¿Qué pasa, IA?
Hoy me apetece escribir en el blog sobre una conversación que he tenido. Una conversación con otra inteligencia humana.
“¡Guau! Los 'youtubers' han hecho viral una IA generativa de música, todo el mundo la está usando y ahora salen cosas a muy alta calidad...”
¡Se lo estás contando a un músico y no hueles el daño...!
Los ingenieros y los influenciados por ese tipo de mentalidad suelen ver en estos casos a los artistas como auténticos cortarrollos porque este tipo de mentalidad tiende a estar enfocada hacia el avance tecnológico acrítico para la resolución de supuestos problemas sobre los que probablemente no se ha meditado lo suficiente. ¿Qué ocurre entonces cuando un avance tecnológico es impulsado por las élites para reducir costes y ordeñar inversores a toda costa? Surgen las justificaciones más torticeras: “es una herramienta para iterar más rápido, agilizando la comunicación y potenciando la creatividad”. Por supuesto, no es más que la repetición acrítica de una idea salida de los departamentos de márquetin de las empresas tecnológicas, diseminadas luego por los llamados 'influencers' en las redes sociales privativas, siempre preparados para construir y expandir la próxima moda.
El uso de la palabra 'herramienta' suele invocarse en estos casos como término neutro. Pero como dice Adrián Almazán en su magnífico libro “Técnica y tecnología: cómo conversar con un tecnolófilo”, despojar a la herramienta de su contexto es algo absolutamente artificial. Una tecnología no es buena si su ideación y creación no parten de principios moralmente justos; no es algo que dependa en exclusiva de su uso. Por supuesto, el uso puede suavizar o empeorar la concepción original, pero en lo que quiero incidir aquí es que no darle peso moral a la etapa inicial, equivale a justificar por sistema a los magnates tecnológicos, tal como si se tratara de sacerdotes incontestables de un credo tecnolófilo. Y, por analogía con la religión cristiana (culturalmente muy arraigada en occidente), la posible culpa por daños recae en los usuarios, pecadores. Esto es algo realmente muy ponzoñoso.
¿Iterar más rápido? ¿Realmente queremos iterar más rápido? Los tiempos de producción son ya extremadamente cortos, enfocado como está todo a la reducción de costes. La creatividad tiene que ver con la expresión espontánea por un lado, pero también con la reflexión. ¡Literalmente la IA no tiene nada que ver con ninguna de ambas facetas! De hecho, el propio nombre es un fraude, ya que no realiza ningún proceso que pueda llamarse seriamente 'inteligente'. Se trata de una maquinaria que escupe copias de obras humanas anteriores sometidas a procesos de mezcla y aleatorización controlada. El resultado puede resultar agradable e incluso interesante, pero no tiene nada que ver con el arte porque no hay ningún proceso artístico. No estoy hablando de una diferencia cuantitativa respecto al proceso humano (que haga mejor o peor algo), sino cualitativa, esencial. ¿Cuál es el problema entonces, si de mis palabras puede deducirse que la máquina no sustituye la actividad artística? La máquina, por métodos diferentes, es capaz de aportar productos funcionales, cuyo único sentido es crecer exponencialmente y ser consumidos masivamente en un contexto capitalista. El único 'problema' que está solucionando es eliminar el escollo artístico (como se han eliminado otros escollos) para maximizar las ganancias de los magnates tecnológicos. Es una guerra contra la vida, iniciada por gente que se sienten como dioses.
Además, la gente usa estas herramientas sin reparar en que cuanto mas se use y mas se popularice, en mejores condiciones estará de directamente sustituir trabajo humano. No porque -como ya he comentado en el párrafo anterior- yo le esté atribuyendo ninguna capacidad artística a esta maquinaria, sino porque en el contexto capitalista actual se pretende de los trabajadores artísticos que funcionemos como maquinas, y, por supuesto, las maquinas hacen mejor el trabajo maquinal que nosotros. Es esta la pinza que se nos está haciendo a los artistas. ¡Necesitamos unirnos contra esto! Mucha gente está empezando a abrir los ojos, pero no lo suficiente; necesitamos más conciencia de clase. No podemos ganar mientras haya aún muchos artistas que antes que unirse en pos de un objetivo moral, prefieren incluso pagar por usar estas herramientas a cambio de un rédito económico vacuo que, en la inmensa mayoría de los casos, ni siquiera les saca de pobres.
He dejado para el final de este artículo el elefante en la habitación: toda esta cascada de inmundicia contra el trabajo artístico solo es posible gracias a que se está permitiendo el robo de obras artísticas por parte de los magnates tecnológicos. La maquinaria de la mal llamada 'inteligencia' artificial, está alimentada por este robo y su 'calidad' depende por completo de las obras contenidas en sus bases de datos y las interacciones que realizan sus usuarios, que están aportando su fuerza de trabajo gratis e incluso pagando. Se trata de un mecanismo extractivista salvaje que sería imposible si los Estados nos protegieran preventivamente de este tipo de incursiones y campañas empresariales contra la clase trabajadora. La política es el arte del equilibrio de intereses, y en el capitalismo, el interés de los capitalistas tiene más valor que el de las clases trabajadoras. Las leyes pues, cuando llegan, llegan tarde, y a menudo, con silencios atronadores. Es por eso, que hay que trabajar por la unión del pueblo, ya que solo si está realmente unido, no podrá ser vencido.
Por favor, no uses IA generativa y si conoces a alguien que la usa, discúteselo
[Este artículo tiene una continuación en ¿Qué haces, IA?]
Oliver Moya Bueno 100% creatividad humana, 0% IA ¡Gracias por leer!