Sin colores
Sin colores. Cruces hechas leyes de las naciones, todo deformaciones de las pobres luces que consiguieron pocos trabajadores guerreando contra algunos dueños, los jefes de los pueblos y las religiones. Aquí una puerta que si la mantienes abierta seguirá oliendo a huerta.
Si la dejas y la cierran costará abrirla peleas y vidas. Estiércol harán de ella. El aire olerá a bruma, vidas húmedas, sin fuerza.
No será así pues siempre las cosas acaban distintas a como desde el pasado se miran pero una vez sangrada la herida y cosida costará recuperar la vida con sus sabores, con sus emociones, con sus libertades, como tú la quieres, tal como la tienes, con sus colores. Dolerá disfrutar el respirar, sencillamente, el aire.