Tras la solapa blanca
Tus renglones, tantas palabras que son poco y casi nada. Me olvido de todos tus nombres. Imposible olvidarlos hermosos todos. Vuelo de pájaros. Escribiré del tiempo y de tus letras, son tuyas y a mí me encanta leerlas, me gustan.
¡Y cómo!
Tantas palabras, pocas para una carta, pocas de tan intenso el saborearlas. Tuyas. Tuyas todas y entretenidas. Muchas por la intensidad leída. Lo tienes todo.
Escribes y piensas. Y las guardas, sí, como yo, más allá de la solapa, así me entran.
Ya lo sabes. Y el tiempo se escapa cuando juegas a atraparlas en tus renglones a todas las letras de cada palabra. Como aleteo de aves.
Tres últimas, por escribir, tres palabras, a ti gracias.
Adivino que cada vez te gustan más las gracias. Sinceras gracias. Me gusta tanto escribir que no quedaron ni penúltimas.
A ti gracias.