Escribiendo otra vez
Escribiendo otra vez, placer, un placer que me fascina como la velocidad del aire al viento o a la mosca pasear sobre la golosina.
Escribiendo me divierto cual pequeño enano que, sonriendo, brinca por el campo disfrutando sin cesar cada momento, desde el principio hasta el fin.
Porque sí, porque escribir me gusta tanto que escribo cuando voy en tren, en el autobús, también en uno primero y en el otro después. En el coche, si conduces tú, y quieres, también puedo escribir para mí y para ti.
Me gusta como la tierra a la cara vista de la luna.
Cerca del cielo y más de veinte letras para escribir, firmamentos para repetir y repetir.