Los pobres
Los pobres. Necesitan a los pobres los que disfrutan la riqueza de los hombres. A los pobres. Son las normas del sistema que usa monedas. Monedas. Más monedas. Siempre monedas. Unos trabajan como desean los que mandan, el sudor y la sangre solo vale retales de un traje. El sudor y la sangre de los pobres, sangre por trajes. ¡Hasta cuando!
En un día meditado sabrán que ellos mandan porque no siendo nada son el gran trozo del todo mientras el representado por el habano más puro camina solo con unos pocos. El día que lo sepan, y se atrevan, ese día serán amos del mundo.
Entonces pasarán de ser mandados a ser los dueños del prado, dueños todos o solo algunos nuevos toros. Si aprendieron pueden hacer el planeta más justo, si copian lo que vieron serán los revolucionarios que a golpe de renovados talonarios escurrirán la sangre a los nuevos miserables para esparcirla en la arena. Otros pobres, otra vez sin nombre. La misma moneda.
Así fue antes.
Rayo a rayo, regalados, no arrancados ni robados.