Convivencia

Samuel había dormido inquieto esa noche. No había pasado desapercibido para Julia, que había estado junto a él. Cuando ella abrió los ojos, él estaba mirando al techo, perdido en sus pensamientos.

—¿Otra noche movida?

—¿Eh? Oh, lo siento, no quería molestarte.

—Ha pasado un mes desde que te mudaste aquí y todavía rara es la noche que descansas en paz. Das vueltas, me rozas, largos suspiros… ¿Qué sucede? ¿Hay algo que te preocupe?

—Esta ciudad tan grande, me agobia, todavía no me hago.

—¿Solo eso?

Ella se giró en la cama para poder mirarlo. No se le escapó su gesto contrariado.

—Siento… Temo… que convivir nos desgaste y… que nos separemos. Yo ya completamente solo en esta ciudad no sé qué haría.

—Es cierto que pasamos más tiempo juntos, ahora bien, no tiene que ser todo el tiempo. Al principio te estoy ayudando a asentarse y a conocer el lugar, a hacer el cambio.

—Y lo agradezco…

—Pero llegará un momento en que tengas que salir por tu cuenta más allá del trabajo. No se puede mantener que yo sea tu única referencia. Tendrías que ampliar tu red de contactos.

Samuel se dio la vuelta para evitar mirarla.

—Aquí no conozco a nadie y la gente del trabajo no me inspira suficiente confianza. Esto no es el pueblo del que vengo donde todo el mundo sabe la vida del resto. Y paso de meterme en aplicaciones para conocer gente, a saber lo que hay ahí.

—Puede haber otras alternativas.

—¿Cómo cuáles? —Samuel se volvió con interés.

—Tienes un perfil en redes donde compartes fotos de naturaleza, ¿no? Pon un mensaje de que andas en esta ciudad y quieres conocer gente para ir a sacar fotos de paisajes, animalillos o lo que se os ocurra. Gente con la que compartir afición para empezar.

—No es mala.

—Es un paso para encontrar otras personas afines y de confiar con el tiempo en alguien más que en mí en estos momentos. Una forma de airearte y evitar asfixiar lo que nos une.

Samuel sonrió.

—Me encantan tus ideas. Me encantas tú misma entera.

Julia sonrió complacida.

—Si tanto te encanto, ¿por qué no preparas el desayuno para los dos?

Samuel puso un fugaz gesto de fastidio pero poco después trajinaba por la cocina.

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