamos en todas las copas.

Lo que pienso. Siempre deseo importante lo que pienso cuando lo realmente grande es pensar. La importancia es circunstancial y personal. ¡Qué le importará a un adolescente negro de los que están hambrientos un trocito de arte o que el Guggenheim sea de titanio! ¿Y a un payo? ¿Y a un gitano? Si todos tienen hambre creo que todos prefieren saludar al panadero, o al frutero, o visitar el cubo de la basura. ¿Te sorprende? Déjame que lo piense.

Hipócritas de la vida y de la usura no tenemos cura. O sí. Yo creo que sí. Ya que lees también depende de ti.

Hambrientos

Es tan fácil, con mirar al cielo ya tenemos arte, si además respiramos ¡Aire! Respirando el arte.