Como una diosa pequeña
A la tierra la elegía un griego, al aire lo prefería otro, la luz ya es el fruto del sol, el agua es vida y es todo.
Demiurgos de distintos cielos.
Una brizna de hierba se enrosca dentro de la tierra y le bebe su esencia, la savia por dentro la riega, con la luz y el aire trabaja la verde y esbelta planta sin necesitar más nada.
Una brizna sola se basta.
Nace, crece, vive, se reproduce mientras existe, muere. Y casi no se mueve.
Verdes, azules, blancos, no le hace falta marco a tan bello espectáculo. Vida, todo vida.