Hay gente que viene a leer,
así parece por lo que dice,
y yo leo, el Writefreely;
y yo aquí a nadie felicité.
¿Por qué ahora no va a ser?
Os deseo felicidad, no un día
o un año o, tan siquiera, un mes;
os deseo que sea amplia sonrisa
la que dibuje vuestra mandíbula
cada momento de toda la vida.
Placer en el sentir
en cada latido de cada ser.
A ti que lees, sé feliz.
Y para los que no leen,
sea allí o sea aquí,
mucha felicidad también.
Corrió a terminar esta historia
como tantas de la misma casa,
descargué de ella mis memorias,
mas no están completas las entradas,
veré como me apaño apañando las palabras,
reconstruyendo lo que quise mantener
en lo que seguro pensé.
No aprendí con Reader,
tampoco con Google Wave,
pero no me duelen las letras que perdí
sino que me alegro de continuar en el escribir.
Si algo no lo recupero
aquí están mis yemas para escribirlo de nuevo.
Intentaremos escribir derecho lo que se torció
divirtiéndonos con pasión.
En «Lo ya escrito»,
allí empecé lo que escribí en mis sitios.
Aún recuerdo.
Voy escribiendo
con las palabras en una mochila
recordada cerebro,
infinito placer que me anima
que aún recuerdo
incluso dónde van escondidas,
cómo recargarlas
y escribirlas
y usarlas.
Las que escribí recuerdo que las usé
si no hace mucho que fue,
o así las vivo
como vivo que se hacen, similares a nuez,
los cerebros ancianos y distintos
que ya se remueven sin saber
qué se dijo,
repitiéndose una y otra vez.
Anartist
en WriteFreely,
gracias
por un lugar para las palabras.
Es el nuevo «Dónde»
a donde traeré mis entradas de la nube,
un nuevo nombre
para las palabras que en otras nubes puse,
a ver si consigo tenerlo todo recogidito.
«Lo ya escrito»
es el blog elegido.
En él algunas entradas se reescribirán
porque no lo podré evitar,
es la pasión del escribir,
otras quedarán igual
porque así será mi decidir.
Forma parte de mi libertad
el elegir.
Este «Tiempo de letras» espera a las nuevas
y quizás algún blog más si se tercia,
pero creo que con dos es bastante,
hasta ahora y para más tarde,
me dará para escribir eternidades.
O eso quiero
para divertirme gota a gota,
para disfrutar a rabiar escribiendo
cada letra de cada verso,
cada letra de cada párrafo en prosa
que se le ocurra a alguna neurona,
siempre neuronas mías, por supuesto.
Ya estoy aquí,
como en nueva casa
hoy comienzo a amueblar el porche,
la entrada, no el coche,
aquí conoceréis las maravillas de mi patria
más grande que cien millones de galaxias,
Babia.