Decires

En épocas digitales, donde las (des)inteligencias artificiales son tan solo artificios.

✒️ Bajo tierra

El asbesto corre sobre los rieles que viajan sumergidos bajo el asfalto. Los cuerpos obreros respiran. Puede ser en Boedo, o en Constitución, tal vez en Retiro, seguro en Chacarita como jugarreta textual. Riesgo de exposición máximo. Se inhala, penetra en los pulmones, la pleura se engrosa, disnea, tos seca, el cáncer avanza. Los concesionarios, por si acaso, miran hacia otro lado. Buenos Aires se parece a Madrid, y no es sólo por la avenida de Mayo.

NdeA: En Buenos Aires, pleno año 2024, tenemos una serie de estaciones y coches del subterráneo porteño que contienen asbesto, producto éste cancerígeno que ha sido dejado de usar en casi todo el mundo. Los vagones contaminados fueron comprados al metro de Madrid, que los descartó. Las estaciones mencionadas son algunas de las más contaminadas. Chacarita es también el lugar en que se ubica el cementerio más importante de la ciudad. Las autoridades, tanto municipales, como del concesionario, miran para otro lado.

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


✒️ Hoja en blanco

Esa cálida noche de mediados de noviembre tuvo algo particular. Algo que si bien no me era ajeno, durante horas me hizo sentir ansioso, expectante, irresuelto. Ese algo era el papel en blanco. Lugar en el que he habitado más veces de lo que hubiera deseado. Sitio plagado de voces que me dicen, a veces susurrando, otras implorando y las más gritando: “vamos… despertate que no tengo toda una vida”. El papel como un lienzo virgen que espera la visita del artista, y que cuando lo debe recibir, se niega, también en voz alta. Probé varias opciones. La primera fue cambiar el color del papel, pensé que si en vez de ser blanco fuese de otro tono la cosa cambiaría, elegí uno amarillo. Lo mismo, nada. La siguiente opción fue intentar con un papel usado, busqué en los cajones, la cuenta del teléfono me pareció una buena opción, después de todo ese papel ya contaba con antecedentes. Nada. Pasaron por mi escritorio hojas de cartulina, rollos de papel de cocina, tela esmeril, cartones, hasta un pedazo de madera que había formado parte de una cajón. Nada. Intenté sobre la pared. Siguió siendo blanca. Me senté frente a la computadora, abrí un archivo nuevo, ni siquiera pude pasar del título. Decidí hacer unos mates. Después de todo, esto ya me había pasado. Quise llenar la pava con agua, no pude, de la canilla salió una gota solamente. Intenté prender el fuego de la hornalla, pero no encontré los fósforos. Busqué en los cajones. Nada, sólo algunas cucharas, dos cuchillos, tres tenedores y una caja de escarbadientes. Volví a mi escritorio, al intento del fluir de la tinta sobre el papel. Pasaron ya tres horas, desde las nueve hasta las doce. Ciento ochenta minutos de buscar el trazo, el primer trazo que corte el vacío. Preferí mirar por la ventana. Afuera la noche en casi silencio, solo algún que otro colectivo que no frena en el semáforo intermitente en amarillo. En la esquina dos jóvenes esperan vaya uno a saber qué. Sobre el vidrio del ventanal una mosca, del lado de afuera, buscando, pidiendo permiso para entrar a compartir este vacío. Mejor no, que siga su camino, no quiero animales en la casa. Necesito ideas, ese otro tipo de bestias que acompañan, que construyen, que destruyen. También quiero un mate. Vuelvo a la cocina con el papel en mi mano. En la heladera hay media botella de agua, el calefón tiene su llama azul, la hoja sigue en blanco. La enrollo, la acerco a la llama, se enciende, comienza a crepitar, la acerco a la hornalla, giro la perilla y la magia está hecha. Si mi vida fuera tan sencilla, si tan solo pudiera con una hoja de papel encontrar eso que busco; sí, claro, si así fuera dejaría de tomar mate.

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


✒️ Y, ¿cómo será morir?

Ese instante en que nos enfrentamos a la muerte, la miramos a la cara y le decimos: -¡Hoy no! Rajá para la puerta de al lado, que tengo cosas que hacer.

Esto, más o menos es lo que nos dice James Joyce, en su Ulises (en las palabras rioplatenses de su traductor Marcelo Zabaloy).

Resulta que esas palabras me llevaron a pensar sobre las muertes, la definitiva y las otras, esas muertes pequeñas, cotidianas. Esos instantes en que, poco a poco, perdemos algo de nuestro ser o, si se quiere ver de otro modo, quizás desde la vereda opuesta, sean situaciones en las que ganamos algo en nuestras vivencias, en la experiencia del transcurrir y atravesar esta realidad, la nuestra, la única que realmente es verdadera. Y me refiero a esa realidad única y propia, interior, porque considero que las otras también llamadas realidades, esas que llegan impuestas desde el entorno, no son realidades reales, sino extractos de vivencias creadas para el provecho de quienes se suelen aprovechar de las no vivencias de quienes dejan que les reemplacen la propia realidad por fantasías sistémicas.

Pequeñas muertes. Amigos que se alejan, humanidades con quienes perdemos el contacto; libertades que se quitan. Situaciones en las que nos exponemos y salimos lastimados, vacíos propios de la vida en sociedad; y hasta el amor con su petit mort que tanto nos fortalece en su explosión vital. Y luego, la definitiva. Esa de la que deseamos escapar, evitar, esquivar, eludir… pero que, puntualmente llega a su cita.

Te invito a un brevísimo viaje al mundo griego antiguo, para conocer lo que ellos pensaban del mundo de los muertos.
Supongamos que tenemos una máquina del tiempo y que podemos retroceder unos 2500 años, allá vamos…

Llegamos a Atenas, allí están sus habitantes reunidos en las polis. Para las personas que estamos viendo, el guardián del inframundo, el señor del reino bajo tierra, el rey de los muertos es Hades. Hades es una de las divinidades más poderosas de todo el panteón clásico, él cederá el poder solo ante su hermano Zeus. Debido a su papel de señor de los muertos, Hades rara vez abandona el inframundo para visitar la tierra, por lo que en escasas ocasiones se mezcla en los asuntos de los mortales. Podemos mencionar, como ejemplo de ésto, a Odiseo, a Orfeo o Eneas, héroes que tomaron la decisión de descender al reino de los muertos en sus viajes, y que son quienes involucran a Hades en las grandes sagas épicas de la literatura helénica.

Cuenta la mitología que Hades es hijo de Cronos y Rea. Cronos, temeroso de correr la suerte que él mismo había dispensado a su propio progenitor (recordemos que Cronos, hijo de Gea -la tierra- y Urano -el cielo- derrocó a su padre y gobernó durante la edad dorada), tomó la decisión de ir devorando a todos sus hijos a medida que éstos iban naciendo, de modo que ninguno de ellos pudiera desafiarle y arrebatarle el poder una vez llegado a la edad adulta. De esa manera el pequeño Hades fue engullido por su poderoso padre. Sin embargo, Zeus, otro de los hijos de Cronos y Rea, consiguió sobrevivir gracias a un engaño de su madre y al llegar a la edad adulta, desafió y derrotó a su padre, liberando a todos sus hermanos de las entrañas de éste. De este modo, Hades quedó libre y se unió a su hermano Zeus en su lucha contra los titanes para hacerse con el control del mundo, en la guerra conocida como la Titanomaquia. El dios Hades poseía un casco de invisibilidad que era un arma única, que le había forjado los cíclopes en las fraguas de las entrañas de la tierra. Oculto gracias a los poderes de este artefacto, logró infligir grandes daños a sus enemigos. Tras la victoria, Zeus decidió repartir el universo con dos de sus hermanos, eligió para sí mismo los cielos, mientras reservaba el gobierno de las aguas y los océanos a Poseidón.

A Hades le correspondió el mando sobre el mundo subterráneo, lugar al que se dirigían las almas de los mortales tras su muerte. De este modo, el dios Hades se convirtió en el señor del inframundo. Por otra parte, el término hades en la teología cristina, y en el Nuevo Testamento, es paralelo al hebreo sheol, que significa “tumba” o “pozo de suciedad” y alude a la morada de los muertos. El concepto cristiano de infierno se parece más al Tártaro griego, que es una parte profunda y sombría del Hades usada como mazmorra de tormento y sufrimiento. Para los griegos, los fallecidos entraban al inframundo cruzando el río Aqueronte, trasladados por Caronte, quien cobraba por el pasaje un óbolo, una pequeña moneda que ponían en la boca del difunto sus piadosos familiares. El otro lado del río era guardado por Cerbero, el perro de tres cabezas derrotado y domesticado para sí mismo por Heracles (o Hércules para los romanos). Más allá de Cerbero, las sombras de los difuntos entraban en la tierra de los muertos para ser juzgadas. Los pobres y aquellos que no tenían ni amigos ni familia se reunían durante cien años en la orilla cercana. Ya desde Grecia, los pobres sufren mirando lo que no pueden pagar, en este caso el ingreso a Hades. Esto es lo que creían los griegos y que tanto nos sigue maravillando e inspirando para escribir historias, hacer teatro y cine. Como me ha comentado una amiga actriz: “Ya está todo escrito, sólo nos queda copiar y recrear”. En eso estamos.

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


✒️

La coherencia del incoherente

El mataburros oficial, en su segunda acepción, nos dice que coherencia significa actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan. También señala que su antónimo es, como todos sabemos, incoherencia.

Durante los últimos meses -estamos en marzo de 2024, en Argentina- he pensado bastante en estas dos palabras opuestas. Luego de rumiarlo lo suficiente (¿acaso es posible ponerle un punto final a esos pensamientos recurrentes?), concluyo en un interrogante que vuelve a activar algunos procesos de sinapsis en mi maltratado bocho: ¿Existe coherencia en los dichos y acciones de un incoherente?

Quizás con un ejemplo pueda resumir en algo esto que deseo expresar: Una persona X llega a un puesto de poder en base a promesas delirantes e incoherentes con respecto al sentido común. Obtiene ese cargo gracias al apoyo de una limitada mayoría que, según lo que se puede apreciar, se han dejado convencer (quizás descreídos de las ofertas de otros postores al ¿trabajo?) de que la única forma de mejorar es empeorando. El individuo obtiene el puesto mediante nuevas incoherencias ya que convoca a otros candidatos al ¿trabajo?, a quienes días antes defenestraba. Esas ¿personas? no se preocupan por ello ya que su ambición desmedida puede más que cualquier tipo de ética. Desde el día uno de su (indi)gestión se dedica a lanzar una incoherencia tras otra (recordemos que eso es lo único que sabe hacer). Se dice, se desdice, amenaza, agrede, censura y todo en nombre de la libertad (nueva incoherencia).

Es en este punto de mi planteo que nace la pregunta que inició este escrito: ¿Existe coherencia en los dichos y acciones de un incoherente? A mi modo de ver, la coherencia de este incoherente es total, ya que propone constantemente incoherencias que, en el fondo de su ser, conforman su espíritu y, por lo tanto su coherencia.

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


💾

Una historia de cuando no existía Markdown

Markdown es un lenguaje de marcado ligero, creado por John Gruber y Aaron Swartz, que trata de conseguir la máxima legibilidad y facilidad de publicación tanto en su forma de entrada como de salida, inspirándose en muchas convenciones existentes para marcar mensajes de correo electrónico usando texto plano. Así comienza la entrada correspondiente a markdown en Wikipedia.

Por mi parte, lo he descubierto no hace mucho y me parece un bella solución para la escritura y formateo sencillo de textos. Hace muuuchos años (allá por los 80s del siglo pasado) hacíamos algo parecido para el tipeo de libros que luego formateábamos en las primeras versiones de AldousPageMaker, en unas Macs de 1 mega de ram y doble disquetera (no teníamos discos rígidos). La cosa era que, al ser los programas copias y al no contar con diccionarios de corte silábico en castizo, utilizábamos una mini aplicación llamada Macsílabas. Esta solución se utilizaba mediante las acciones de copiar y pegar: Seleccionábamos en el archivo de Word una cantidad de texto (creo que el límite rondaba los 10.000 caracteres, pero no lo puedo asegurar), la copiábamos y la pegábamos en Macsílabas. Éste insertaba guiones invisibles entre las sílabas (de esos que sólo aparecen cuando se llega al final de una línea de texto). Esta acción destruía todo lo que se hubiese agregado como formato durante el tipeo (itálicas, negritas, versalitas, etc) ya que trabajaba con texto plano. El paso siguiente era realizar el camino inverso (copiar en Macsílabas y pegar en Word). Ahora bien, una vez que importábamos el texto en el programa de edición, teníamos que recorrer todo el texto y agregar lo que hiciese falta en cuanto a formato. ¡Era un embole! Uno de nuestros compañeros (matemático de alma) resolvió el problema utilizando un paso intermedio, luego de que el texto estuviese silabeado, lo hizo con una rutina en Nisus, que era, si mal no recuerdo un programa para manejar bases de datos. La cosa funcionaba del siguiente modo: durante el tipeo se agregaban caracteres especiales antes y después de las palabras que se debían formatear diferente al estilo normal. Recuerdo que usábamos @palabra@ y eso luego se convertía en itálica en Nisus.

Bueno, eso es algo que, bellamente, resuelve Markdown. ¡Haberlo tenido en aquellos tiempos!

Para este blog lo utilizo. Por ejemplo, para escribir una palabra en itálica utilizo un asterisco antes y después de ella y ¡voilá! Es más, esta entrada la estoy escribiendo en una aplicación de notas en mi celular.

Para que puedas ponerlo en práctica, te comparto una tabla con los comandos más utilizados en Markdown. Lo encontrás en el siguiente enlace (https://commonmark.org/help)

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


✒️

Burroughs. Apuntes sobre La tarea

William S. Burroughs (1914-1997) es una de la figuras centrales de la contracultura del siglo XX, su obra se caracteriza por la experimentación y la renovación de las formas narrativas. De él, Anthony Burgess comentó: Si hay un escritor capaz de reanimar una forma agotada y mostrar lo que todavía es posible hacer con una lengua que Joyce pareció exprimir hasta dejarla seca, ése es William Burroughs.

La tarea es un libro diferente. Está compuesto de una serie de entrevistas improvisadas que Daniel Odier le hiciera al autor y que incluye extractos de libros, artículos y textos breves del propio Burroughs, presentados como un film con fundidos y flashbacks que ilustran las respuestas. De su lectura (lápiz negro en mano) rescaté algunos párrafos que, vaya a saber uno por qué motivos, me han tocado alguna fibra interna. A continuación, te invito a recorrerlos teniendo presente que el texto fue concebido en el imperio del norte a fines de los 60s.

...las etiquetas no son las cosas que éstas sustituyen, y cuando se discute sobre etiquetas, cuando se habla de cosas como democracia, comunismo y fascismo, que no tienen referencias reales claramente delimitadas, no se está hablando de nada.

Habla de quienes detentan el poder, de la magnitud de su estupidez y mala fe. En ese contexto comenta: ...Uno se da la cabeza contra la pared incluso cuando sólo pretende señalar el problema, pero se podría hacer muchísimo por aliviar la situación actual, cosas completamente factibles a los niveles técnicos actuales. Y sólo consiste en derribar tres fórmulas básicas. Una es la fórmula de nación. Se dibuja una línea alrededor de un territorio y se dice esto es una nación. A continuación hay que implementar policía, control aduanero, ejército y finalmente conflictos con la gente del otro lado de la frontera. Ésta es una de las fórmulas, y cualquiera de sus variantes conduce a lo mismo. Las Naciones Unidas no van a ninguna parte. ¿Qué es lo que hacen? Crean más de esas sangrientas naciones día a día. Ésta es una de sus fórmulas. La siguiente fórmula es por supuesto la familia. Y las naciones no son más que una simple extensión de la familia, y (posiblemente éste sea tema para futuras técnicas) el conjunto de métodos actuales de nacimiento y procreación. Éstas son las fórmulas básicas que hay que derribar.

A la policía le interesa la criminalidad. Al Departamento de Narcóticos le interesa la adicción. A los políticos les interesa que existan las naciones. A los oficiales del ejército les interesa la guerra. Los intereses, sean privados, del capital u oficiales, eliminan cualquier descubrimiento, producto o forma de pensamiento que amenace su área de monopolio.

Más adelante opina sobre cómo se piensa en las sociedades actuales, y dice: ...La uniformidad intelectual se hace cada vez más necesaria a medida que los fracasos de la sociedad se hacen cada vez más evidentes. Se ha llegado a un punto en el que prácticamente es una ofensa criminal manifestar cualquier opinión sensata. Exprese usted una opinión moderada sobre las drogas y se lo acusará de fomentar el consumo, se lo denunciará como criminal. Sugiera que algo básico funciona mal en la sociedad y será usted un anarquista que ataca los mismísimos cimientos del orden civilizado.

Sobre el dinero, expresa: ...¿Y qué es lo que come la máquina monetaria para transformarlo en mierda? Se come la espontaneidad, la vida, la juventud, la belleza, y sobre todo se come la capacidad de crear. Come calidad y caga cantidad.

Para concluir esta entrada, algo de lo que nos comenta Burroughs sobre el sistema penal: ...El sistema penal es absurdo. Es una reliquia de la Edad Media. En primer lugar, la sociedad produce a los criminales con absoluta deliberación y a esos grandes campos de concentración, en los que arrojan a los llamados criminales. Muchos de ellos son psicópatas, es decir refractarios al control. En cuanto se convierten en criminales ya no generan más problemas. Entran en el juego de policías y ladrones y pasan toda su vida en un campo de concentración. Pero ahora han comenzado a agrandar los campos de concentración, extendiéndolos más y más al dictar más leyes que convierten a mayor cantidad de gente en delincuentes. Si se exigiera el cumplimiento de todas la leyes, prácticamente nadie escaparía al campo de concentración, y los que quedaran afuera serían necesarios como guardianes. Han llegado a un punto muerto: o admiten que todo es una farsa y que las leyes no pueden cumplirse, o bien las cambian, u obligan a que se cumplan. Y cualquiera de estas tres soluciones les da miedo. No pueden admitir que se trata de una farsa, no quieren hacer cambios fundamentales y, por supuesto, obligar al cumplimiento de dichas leyes sería la solución más peligrosa. Habría que encarcelar a treinta o cuarenta millones de norteamericanos; y ¿cuántos millones se necesitarían para detener, custodiar y juzgar a tantos delincuentes? Nos encontraríamos con el país entero convertido en una inmensa cápsula cerrada alrededor de un núcleo sombrío de delincuentes. ¿Cómo se lleva adelante la defensa nacional si se encarcela a todos los jóvenes? En caso de agresión, ¿dónde estarían los soldados?… El mundo occidental en su conjunto se hunde en la absoluta estupidez, intentando hacer que funcione lo que no puede funcionar.

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


✒️

Sesos dorados al aceite de oliva

Cuento joyceano. Si leíste Ulises, y conocés alguito de Bioy y Georgie, más mejor.

El hombre, o mejor dicho, los restos de quien fuera padre de Faustine y Morel, brotaron entre los mármoles y las tinieblas. Con pasos arrastrados, vagó buscando el refugio de su amado amigo. Luego de recorrer caminos, entre lápidas y mausoleos, y ante la desolación que le produjo la ausencia de su compañero en la creación de un modelo para la muerte, decidió sentarse frente a un pórtico broncíneo donde habita esa mujer.

Desolado, hurgó en su frágil memoria, devastada por el paso del tiempo. A medida que se esforzaba por recordar, comenzó a vislumbrar una puerta de hierro, con rejas y amplios vidrios. Una voz le susurró a lo que fuera su oido: “Anchorena, Anchorena, búsquela, es allí”. Se dió vuelta, deseando reconocer a quien le hablaba. El paisaje circundante, de noche cerrada y frío, no incluía seres que pudieran expresar palabra alguna. “¿Quién?”, susurró, expectante. Silencio. Silencio seguido de otra voz, diferente a la primera: “1600, es allí”. Dudó. Volvió a recorrer con sus cuencas vacías en derredor. Nadie, sólo unas ratas devorando un trozo de algo parecido a la carne. A unos doscientos metros se llegaba a vislumbrar la entrada de la ciudad donde habitan quienes tuvieron la riqueza necesaria para comprar una parcela y edificar su morada eterna. Hacia allí dirigió sus restos.

Al cruzar el pórtico principal, la luz de la ciudad lo deslumbró. Tardó en acostumbrarse. Giró a la derecha, como siempre en su vida. Junín, luego de unas cuadras de nuevo a la derecha, Juncal. Se sorprendió de la seguridad de sus pasos, sintió que sabía muy bien hacia donde se dirigía. Cuatro cuadras después había llegado. Recorrió la cuadra. Buscaba en sus recuerdos. El frente de la casa contaba con una puerta, grande, de dos hojas, con vidrios que permitían ver el hall de acceso. También recordaba una ventana con celosías metálicas. Caminó lentamente, observaba hacia ambas veredas. Por fin la reconoció. Es ésta. Descansó unos minutos. No estaba acostumbrado al movimiento, hacía más de veinte años que sus restos descansaban en su confortable morada de granito y mármol.

Esperó. Él sabía que su amigo ya no habitaba allí, había preferido que siete guerreros lo escoltaran hacia la inmortalidad, y que no temieran. Heroismo sin fin. Sin embargo sabía que debía esperar.

Ella, guardiana de la obra de su compañero de estudios, se despertó sobresaltada. “Tenés que ir”, susurró la voz, “el amigo te espera”. Sin entender qué sucedía se vistió apresurada. Quince minutos después estaba frente al visitante. La mujer, lejos de sorprenderse por el aspecto del viejo conocido, lo saludó como si se hubiesen visto ayer. “Pase, así charlamos mejor”.

Ella pudo ser Molly, sin embargo el maestro nunca se animó a ser como Stephen, tal vez le faltaran juventud y libertad. Los laberintos eran propios, opinaba que el irlandés se había perdido en ellos y, junto a él, sus lectores.

“...entonces le pedí con los ojos que me pidiera otra vez y entonces me pidió si queria sí para decirle sí mi flor serrana y primero lo abracé sí y encima mío lo agaché para que sintiera mis pechos toda fragancia sí y su corazón como enloquecido y sí yo dije sí quiero Sí.”

Pero ella no fue Molly. En su interior el deseo le quemaba y eso, bien se sabe, es motivo suficiente.

El recién llegado se postró a sus pies. Ella encarnaba al amigo, al maestro, era fiel custodia de su saber, de su decir, de su ser. Y sin ningún rodeo, expuso lo que masticaba en sueños desde que el compañero la hubiese abandonado. “Vive en el sur, en esa fortaleza protectora azotada por el viento marino. Su cerebro. Allí está el elixir sagrado, el grial. Lo hizo una vez y repitió, burlándose de la memoria sagrada del maestro. ¡Que falta hacía! Insultarlo de esa forma”. Y hacia el sur partieron, ella vestía un elegante traje sastre color natural, él algunos harapos y sobre ellos un impermeable que fuera de su amigo.

Stephen ya era Leopold, los años, las páginas recorridas y los riñones de cordero habían curtido su piel y asentado su mente. Él presentía que que solo podía estar a salvo en la torre, los Gogarty del mundo no podrían con él ni lo obligarían a recuperar vocales abandonadas.

Los intrusos llegaron de noche. En las sombras urdieron el plan. Tenían algunas horas para hacerse con el seso jugoso del bahiense. Luego de dorarlo en aceite de oliva, se alimentarían con las cuatro vocales que colmaban la víscera. Sería la venganza perfecta, en nombre de quien no pudo y dijo que no quiso. Lo intentaron, pero la torre fue infranqueable. El rechoncho falso cura, quien también habitaba en las alturas, luego de rasurar su mentón y de bendecir tres veces con gravedad el lugar, conjuró dos cruces rápidas en el aire.

Fueron suficientes, a la falsa Molly y al eterno amigo del maestro los devoró una bocanada de fuego que provenía allende los mares. A once mil seiscientos kilómetros, el maestro descansó en paz.

...

Sesos dorados al aceite de oliva, es un pequeño homenaje a un traductor bahiense que no solo se ocupó de que el Ulises de James Joyce suene en español rioplatense sino que, como esto de traducir parece ser algo facilongo, lo volvió a poner en palabras castizas (digo, al mismo Ulises, pero ahora titulado Odiseo), sin ninguna letra “a”. Una traducción lipogramática que le dicen. Este relato nació el día que escuché por ahí que al troesma Jorge Luis le hubiera gustado traducir el bodoque irlandés pero, parecería ser que se le adelantó un tal José Salas Subirat, allá por la década del 40, acá en la Reina del Plata.

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace


👇🏼

Hola,

aquí comienza una historia, bastante personal, que transcurrirá a partir de la publicación de pensamientos, ideas, decires. Para comenzar como corresponde, me presento: Soy el Dolagasape*, un gusto😉

*Dolagasape está escrito en el argot de la ciudad de Rosario, Argentina. El mismo propone agregar a la sílaba tónica la palabra gasa, gase, gasi, gaso o gasu, según la vocal final de esa sílaba acentuada, agregando a ella la tilde si corresponde (DolaGASApe). Por otra parte, Dolape significa calvo o “pelado”, escrito al vesre (revés) que es un argot porteño que propone invertir el orden de las sílabas que componen una palabra. Por lo tanto, “Dolagasape” es un señor pelado, escrito en vesre que pasó alguna vez por la ciudad de Rosario. Ese soy yo.✒️

¡Gracias por leer! Si te interesa contactarme, mi correo es dolagasape@riseup.net; por xmpp, soy dolagasape@buzon.uy

Podés seguir las entradas del blog a través de RSS sumando a tu lector este enlace