Innovación social para nuestras lavadoras
Se me ha ocurrido una vuelta de tuerca más a la lavadora decrecentista que suele poner de ejemplo @amturiel@mastodon.social en sus charlas como caso de innovación social y no necesariamente tecnológica que necesitamos con urgencia. Los puntos 1 y 2 son propuestas habituales, las mías son la 3 y la 4, que complementarían a las otras.
Imaginamos una lavadora que no se compra, sino que la ofrece en “leasing” el propio fabricante, por un tiempo mínimo (fijado en una nueva ley de consumo). La empresa deberá encargarse de las reparaciones y del desmantelamiento al final de su vida útil, por lo que para su propio beneficio, fabricará lavadoras robustas, con piezas reparables y materiales fácilmente reciclables para sus nuevos modelos o para diseñar una estrategia de circularidad real, económica y termodinámicamente viable, con otras empresas.
Las lavadoras de tipo familiar y las industriales convivirían como ahora en el catálogo del fabricante. Se promocionaría que las nuevas viviendas tengan lavandería comunitaria, habitual en muchos países y en las viviendas cooperativas en cesión de uso. Todas estas máquinas de uso colectivo estarían también en “leasing”, a través de la comunidad de propietarios o la cooperativa. Una nueva ley de vivienda garantizaría derechos de uso y costes regulados para inquilinos usufructuarios de las lavadoras.
Las viviendas sin espacio comunitario podrían optar por crear “comunidades de lavado” similares a las comunidades energéticas. Se crearía una cooperativa de servicios que dispondría de un local comercial (idéntico a una lavandería comercial, pero de uso privativo a personas socias) para dar servicio al barrio. Estos proyectos sin ánimo de lucro podrían convivir con lavanderías comerciales, incluso impulsadas por el propio fabricante de lavadoras, que daría un servicio similar, sin la complejidad de gobernanza implícita en los proyectos cooperativos de la Economía Social.
Los nuevos modelos de lavadora (y otros electrodomésticos cuyo uso sea programable y ajustable en un plazo de 24h) dispondrían de un nuevo botón “Eco Smart Timer”, sincronizado por radio o datos con Red Eléctrica Española, que tendría la potestad para encenderlo por ti en un plazo de 24h, cuando convenga a la estabilidad de la red y la potencia instalada en cada domicilio. Con esta pequeña innovación de domótica básica, mucho más sencilla que propuestas tecno-mágicas que se están valorando en serio, todos podríamos ajustar nuestros consumos de forma eficiente, sin los quebraderos de cabeza de las tarifas libres, los periodos valle, etc. La hora “Eco Smart”, definida por REE cada día, debería tener coste cero para el consumidor y aprovechar los momentos de sobreproducción de las Renovables Eléctricas Industriales, mitigando los riesgos de “curtailment” y la Curva del Pato. La lavadora doméstica solo es un ejemplo, obviamente. Esta misma idea es aplicable a mayor escala a muchos consumos eléctricos de la pequeña industria, las empresas, la climatización doméstica y la carga de baterías de todo tipo.
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