Por qué estoy en contra de la bonificación a autónomos que empiezan

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Estos días está surgiendo una nueva organización social de trabajadorxs autónomxs en reivindicación de una cotización por tramos realmente justa (Y no como la que plantea a día de hoy el ministro Escrivá). Efectivamente la propuesta por tramos que prometía el acuerdo de gobierno de PSOE y UP tiene de progresiva lo que Estados Unidos de socialdemocracia.

La imagen de Riki Blanco para El País explicará mejor que mis palabras por qué a la mayoría no nos parecen nada justos dichos “tramos”. Seguid a Lucha Autónoma, participemos, movilicémonos.

Dicho esto, me gustaría aclarar un asunto que suelo discutir con colegas de profesión y de otras profesiones desde que fue implantada la bonificación de los primeros años e invitaros al debate: La medida de bonificar los primeros años con una tarifa plana es contraproducente. Tanto para las personas que empiezan como para las que “siguen”.

La explicación es sencilla. Los “recién llegados” tienden a ejercer una presión a la baja en los precios, pudiendo falsear su modelo de negocio (como quien no cotiza o factura en B). Al terminar la bonificación, probablemente su modelo de negocio no sea rentable. En caso de que consiga serlo (ojalá), él o ella también se verá rápidamente afectado por “nuevos recién llegados” empujando a la baja.

La medida promueve la incorporación al RETA de cualquiera que no haya sido autónoma anteriormente. Una medida desesperada por bajar la tasa de paro (aquello de la sacrosanta “emprendedora”), que es perjudicial para la economía productiva real y para la estabilidad con crecimiento orgánico y no especulativo de nuestros negocios, incluidos los más innovadores. Es un caso de competencia desleal, aunque sea involuntaria, por parte del propio gremio, visto en términos intergeneracionales.

Las cotizaciones deben ser por tramos, sí, y estos deben ser justos, es decir, proporcionales a la facturación del año de cada cual. Independientemente de cuantos años se lleve como autónoma o de si se ha intentado una o más veces. Hay que tener en cuenta que no todas queremos escalar nuestro negocio hasta el infinito. Cada profesional debería tener derecho a encontrar una estabilidad laboral que funcione con sus necesidades vitales cambiantes. Estas probablemente sean “crecientes” en la juventud, pero quizás sean “estacionarias” en la época de madurez y tirando a “decrecientes” en una época próxima a la jubilación.

Os invito a dejarme vuestra opinión en cualquiera de las redes compartidas.

¡Salud y lucha autónoma!

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