La mirada Solo eso,
palabras para leer.
Hoy vuelvo a esperar el tren sentado mientras escribo en el teléfono. El tiempo va pasando. Aparece corriendo y una luz encendida en su locomotora lo anuncia, detengo las letras todas.
Rápido y sin enterarme de lo que esperé ya me senté viajando eléctrico. Escribí pocas letras, tan solo céntimos, pero voy a echarme una siesta.
Volveré en otro tiempo, como Termineitor.
Toda la mirada, agujeros negros en cielo azul y mar blanca,
la mar con sus espumas blancas fija la verdad hablada, dos mares que hablan de emociones, dos mares que hacen cierto el verbo y el palpitar de los corazones,
redondos y pequeños soles negros, dos que dos son los ojos, que en el cobalto se agrandan cuando la luna no da luz en la noche sin brillo,
alborada, si miramos el sol del cielo, si la bombilla se enciende, los soles pequeños y negros del centro se hacen más niños, empequeñecen,
el cielo azul eres tú, dos universos lindos que me besan cuando te miro.
En la noche, en los sueños, invisibles como los cuentos felices pensamientos brillan oro en la superficie del cobre.