Lo ya escrito

Lo que escribí en otros sitios.

Una amiga de Chile de Una amiga de Chile centra a Chile en el mundo.

Fue durante un desayuno.

Una amiga de Chile


Hermoso número el siete que no rima con Chile aunque lo intente.

Farola en Donostia


Manzanas verdes o amarillas o rojas,

son bolas transparentes que en la noche brillan en Donostia.

La manzana verde la comía mientras la imagen asoma.

Moura


Era cueva en el agua encerrada, escondida cueva detrás de la boca destapada,

todo boca todo cueva, en verano toca que vuelva y te vea.

Moto cantábrica


Después de beber con las ballenas, en el precipicio de la fregadera, aparcada, la coloqué de muestra para guardarla fotografiada en una noche de estrellas dibujadas en un cielo azulejado.

Era verde y verde dejé su color pintado, verde mar del mar cantábrico.

Es pozo ciego y viejo con cariño


Es el pozo ciego con el que escribo, con el que pienso en los tiempos vivos, que no muertos, en el hospital donostiarra vividos.

Es viejo, es pozo viejo ya otras veces escrito, es recuerdo que recuerdo hermoso y florido siempre en cada tiempo. Paseos sin olvido.

Asiento del cielo es pozo eterno que cada tiempo repito.

Nos casamos


Entre la ramas las hojas caen desprendidas de los árboles.

Xares. En su libertad me dejaron que los cazase, en compartida imagen me miraron de verdad.

Había más y nos casamos, las hojas nos firmaron.

Al tomar un café me acordé de las capuchas, venía una y otra fue. Fui, más bien.

La sonrisa nocturna que ya no estaba oculta leyó. Me habló y sonrió.

Y yo escribí, y repetí, y hoy también y, otra vez.

Y es después del mar que nació, y volvió, y volverá.

Y después del mar tierra y cordillera y después, en el sur, también mar.

O no, que todo no se conoció, incógnitas casi desconocidas todas

pues el universo es más allá, es un océano en el que las estrellas siempre me brillarán.

Incógnitas


Atrapé una incógnita en la calle, en el parque, en la acera al lado de la piscina descubierta, en el nocturno aparcamiento mientras ladraba al viento y al incógnito que escribe una blanca tilde en danzante algarabía.

Palabras escritas camino de casa, sin prisa, sin ninguna prisa disfrutando al escribir como siempre o más. Gozar en dulce existir, enanos ladridos golosos al recordar.

Saludándonos sin despeinarnos hablamos alegrando mi noche esa sonrisa en conversación,

fugaz.

Pasó. Sentado en La General un coche me despierta del pretil en nocturno circular. ¡Cómo se va! Es el tiempo que resbala en mí en este escribir del vivir.

Nos fuimos cubierta la cabeza, la suya disfrazada de Pamela, yo con la mía chilena y contenta. Ya me voy, penúltima mirada a las ventanas altas y para casa.

Cerca estoy. La noche hoy es todo luna, blanca.

Son tantas y tan hermosas las palabras y las mariposas...

Lo escribí un día, el día está tan escondido en el tiempo que no lo recuerdo, no sé donde lo escribía pero mira, hoy lo repito que viene Pam a leer en mi sitio y hablando de belleza pues...

Pues a la belleza le dedico estás letras, a Pamela. Hola, bienvenida a mis renglones a leer.

¡Mujer hermosa! Sobre todo la manera de ser en el intransitado tiempo de un café.

Pamela


Hola, escrito con cariño que así es cómo funciona.

Diminuta la luna gigante es el guisante. Comparaciones mirando la noche desde un bosque.

¡Mi ilusión es tan grande!

Veo la luna y su redondez curva mirándola como el guisante de grande, basta un trocito de guisante para alunizar en verde luna. Alucino, pienso, existo en pequeño y redondito.

Verde luna


Curvo negro horizonte, aparentes son la luna grande como el sol, viajan día y noche si son y si no son.

Tu abrazo


Un abrazo fuerte y largo, un abrazo regalado en el tiempo amado sin descanso.

Tu abrazo en una noche amada con el sol encendido, todas las palabras y tú, cariño.


Tu abrazo