En una hoja blanca
En una hoja blanca antes en una pantalla blanca ahora, mis frases.
Más agilidad, más versátil, y mi memoria frágil más vital.
Mi cerebro piensa igual escribiendo en la pantalla blanca que si escribo en papel de estraza, pero sobre el cristal lo aprovecho más.
Corre cantidad el dedo que escribe sin parar, disfruta tanto que a descansar casi no va,
hasta que el tiempo avisa al cerebro, el cerebro descansa las palabras en el alma, y dedo y cerebro vuelven a vivir en el tiempo.
¡Por qué me gusta tanto! ¡Por qué! No lo sé. Escribir es algo como el no mojarse al llover y disfrutar mirando.