Por ejemplo, una brizna de hierba
Sentir de aire. Una canción sin notas que pentagrameadas se lean escrita en la oteada naturaleza, sentida en etéreo baile en las sensibles napias barridas de fragancia, basta con la mirada sola bebiendo toda la belleza para escucharla toda y mejor sentirla, basta con oler lo que se mira.
No podrás quedarte quieta mientras las obligadas neuronas trabajan y no te dejan caminar sobre esa brizna sin vivirla.
El placer, verde prado éxtasis de miel paladeada en dos pupilas penetrada mientras la nariz, llena ya de esencia, participa en el onírico orgasmo, en el no conocido palpitar del alma, vuelve a nacer.
Siempre así cual preciosa eternidad siempre estará ahí toda esa hermosura regalada, creación sin par en perpetuo renacer.
Belleza. Porque es así la vivo haciéndome falta poco más, el aire que respiro, dormir y despertar, saborear al comer, ver, oler.
Para disfrutar al vivir he aquí la naturaleza, no hace falta más.