Engaños. No llovió.

Lo supiste. Aunque el cielo se cubría en blanco y gris tú que lo sabías a nadie lo dijiste. Las nubes se fueron tan rápido como llegaron, corriendo, volando. No llovería.

Bajo las estrellas, en la noche negra de luces tintada, ya no estaba. Desconocido, otro dueño nuevo lo habrá acogido para cuando llueva. Aunque no se lo digan.

Nos molestó todo el día el impertinente paraguas antes de que nos lo robaran. Antes de perderlo que no podemos saberlo. Tú que ya no estabas tampoco nos lo dijiste antes de irte.

Ahora las gotas empezaban y mojaban la noche ya triste. Quizás te lo llevaste sin decir nada. Ya no sé cuándo engañas.