Varias de guerra

El camino de hierba aplastada por el que se arrastra la guerra guarda por siempre de la batalla que el dolor que hiere es la idea.

Humanidad arrasada de miedos barrida sin piedad de las conciencias de los que fueron los más fieros y de los más miserables de la contienda.

Baile ensangrentado de filos que sajan venas, corren de sangre no hilos sino ríos desde adentro hacia afuera.

Juicios confundidos, planes ejecutados que no se piensan mientras se clava la punta del cuchillo en el pezón de una violada presa.

Al atravesar desde el pecho a la espalda con la puntería clavada en la bala la carne condenada, sea o no amenaza, la ideología absurda hierve congelada.

Líneas de vida detenidas.

Cuadriculado es el cerebro, de un diseño cuadriculado, que disfruta mientras dibuja los combates luego ejecutados.

Canciones que atormentan en un laberinto de sombras en el interior de la calavera que apila la gente en hordas.

El diablo mueve su cola disfrutando mientras un niño muere desangrado atravesado por una bala pensada en la mesa alargada del despacho.

Cerebros rotos, así han de estar todos, todos, todos los que piensan en pelear.

Algunos no deberían pensar.

Varias de guerra