La importancia de la sonrisa de un paria
Anteayer vi el sol y dijo que ayer volvería a salir mas ayer vi que no vino. Un rayo que llegó a mí desde la nube blanca me dijo venir de él y que la luz vertida por las gotas evaporadas era luz suya clavada en el agua y de ella reflejada.
Es fácil de creer en una vida repetida. Algunas veces no se ve así pero el sol siempre pasa aunque no lo vea salir. Hoy ya sé que luce también mientras giro en torno a él, nadie ha descubierto distinta evidencia así que sigo creyendo en el dinero como ciencia.
No es cierto aunque lo practique a conciencia que su importancia, la de Don dinero, sea tanta como la que leo en la sonrisa de un paria. Poco hecho y mucha palabra, verborrea barata pero así lo veo. Son cosa de la ignorancia los hechos, de mi cómoda aristocracia, mas ya empiezo.
En mi gimnasia diaria, aún existiendo, ya no manda. Si no es la órbita la que cambia quizás miraba con gafas ancianas. No me resulta fácil entenderlo después de tanto tiempo creyendo.