Nao Victoria
Tres años de mares, tres años de infinitos desconocidos lugares.
Que en Zarautz, linda villa mía, tú naciste se escucha en leyenda antigua y conocida, para llevarte a Sevilla, desde donde partiste a recorrer infinidades de gotas todas iguales que circunvalaban el desconocido mundo a las órdenes del comandante Magallanes.
Mirada mía. En Zarautz te construyen barco duro para que tú navegues señora nave. Tres mástiles te flotan el velamen haciendo el terrestre globo tuyo desde el principio al mismo fin.
Nao Victoria. Cinco en una flota y tú volviste sola, dieciocho que volvieron a casa a dormir.
Elkano, de Getaria vecino, fue contigo para traerte de nuevo al real sitio. Llegaste a San Lúcar de Barrameda cargada la bodega de mundiales maravillas, señora y rica, tu panza llena hizo bueno el coste de la partida.
Victoria, volviste a los océanos y con la océana mar casaste para, acurrucada en sus olas, descansar eternidades. Victoria, en la mar fundiste tu maderamen zarauztarra con el beso cortante de tu quilla ya salada. Nao Victoria, a veces paseo una mirada en el horizonte curvo mientras las espumas de tus olas brincan y saltan, y yo sonrío a tu saludo del Pacífico mundo.
Amaneciste un día al mundo y te repetías, te siguió con cinco naves uno y te repetías, volvió otro por el mundo curvo y te repetías, hoy perseguido por muchos sigues siendo el sol que hace al día.