Estrecho
Eran dos y cortas las zonas de versos.
Escrito para llenar un lugar mío, estrecho, vertical, cortito y bello, ya está.
Lo que escribí en otros sitios.
Eran dos y cortas las zonas de versos.
Escrito para llenar un lugar mío, estrecho, vertical, cortito y bello, ya está.
Esperando al autocar llueve en una noche teñida por las nubes, gris, la iluminan las ciudadanas luces al chocar los fotones amarillos que ascienden,
sentado, que ya llegó y ya subí, descanso, antes del viajero dormir disfruto del nebuloso espectáculo nocturno.
El sueño obliga a detenerme en el escribir los versos. Los ojos se cierran, me detengo en mí.
Lo disfruto porque lo miro un reflejo en amarillo.
Vivimos en un país europeo de políticos subdesarrollados lleno y de carroñeros de dinero rodeados. No sé si nos lo hemos buscado, pero hemos de empezar a cambiarlo para dejar de ser pazguatos y poder decir “yo pienso”.
Volverá a parir lo que se rompió, el sol se escondió y también volvió a salir. ... Volverá a parir lo que se rompió, También volvió a salir el sol.
Se lo robaron lo que debían unos cuantos bancos a los españoles y los dejaron un poco más pobres.
Se pasea la marea baja,
se pasea en la playa vacía de agua
cantábrica,
golpea con fuerza alta la marea,
golpea en la playa batida el agua
atlántica,
no ataca la naturaleza,
es naturaleza que vive.
Algunos hombres desviven por perseguirte conociendo que dañan mientras muchos se fijan con ansia en la nada. Sé tantos hombres que sonríen que parece mentira que la pobreza sea tanta.
Son cosas diferentes las que ocurren, naturaliza y física desencadenada, hombre y podredumbre. Es que pensaba en la mar con la mirada y en la herrumbre.
Gotas por millones, sin poder fotografiarlas todas, una ola que rompe y otra. Me llevé algunas ya rotas, tiraba de ellas la luna, tensa liana gravitatoria labrando en la selva oscura.
No es fuerza, es naturaleza.
Sopló. Un símbolo matemático es idioma muy conocido o no, trazos con esmero dibujados o, en el sentido más estricto, garabatos. Que no dance ya el horror en el cerebro de un ser cuadrado, miro y con cuidado veo que no pasa nada, lengua escondida y contorsionada en su nido.
Entre los labios sonó el viento y no era ruido ni matemático aliento sino música hecha de palabras.
Un silbido.
Y sin creerlo se encontraron en el infierno derretidos, iluminados escaparon corriendo, que ya eran amigos, enemigos del fuego endiablado.
Enseguida aprendieron en una eternidad huyendo de abismo en abismo.
Una baldosa rectangular casi infinitamente repetida en vetas similares, como los genes formados por pares en el genoma molecular, nunca es igual aunque sea siempre parecida a la muestra que dijeron original.
Tampoco es idéntico el político al normal popular aunque los genes sean iguales, se impregnó quizás en algún lugar de alguna otra marranidaz. Ser primo y similar no iguala al votante con sinvergüenzas y mangantes.
Una mujer embarazada es sangre que se regala sin pedir nada, una vida entera regalada a la esperanza en un vientre en el que palpita la magia.
Volvemos a empezar cristal como río que nace, manantial de palabras fáciles al final, después de leerlas, pero el escribirlas diminuto gozar, placer hasta el terminar. Se trata de vivirlas, ahora tú, mientras tus ojos las escanean.
Aquí aún disfrutaba como al principio o más que aún no terminé, mira y lee.
Una línea discontinua camina en el centro de la autopista, la continua dibuja el arcén desde la luna del autobús, aunque suelo escribir desde el tren.
Al fondo el verde monte al imprimirse en los parasoles salpica los ojos de honores.
No creas que creo yo la poesía que la poesía la lees tú, yo solo coloco palabras en líneas para que intentes mirar en ellas una rosa azul. ¿Era roja? ¡Ves! Quien lee eres tú, tú sola.
La realidad o lo que la luz no dice al mirar.
En el desierto sin agua olas de arena blanca.
¿Blanca?
El agua evaporada en el cielo, la arena nunca mirada en el desierto infinito, aún sin agua, solo es el sueño en la película de un niño con los ojos de un águila cuyo mundo es el universo.
Soñar en la libertad de volar en la infinitud del mar en el espacio que se ha de pensar entre las conexiones de un cerebro pequeño.
O un niño oliendo pasar un río y verlo lleno de vacío.
Cúmulos de galaxias, galaxias enteras, estrellas y planetas, satélites en órbitas planetarias, asteroides planetarios y estelares, polvo de estrellas, así debe de ser el universo pero no lo sabemos ya que se desconoce el noventa y cuatro por ciento.
Más o menos. Gotas de conocimiento.
Lugares en el espacio. ¿Y los átomos? Tampoco son lo más pequeño.