Una hoja rota
Rasgada toda entera una hoja con dos páginas, todas las letras en sus palabras separadas de una libreta.
Ya no existe toda la libreta si por una sola de sus hojas ha pasado salvaje la guadaña segándola como muerte que roba la vida de una escritura.
Hoja entera y libreta rota, dos caminos que se bifurcan en la madre de la cultura, mal entendida prosa de una crisis financiera.
Segada ciencia, educación que se recorta y se moja en pilas de Iglesia, pequeñas ideas del hoy dueño de la futura historia.
Un billete y dos monedas, que el billete no se rompa, que no se oxiden las calderilleras piezas, blindar las libretas cárceles de papel financiero,
que no se rompa, que no se rompa el monedero, que no se rompa el bolsillo que guarda el dinero, que no se rompa aunque el libro de las letras sí se rompa.
Vibran las naturalezas, vuelan las olas fieras, inclementes, las humanas obras rotas lloran lágrimas de agua salada, las piedras hierven.
Lo escribo en letras caducas, letras que se leen, que aunque vuelen en las palabras podrán siempre volver a hacerse amasadas desde el principio una a una en la forja de las letras, las ideas.