Ciudad hermosa,
en tus venas de ruido y de calma camina amiga el alma,
ciudad hermosa
sin necesidad de flores en los frontones de las fachadas,
ciudad hermosa
sin tus fuentes que tienen iluminadas las gotas de agua,
ciudad hermosa
cuando el cielo ya palidece en color de tu brea asfaltada.
Ciudad hermosa,
no necesitas tú demasiada filigrana.
Ciudad hermosa,
emociones de la mañana a la noche.
Ciudad hermosa,
al lado de casa el salón de mi vecino.
Ciudad hermosa,
ahí que late el corazón de un amigo.
Ciudad hermosa,
esos balcones laten llenos de flores.
Ciudad hermosa,
ahí, un poco más allá de la ventana.
Ciudad hermosa,
tú para ser necesitas tan poca cosa
como algo, que sintiendo, recuerde desde mi memoria.
Ciudad hermosa,
no dependes de colores ni de modas,
te basta el latir de un corazón brioso, el de una persona.
Niño que naces,
sol amanecido
libre de males,
lleno de cariño.
Hambre.
¿Acaso diste permiso
a esa madre que pare
para traerte a este nido
de víboras sin sangre?
Niño que naces
de vientre parido,
el vientre de tu madre,
serás guerrero y asesino,
padecerás de la usura su arte
siempre sicario de un billete que mande.
Sol ya amanecido
habrás de labrarte
desde que del suelo levantes
tu horizonte, niño.
Con sudor, lágrimas y sangre
martillearás tu destino.
Niño que naces,
sales a este mundo podrido
en el que se compra el arte,
más caro vendido
el que no vale.
Niño.
Niño,
quizá vienes con tu sonrisa salvaje
a decirnos,
a enseñarnos a tus padres
esos otros muchos caminos
para todos más elegantes
que este que nosotros hemos elegido,
el de comprarte.
¡Música!
Sueños
que viajan por las curvas del cerebro,
sin materia,
sin asiento,
siento
las células de los oídos en verbena lúdica
o durante la mañana pausada
acariciadas por el viento,
siempre
intérprete del pentagrama
el aire que mece
en sus moléculas la paz del alma.
Escribo,
suena,
en el cielo vivo
aquí en la tierra.
¡Música!
El sistema.
Dos monedas
son justificación perfecta.
La bondad
en el sistema no se plantea,
la maldad
en el sistema no es el problema.
El sistema.
Virtuales monedas,
el dinero ya se crea
todos los días
y a medida.
El sistema.
Aún siendo buena la gente,
él solo se pervierte
y favorece al que lo aproveche,
no al más necesitado
ni al que le tiende una mano.
Producir para el beneficio solo
hace más pobres a todos
basando la productividad
en restar la de los demás.
Cuando se sume en lugar de restar
crecerá el beneficio de todo el mundo
y no solo el paraíso de unos.
La miras desde lejos
y te deleitas en sus líneas
que descienden y se elevan
con cierto desconcierto,
casi siempre paralelas
dibujadas en el aire.
Se lee en todas las ciudades
cuando te acercas
o al alejarte.
La línea del cielo,
lees desde lejos
filigranas en el aire.
Poder.
Poder el que tiene una niña en África
que antes del amanecer
del suelo se levanta
y se lanza descalza,
caminando
por tierras salvajes
de fieras y fango
hasta regresar cansa,
agotada,
vuelve después de la ida
vacía de carne;
acarrea el agua
para beber otra jornada
con la fuerza de su sangre.
Poder de salvar de la muerte a su familia.
Una niña
con el poder de la vida.
En mi casa
manda el presidente
mas este
y sus juegos malabares
no salvan nada,
miente por todas partes
ya sin ilusionarme.
Hacer nada hace.
No quiero equivocarte,
aún tiene poder de muerte
decidiendo las guerras de siempre.
El tiempo,
que siga sucediendo
sin interrumpir las torpezas
ni los aciertos,
sin borrar memorias,
que no es la papelera
el mejor escondite de la historia.
Que las células no se arrepientan
de todo lo aprendido,
que el cariño que te tenga no sea
causa del abismo
que lleva lo que sabes al olvido.
Naranjas,
tan galanas
que sois color,
anaranjadas,
mar de azahar
vuestra casa en flor,
azucaradas
en aromática agua,
sabor de vida,
mi preferida.
La fruta más amada.
Unas naranjitas en casa
que cuida mamá en la terraza.