Lo ya escrito

Lo que escribí en otros sitios.

Huele a vaso limpio y cristalino justo después de lavarlo mientras husmeo con placer de niño el fruto del trabajo.

Huele a bayeta recién lavada después de haber limpiado, huele a la espuma de la mar blanca al disfrutarla mirando.

Todo limpio, recién mimado.

Todo limpio


De hospitales varios un grande centro sanitario, fue poco a poco que se unieron todos con aquel trabajo lento que llenó años enteros. Fue con el trabajo de todos que construimos algo tan bien hecho. De todos.

Aquí me curaron de mis heridas intestinas pagando con su trabajo trabajadoras vidas

Camino de miseria y hambre.

Vacía la calle. Creo que es la tristeza del poder que se cree que todo es de él, quizás el tiempo le falte y las ideas de otros apaña porque las suyas ya en la nada se derraman, aromas de un agua estancada en el estanque perdida la pasión por escribir palabras que hagan nueva savia de la sangre.

Camino de morir desangrándose.

Los caminos


Luces de artificio llenas de regalos vacíos.

Efímeras unas palabras que no dicen nada, solo hablan.

Sencillas, te hablo de vida, que la vivas.

¡Son tan lindas! Palabras, unas pocas de placer te desangran.

Palabras


Dibujar, escribir, hablar y escuchar, no hace falta más para comunicar.

Borrachos. Llueve. Cerebros alcoholizados. Bebe, bebe y bebe. El cuerpo obligado. ¿No quiere? Sufre tiritando cual niño imberbe por un vaso. ¿Vicio? ¡Adiccionado! En la sangre casi un litro mas las alcantarillas se siguen llenando, ya no importa que el alcohol sea barato.

Alcohol de beber y beber


Bebió y bebió. De urgencia lo trajeron y no se acuerda. ¿Por qué? Ahora protesta. Entonces no importó, ya no sabía lo que decía ni lo que bebía. Vomitó y vomitó.

En el hospital donostiarra una espera sanitaria. Fue llegar, sin habernos sentado, quietos, mirando en el sitio antes de esperar vemos en un pequeño lío, esperando, a otra gente que ya está. La enfermera con su labia confirma que son cuatro sitios, cuatro puertas cerradas que se abrirán un poquito para llamar a todos con gracia.

No era una, las salas eran cuatro y cuatro eran las puertas, todas para la anestésica consulta que parecía tan bien programada en anciana fecha.

Nosotros, que llegamos minutos antes de la hora que nos toca esperamos atentos a inesperados avatares escuchando las apalabradas bocas, antenadas las orejas a cualquier puerta recién abierta. Una chica acabada de llegar es llamada, se cuela hablan las lenguas después de entrar sin pausa ante el pecho de la enfermera. Hay atraso entre la gente sentada ya cansada. Protestas.

Yo, que escribo, nada aburrido mensajeo las palabras calladito.

En la hora nuestra nos llamaron, entré con mi madre, respondimos las pertinentes tal como eran nuestros deberes y tan campantes despacito nos marchamos. Todo fue elegante.

Cuatro puertas


No descansa el mar cuando hay marejada ni en calma, siempre ha de hacerse notar al azotar como al besar. El cielo es su cónyuge eterno.

Llevamos la luz al túnel que nos la quita, detrás aún luce cada vez más chica, delante ya amaneció el sol. Así termina.

Suerte, no era un tren que venía en esta dirección con su luz encendida a la velocidad negativa de la muerte.

Túneles


Desenredada la mordaza que tapaba la boca cerrando la garganta rota a la palabra.

Quisiera cierta la claustrofóbica aseveración que en línea anterior desenreda,

pero por desgracia sigue loca la fiera porra que castiga a quien caiga.

Ir contra es caer en desgracia, nueva ley que valora las mordazas.

Una idea sin padre aparece como de ninguna parte. ¿De dónde viene? Piensas y ves que tiene madre, siempre son las que crean.

Yo nací de tu vientre, madre, no sé por qué, no sé, pero se siente, madre, tu sangre en las venas.

Ideas


En mí naciste palabra que buscaba, en cuanto viniste comenzó la cábala, con tan temprano alpiste amaneció la idea temprana y sonrisa en ristre te hice vergel de palabras.

Una bombilla encendida durante un siglo en el techo de un palacio del fuego, en mis lámparas duran un año chico antes de abrasarse el fino filamento.

Hago la cuenta, si así se hacen los diseños nunca abandonaremos la pobreza, ni la humana ni esa de la inteligencia.

Una bombilla encendida


Los ojos que ven ven lo que quieren ver, lo que quiere ver quien ve.

Esta es nueva, nueva nota sin conexión escrita en la tableta. En Workflowy. Letras un millón. También las escribo en el móvil, en la web, en el escritorio, allá en donde escribiendo voy. WorkFlowy es la aplicaión, blanca, negra, limpia para escribir con la ilusión de las cosas buenas y sencillas. La uso entre las elegidas por tanta oportunidad que ofrece, por la facilidad, por la sencillez, por la agilidad, por la rapidez, porque me gustó siempre esta hermosa aplicación. Workflowy y yo.

Workflowy sin conexión


No llevo días que ya son años, WorkFlowy en cualquier sitio, WorkFlowy en cualquier dispositivo, en todos los aparatos una maravilla.

Fácil, útil y sencillo para escribir mis letras queridas.

Una gaviota alada que son de verdad las alas.

La verdad no engaña


Siempre quieta en el hecho y en la palabra, sincera.

No espera, se escapa, corre liebre flecha negra, no la encuentran, no quieren encontrarla.

En sangre encarnada la verdad no engaña. No hay error.

Escapa. Un día caerá en su telaraña con sangre firmada. A su espada enclavada en el corazón ha de pedir perdón.

Lo peor, no tuvo razón al querer engañarla.

A sí se engañó. El engañar es error.