Lo ya escrito

Lo que escribí en otros sitios.

Cancillería, leía esta palabra y entendía una que es más española que la ensalada, caciquería.

Como de andar por casa.

Pues no te engañes y no dejes que te embarre las sienes de lodo que no existe en el idioma ese feo vocablo, caciquería.

Como si fuera mentira.

¡Pues habrá que inventarlo! Diría que en el grupo del barro en cuanto a significado. Sinónimos: barro, lodo, caciquería.

Como simios y monos.

Pues sí, también nosotros. Visa Oro.

A veces saludo repetido y otras veces me olvido, no lo cuentes desatino que son desmemorias en mis neuronas, no funcionan como tú quieres ni como desea quien ha escrito lo que lees. Si me perdonas aciertas, si no lo haces, posiblemente no yerras. Te prefiero indulgente, mas también te quiero si el juicio es severo.

Si Dios mirara me diría pecaste pero no me dice nada, creo que decidió abandonarme sin decirme qué pasa cuando las monedas valen más que la vida; cuando compramos arte mientras los niños y las niñas se mueren de hambre; cuando la ventana diseñada en forma de cruz se gasta, atravesada por un rayo de luz, el dinero de las almas a las que solo les queda el ataúd, secada la sangre para dejar gastada el hambre.

La niña murió transparente y no estaba Dios presente. O yo ¡Qué miedo! No lo vi. Mis ojos, ciegos, la sintieron morir sin revelarse ante mí. Maldecid. Maldecid vosotros, yo no lo vi, porque no se revela Dios ante mí. Los niños se mueren. No me escudaré en ti, también soy culpable de tanta muerte.

Encubrir

A veces callas las falacias que los demás hablan, tu verdad callada se hace mentira y así me engañas, la verdad en ti ya es extraña.

Hoy ya no confían, hoy ya no te miran cuando buscan respuestas, has perdido la palabra. Lo callado, embuste de ti adueñado.

Recuerda, fue silencio ensangrentado, callaste y al encubrir mentiste, al mentir heriste, fuiste con tu verdad triste.

Entre dos líneas azules un poquito de espacio en mi cuaderno anciano, un renglón milimetrado. El color el de las nubes que sin llover agua dibujan el cielo de luces en espumas blancas, algodones que flotan, es el color de la hoja para escribir letras mil a una amiga del alma, renglón de las palabras entre dos líneas de añil.

El bolígrafo de tinta azul es hoy puntero intermitente que espera con glamur la letra que ahora viene, sin haber empezado la a de amiga ha de ser la primera de la página en blanco. ¿Por qué? Porque sí, tu amistad es milagro que de ti merecí y solo tú sabes por qué. Se ha de repetir el prodigio de ser en ti igual que antes era así la herramienta de escribir mientras la bombilla daba luz, el bolígrafo de tinta azul.

El diseño de una estrella escriben dos neuronas en un sitio de mi cabeza que en ti piensa letras que deseo escribirte a solas. También eres hermosa cuando te leo estela de cometa. Siempre eres bella, al decir que sí, cuando ves algo en mí, mientras la próxima letra espera.

Solo soy mensajero del seso, él es el que te piensa en cada momento para que yo te sienta con el corazón loco. Te pienso, lo cuento, en palabras lo coloco, un orgasmo de placer mientras te veo otra vez al mirar con los dos ojos al infinito de aquí cerca. La verdad está en un cerebro que te canta versos.

Amistad

Cócteles de nombre ruso, fuego, en la guerra callejera no temblaba el pulso, carreras delante de las balas, de goma, reales, costillas rotas, sangre, porras que rompen, pedradas, en el medio de la calle se queman dos contenedores, rotos y atravesados, antifaces, caucho incendiado, binomios de policías a montones, todos en fila, conduce el motorista, sentado a su espalda el que apunta las balas al pueblo revolucionado, al pobre, tanquetas que disparan agua y más balas, policías nacionales de droga emborrachados, también guardias civiles por la calle. Gritos al cielo, el cóctel por los aires. Autobuses llenos de temerosas autoridades con tricornios en el cerebro, con porras entre las piernas a pares.

Todo revuelto lo aquí escrito y lo que entonces se hizo. Fueron guerras, mucha sangre, todo fuego. El poder contra el pueblo. Atrocidades. Personas luchando libertades. Fue hace años y yo era casi nadie.

Algo ha cambiado. La parte que piensa, la vanguardia que siempre va delante. El pueblo y su conciencia.

Las manos alzadas de palmas blancas, gente sentada, no se grita, se habla, la palabra, la protesta no callada ya imposible silenciarla, respetuosa, gente honrada y generosa, la paz por delante, y la verdad, gente responsable, manifestantes. En paz. Esto es real. En el otro lado los herederos del Caudillo, la vergüenza del pueblo, subversivas tácticas de fascistas sabuesos estudiadas en viejas lápidas, engañando, con sus infiltrados, con sus mentiras, socialistas, políticos incultos, populares, el analfabeto de turno, jugando a batallitas. Borregos pagados del dinero. No saben lo que fue la guerra estos mierda.

Hoy no hay nada revuelto, todo está muy claro, la paz a un lado, buscando, al otro los herederos de Franco, guerreando. Es así de fácil, nunca nada fue gratis.

Madrid, Barcelona, Valencia, poco a poco España entera.

Manifestantes y mangantes

Si eres segundo, enhorabuena, si es en un campeonato honesto. Si el torneo no es de tu gusto es preferible que seas tercero, o cuarto, o quinto, o último, o ni siquiera llegar a la meta. Quizás no sales si lo piensas. En eso soy vago y no compito, a mí no me merece la pena, yo vivo, eso sí que me llena. Competir lo dejo para las fieras. Pero sí participo si es compartir lo que se lleva.

¡Qué hizo Dios sino ciencia! Creada de la nada. Como dibujar palabras en una hoja blanca para que otra gente las lea. Quizá nos liamos la existencia sin pensar en la hermosura perfecta de crear infinitas galaxias para que llegue yo y las viva. Como si mis palabras a ti te dieran la vida. No dejan de tener gracia las cosas de mi ignorancia mas incluso para Dios hubo de ser hermoso crear el cosmos para nosotros.

Un saludo es un trocito de amor si lo sientes cerca del corazón. Así lo siento yo. Saludar sin esa emoción es como resbalar, un pequeño desasosiego de no saber hacia dónde va lo que deletreo. Saludar si no siento para mí no es hablar, es decir letras por no callar.

La pausa al final de un verso es como el suspiro que flota entre la nada y la coma, solo una gota de silencio.

Ni se nota el aliento en el ahora.