Trabajando
Exhausto por el esfuerzo, aún viendo derrotado al único compañero él, como si estuviera solo, siguió con denuedo, redobló su trabajo y con la lengua seca cumplió los contratos, el suyo y el del otro; ni la mentira ni el engaño cabían en su mochila.
No era ministro, era funcionario y le gustaba la vida por encima del partido.