La verdad no engaña
Una gaviota alada que son de verdad las alas.
Siempre quieta en el hecho y en la palabra, sincera.
No espera, se escapa, corre liebre flecha negra, no la encuentran, no quieren encontrarla.
En sangre encarnada la verdad no engaña. No hay error.
Escapa. Un día caerá en su telaraña con sangre firmada. A su espada enclavada en el corazón ha de pedir perdón.
Lo peor, no tuvo razón al querer engañarla.
A sí se engañó. El engañar es error.