Lo ya escrito

Lo que escribí en otros sitios.

Nos vendieron una guerra por la libertad y con la boca cerrada la compramos, los soldados fueron las vidas a liberar.

Hoy, a Najiba, la hemos asesinado.

Ayer ha muerto una mujer en Afganistán en muerte pagada con el dinero de la libertad. Gravita una lágrima, yo también he pagado.

Ciega libertad

¡Uf! Sin doler nada solo mirar ha de saludarte en el alma. Una lágrima, que sea lápida de eterna luz.

Miro en la mesa en donde escribo algunos dibujos en ríos de savia que recuerdan momentos de vida como si fueran mis vasos sanguíneos; la oscura superficie lisa y pulida de tablas largas, estrechas, encoladas, derechas como el raíl rubio e ígneo recién salido del fuego blanco, hirviendo, perfecto e inmaculado, que será camino de la acerada sierpe que rielará con las vidas de la gente.

Abandono la mirada y vuelvo a escribir en el fondo negro brillante de la pantalla la siempre continua, delgada línea sin fin que abarrotaba de placer las neuronas allá lejos cuando el tren aún empezaba y que hoy sigue siendo felicidad loca.

Los brazos apoyados en la mesa de madera dibujada de aquellas líneas que a la vida recuerdan, escribo unas líneas que me llenan de alegría. Importa el placer de la vida constantemente y lo que perseguimos sin cesar es la muerte.

Sinceramente, solo es placer de escribir desde un principio y sin fin.

Una mesa cualquiera

Reordenando versos ladrillo a ladrillo o reconstruyendo fachadas verso a verso, mas importante que el tiempo concreto y el etéreo espacio en que lo vivimos es disfrutar intensamente con todo ellos. Antes, entonces, después, ahora mismo.

Cada línea en sí se siente aunque continúe en la siguiente. Cada línea es principio y es fin aunque continúe en la siguiente. Cada línea es muy poco aunque continúe en la siguiente. Cada línea solo puede ser así aunque continúe en la siguiente. Cada línea lo es todo aunque continúe en la siguiente. Cada línea es un momento aunque continúe en la siguiente.

Cada verso un universo lleno aunque continúe en el siguiente. Lleno para siempre.

Cada verso

Luz que rima la vida, todos los días todas las vidas, luz de vida.

Conociendo gente nueva, conociendo vieja gente de siempre, conociéndolos una vez, conociendo mil veces, conociéndote otra vez, hoy reconociendo gente de ayer.

Conocimiento consciente, conocimiento inconsciente, es a veces tan efímero e inconsistente que aún siendo anciano conocimiento o sencillamente reciente se hace mentira incipiente en el desgarrado momento de un futuro detenido que sorprende.

Siempre conociendo gente nueva golpea la vieja por conocer agarrando por sorpresa. Tantas veces no es lo que creemos, tantas veces no conocemos lo que es, no es el juzgar nuestro más fiel poder.

Sin conocer

Aunque lo escondan los árboles, aunque las nubes lo opaquen, aunque el mar ruja fuerte, siempre sale por el este.

Palabras de la radio oídas, a veces escuchadas, por otros dichas. Habladas. Sentidos distintos según el oído, pareceres diferentes según el oyente, las mismas palabras y tantas letras entendidas distintas.

Palabras de la radio

Como en un cuadro, ruido pintado o un ojo que disfruta, quizás las dos líneas sean justas.

La ira, manjar de dioses al destierro abolida es fuego ciego roto en el herido pecho, furor que en el corazón abrasa mientras palpita rasgando en la vida. Siempre duele. Quiero no vivirla ya que hiere a todos siempre. Claro que yo la destierro. ¡Incluso cuando la padezco!

La ira

Entre la tormenta y la calma en el cerebro anidan las palabras, para hablarlas, no para escupirlas.

Vamos a escribir poco que el tiempo es corto aunque si hay un minuto ya es bastante y lo disfruto. Sí, para mí sí, lleno de placer cada segundo al pulsar cada tecla, al pensar cada letra. Ya me toca ir, sí. En segundos disfruté un mundo y aún son muchas las palabras que me quedan para todo el futuro.

Corta espera

Azufre y fuego en lienzo que la humana mano rasga escribiendo en rojos y amarillos sus hazañas haciendo del cielo infierno.

Oscuro azul negro intenso pincelado alud atmósfera manchada de averno.

Aunque el tiempo es corto poco a poco los colores bellos la alquimia transmuta en cieno.

Publicidad obligada, innecesaria, no querida, intrusiva y alevosa, mala, ideas heridas, cualquier cosa.

Publicidad elegida, una nube en la pantalla, palabras que suenan en las ondas que vuelan y llegan a las orejas porque quiero oírlas. Hoy quiero vivirlas. Veremos mañana.

Sin quererlas volverán a repetírmelas. Encerradas vuelan las palabras encorsetadas.

Publicidades

Pensando en la nada la entera libertad de escribir conque. El sol anuncia el día cada mañana, cada mañana miro salir el sol en el horizonte en hermosa publicidad sobre el monte, o sobre la línea de cielo ciudadano, o sobre las aguas, publicidad que en igual horizonte se esconde con la misma belleza de la nada.

Te lo quitaron, un pequeño ladrón ser desgraciado en su desgracia te arranca parte de tu trabajo y se lo apropia ufano sin querer enterarse del daño, o sin importarle, igual de grave. En dos palabras “dos desgraciados”. A uno se le pasa.

Robo

Como si arañar en lo ajeno reportase felicidad. Molestar. Robar. Injuriar. Más disfruta el cerebro cuando todos disfrutan igual. Sin molestar. Sin robar. Sin insultar.

Eres culpable, culpable de no pedir a Dios que se vaya con el mal a otra parte. ¿Soy culpable también yo? No creo que hiciera caso pidas tú o pida yo. No entiendo a este Dios creador, un Dios creador del mal. No entiendo tal regalo y tampoco lo quiero, no quiero el mal ni quiero el pecado, que se los lleve como los trajo. Que se los regale a Satanás.

Valiente Dios que pudiéndolo todo nos llena el mundo de lodo. Todopoderoso. Seguro que el dinero también lo inventó este Dios bueno y se lo enseñó a uno que tenía el cerebro hundido en el abismo más hondo, el del infierno. Otro invento, otro regalo que no quiero. Dioses del averno.

Dioses del averno

Reinos de oscuro mar y de fuego que desconozco, sin deseo reniego de vosotros mas la libertad impone vuestro peso cargado sobre millones de hombros.