Mirar un libro
La ilusión de tener un libro es saber que puedo leerlo, con la esperanza de hacerlo. Algunos los almaceno para consultarlos. No tengo tantos pero sé, o creo que sé, que todos no los leeré. Seguiré comprando porque al mirarlos, sin tan siquiera tocarlos, solo la forma ya me dice algo.
Lee. Es vicio.