Un mundo diferente
Un mundo diferente el que quiero, el que deseo para siempre, el de la buena gente. Un anhelo.
En cambio...
Sin embargo Vive otro mundo, el de la tele y engaños varios, prensa, radio, ridículas vidas como de saldo que quieren ser reales, falsedades, banalidades de pago, realidades virtuales e ideas calzadas en el cerebro después de cientos de baños en la misma noticia de pandereta, incierta. El seso lavado.
Un mundo político en ese mismo saco pletórico de bilis. Las mentiras repetidas por todos los ministros, por todas las ministras de los gobiernos y las iglesias que la realidad ciegan. Elegido por un vendido pueblo este mundo de escatológica risa orina en la pila. Letal Harakiri, no hay cerebro.
En la Ese barrada, en la E por dos barras atravesada reside la importancia de estos mundos de realidad fatua, iglesias de falacia y políticas que resbalan en quien manda, catedrales construidas para nada, vehículos de gama alta que no arrancan. Dinero, siempre igual menú. Más cerebro que se lava.
Sobre el apocalipsis. ¿No habló de ello Jesús? Caminamos por la crisis con un Ferrari sin puertas y montones de deudas porque lo recomienda, en la feria, el mismo Belcebú.
En cambio...
Sin embargo por qué no ir en bici aunque sea de la hermana, no cansa ni las deudas desangran. Ser humano que no se gasta, que no gasta ni vende. Buena gente, un mundo diferente.
Un mundo torcido y desenfocado quiere caminar patinando y nadar en la piscina de palacio.