Leones feroces

Te imaginas después de atravesar selvas y desiertos corriendo delante de los leones y bebiendo de los cactus con espinas, después de sudar tinta africana pobre por una piel acerada al sol del infierno, después de rasgarse las manos blancas saltando una valla clavada de concertinas ordenadas por un ministro supernumerario, a un ser humano africano en el final de su camino; y te dan ganas de llorar,

conque deja de pensar, no imagines, es la sangre, no más, de quien dicen que te quiere robar, quizás la libertad. La libertad que te han robado ya.

Leones feroces


Tener que nadar en el mar no es libertad, hacer lo que quieres es libertad.