Encadenados a la chapuza
Encadenados a la chapuza se repiten las malas obras como bestiales mulas que tiran de la misma forma sin que en ellas influya el hacer bien las cosas y sí clavar afilada pulla en el esfuerzo de quien venga ahora.
Una y una y una, una vez y otra el rencor encona y con cada obra la cadena engorda. Burra, burra, burra, no aprenderás nunca. Mula, mula, mula, que se fastidie quien viene ahora con la misma mala uva.
En una ocasión, una, llega una persona, alguien que ayuda, con calma y buena obra mientras disfruta la cadena queda rota, con la buena obra adelgaza y se hace nada el problema que encadenaba. Tanta cólera y una sonrisa bastaba.
Anclado el pensamiento quieto, quieto, quieto, avanzar es un cuento.