Mi yo cuántico
Escondido en un cajón oscuro, encerrado, juega mi yo cuántico. Uno. Un yo perfecto. Atrapado en caja secreta, la cerradura del fotón cierto lo encadena; aguarda a quedar sin tapa, a que la luz se haga, para que se desvele que en verdad esperan otras infinitas cancelas, un sinfín de aberturas para renegar la duda. A ti que sin saber lees también se te afirma lo que a mí se me oculta. Una mirada tuya. Una mirada mía. En el infinito, y aquí mismo, se juntan.
Escondido en el armario, encerrado, está mi yo cuántico. Uno. Mi yo perfecto. Atrapado tras la puerta del secreto, la cerradura del fotón cierto lo encadena, aguarda a que abra la puerta para que se desvele que en verdad esperan otras infinitas cancelas, un sinfín de aberturas para renegar la duda. A ti que sin saber lees también se te afirma lo que a mí se me oculta. Una mirada tuya. Una mirada mía. En el infinito, y aquí mismo, se juntan.
Liberado en arcón oscuro, para mi encerrado, juega mi yo cuántico. Mil y Uno. Un yo perfecto conservado en el arca del secreto, la cerradura de un fotón cierto lo encadena, espera a que se abra la tapa, a que la luz se haga, para que se revele que en verdad aguardan otras infinitas cancelas, un sinfín de aberturas que reniegan la duda. A ti, que sin saber lees, se te afirma lo que a mí se me oculta. Una mirada tuya. Una mirada mía. En el infinito y aquí mismo hechas una.
¿Infinitas lecturas? Sólo con éstas te quedas, es la factura por haber mirado las letras.
Onda y fotón pasarán ¿Por dónde? ?Cuándo? No preguntes tanto, digamos que por allá.