Lo ya escrito

Lo que escribí en otros sitios.

Zampa como una niña en el útero de la madre, zampa todo lo que pilla. Empieza con la ensalada o empieza con la carne, no le importa nada que no sea el zampar. Dice que es para alimentarse, yo creo que no puede parar mientras ve la comida encima de la mesa. Al menos eso es lo que a mí me pasa cuando estoy en plena faena, mientras cace la vista algún que otro manjar es cosa del paladar pedir con avaricia hasta que no queda más. Escribía de otro pensando en mí solo.

Después de ser travesera que suena escondida en la pantalla hicieron magia. ¡Que se mueva! Grité a la red desde mi ventana. La cámara se movió y la cabeza que toca, tocaba, apareció hecha gracia y de sonar sin ser pasó a ser flautista hermosa. Vi que además de la música llena la presencia de la persona, no llenaba, llenó. Las notas ya las oía pero después fue mejor.

Te lo explico. Es como una novela de música y de psicología, con mucha poesía, danzando dentro de mi cabeza. Importan los ritmos argentinos, la lectura, poesía sin lectura sería locura, y al final de la segunda película asoma la estrella. Ya pienso en dos películas y hablaba de novela, no hay quien lo entienda.

Bastará con que leas si te gusta. Los sonidos quedan música de mis oídos.

Probando en persona para ver cómo funciona. Escrita la entrada vendrá Hirekin a comentarla en pocas palabras, entonces agarraré la goma que borra y arrancaré el segundo párrafo de cabo a rabo. Pensando y pensando, osadía verbal esta del pensar, me pregunto. ¿Para qué quitarlo? El párrafo. Si lo edito borrando un espacio, elegante, los junto, dos párrafos, los dos trozos hechos uno. Y aparte. La idea es que si después de unirlos se conserva el comentario que otro ya ha escrito podré corregir una entrada sin eliminar lo que los lectores han aportado en sus anotaciones. Téngolo en cuenta, si el comentario de Hirekin no aparece y tampoco se ve un punto y aparte los comentarios desaparecen al modificar una entrada escrita antes. Se me ocurrió al ver en lindo sitio la falta de una vocal en un indeterminado artículo, pero ya había comentarios varios y deseo saber qué pasa si acentúo una palabra en la que la tilde fue olvidada y me lo comentan sin más. Punto final.


De cuando uno no sabe y busca saber, probé y corregí hace tantos ayer que la memoria había decidido escaquearse sin recordar ni el escribir, pero sí, lo escribí; y así, aprendí.

Empezaba en aquello de hacer pruebas sin haber entendido, aún hoy, el lugar en el que estoy. Es lo que soy, no sé nada, aprendiendo tampoco sabré nada mañana, solo sabré algo.

Poco, que sabré poco y algo parece como que no se entiende con la palabra que de nada habla tecleada disparo a disparo después de lo que antecede, antes de lo que viene, revuélvolo todo. Disfrútalo si puedes.

¡Es la memoria tan vana!

El primero, casi siempre hay alguien que camina antes, casi nunca hay nadie que no tenga alguien que vaya delante.

Nunca. El casi lo anulas porque alguien no sería nadie, es Dios, sería quien todo lo inició. La condición ya peca al quizá no ser. Dicen que él, que no tiene nombre, es. Es el primero en ser.

El primero que dijo conque. Aproximadamente dicen eso, dicen que Él es, Él es el que es. Como no pudo siempre ser Él hizo el invento. Hágase el tiempo. Lo primero.

¿No pudo? Pequé otra vez.

La memoria con sus mentiras en ocasiones nos engaña. Las cosas vistas a veces se olvidan, y las palabras que fueron habladas, y las acciones hechas; y lo que no fue se recuerda, y las frases calladas; estas letras quedan escritas. Para que las leas si lo deseas.

Acá en la página blanca de esta aplicación, Scriffon se llama, camino sobre el tercer escrito con las letras que punteo, una a una, con diez dedos de las dos manos que disfrutan con cada sensación. Es puro recreo escribir porque quiero.

Sin ninguna duda anida un ansia que no se oculta, el deseo de pasarlo, el tiempo, disfrutándolo, ahora escribiendo, y ahora tú leyendo.

Palabra a palabra, con mucho cariño y todo el interés desenredamos las ideas del cerebro colocándolas del derecho y del revés entre algunas neuronas, muchas ganas, más de un recuerdo que se mezcla en los meandros de los sesos, y tus ganas de leer.

Es Noche Vieja en dos mil once, está llegando la noche y he de ayudar con las cosas de la cena, dejaremos descansar las letras deseando a todos, a mí y a vosotros, que el Año Nuevo sea feliz todo él entero. Aupa todos en el dos mil doce.


Acá en la página blanca de esta aplicación, Scriffon se llama, camino sobre el tercer escrito con las letras que punteo, una a una, con diez dedos de las dos manos que disfrutan con cada sensación. Es puro recreo escribir porque quiero.

Sin ninguna duda anida un ansia que no se oculta, el deseo de pasarlo, el tiempo, disfrutándolo, ahora escribiendo, y ahora tú leyendo.

Palabra a palabra, con mucho cariño y todo el interés desenredamos las ideas del cerebro colocándolas del derecho y del revés entre algunas neuronas, muchas ganas, más de un recuerdo que se mezcla en los meandros de los sesos, y tus ganas de leer.

Es Noche Vieja en dos mil once, está llegando la noche y he de ayudar con las cosas de la cena, dejaremos descansar las letras deseando a todos, a mí y a vosotros, que el Año Nuevo sea feliz todo él entero. Aupa todos en el dos mil doce.

Todo entero es más que infinito. Todo entero es todo, a infinito siempre le falta algo aunque sea poco, aunque sea algo enano le falta algo desconocido. Infinito siempre será un trozo, una parte del todo. Más allá de todo no hay ni un poco.

Es todo un poco loco, algo loco. O infinito. Yo soy, solo. Presente de indicativo. Ya sé algo. ¿Todo átomos? Y dentro del átomo la nada y el todo.

En muchos lugares de África, y de América, y de Asia, y de Oceanía, y de España, y de Europa, España está en la gran Europa, sin ser realmente consciente en mis neuronas hay gente con hambre. Hay gente que se muere de hambre. Es la pequeña conquista de mi generación perdida. Es muy importante saber que los muertos no volverán otra vez para reprocharme su hambre. Resultaría insoportable que cada día un niño me despertase diciéndome con cariño que no me preocupase, que murió sin sentirlo aunque muriera de hambre.

Viene y vuelve a venir, parece una canción de niños este sentir entre mis sienes tu cariño. Yo también te quiero con toda la fuerza entera de mi cerebro mas tú quieres la fuerza del corazón y no te la niego, siendo lo mismo es pasión que la cultura certifica preferida en letras escritas con tinta, aunque si deseas franqueza más me fío de lo que siente mi cabeza y dejo para el motor de mis venas la potencia gallarda que inunde mis sesos de sangre encarnada para poder sentirte en toda tu grandeza. Amada.

Con la yema de un dedo te acaricio, infinito. Con la palma de la mano un saludo, absoluto. Con el contorno de los brazos un abrazo, ilimitado. Con dos labios pegados en un beso, te quiero.