Problemas con la palabra “transición”

Jessica Atreides, de la película "Dune"

Una etimología de la palabra “problema” es “poner delante”. Poner algo en la mesa y trabajar con eso. Desarmarlo.

En esta nota estoy compartiendo mi experiencia y sé que otres lo viven diferente. Las diferencias en esta comunidad son un sostén, no una amenaza a alguna mismidad. Este solo es uno de tantos desensamblajes posibles.

Además, nunca diría que “no estoy transicionando” o que “no soy trans”. Pelearme con las palabras simplemente me ayuda a expresarlas mejor, y a generar una conversación.

¿MtF?

¿Dos lados?

“Trans” viene del latín y significa “del otro lado” o “a través”. Un barco trans-atlántico va de un continente a otro. Una trans-ferencia de plata entre dos cuentas [1]. De varón hacia mujer, de mujer hacia varón (o hacia la divinidad éldrica, si sos no binarie :3).

Un problema es que se presuponen dos estados iguales. Ambas costas del Atlántico son lo mismo. América igual que Europa. “M” y “F” en “MtF” a la misma altura. Yo siendo varón se expresa como equivalente a yo siendo mujer. Y esto es un malentendido grueso.

Yo no fui un hombre del mismo modo en que ahora soy mujer-no-binaria/femineidad/trava/como-se-me-ocurra-nombrarme-esta-semana [2]. Cuando “era varón” estaba a merced de códigos y mandatos sociales, no decidiendo o deseando por mí misma, con muy mala salud. Vivir como hombre, para mí, se siente como no vivir, no ser. Era estar obligada a ser.

No podemos perder de vista esa opresión y describirlo como “ser” a secas, similar a este “ser” que soy ahora. Más si esa opresión marca mi “ser” actual como margninal o anormal.

Siguiendo con la analogía de nado en aguas abiertas. No estaba “del otro lado del Atlántico”, estaba en el mar, ahogándome. Exiliada de la matria a la que regreso nadando.

La transición (al menos en esta sección :3) no es ir de A a B, es ir del no-ser al ser [3]. Me gusta esta idea porque siento que subvierte el pensamiento binario de una forma interesante. No poner los lados de la transición (¿del binario?) a la misma altura. Vas de no poder ser lo que deseás, de no vivir sanamente, de no encajar en lo que te dicen que sos, a ser más libre y sane… Y si me sale, de un ser colonizado a uno decolonial.

M≠F

¿transicionar a algo?

Pero soy una trava sobreanalizadora y tampoco siento que esté transicionando a algo. Si pudiera transformarme en algo definido, sería a un robot espacial gigante con misiles, cañones de riel, comunicación por tensorayo, sensores en varias longitudes de onda y pronombres femeninos.

El mobile suit kshatriya del anime Gundam Unicorn – transition goals

Cuando digo “no estoy transicionando a algo” hablo de una forma más conceptual. Mi proceso está lleno de objetivos. Prácticas, vínculos, modos de vida, aspiraciones emancipatorias, luchas, estados de salud, corporalidades, aprendizajes, diversiones… que son metas concretas y valiosas para mí. Cosas hacia las que voy en transición.

El problema es que esos deseos y formas de ser que busco sean encerrados en un concepto, o mandato. Lo que busco es un espacio conceptual abierto, donde desplegar distintas posibilidades. Un concepto, quizás, pero no un encierro.

Siento que escapé de la cárcel de varones y no quiero hacer todas estas corridas por descampados solo para meterme por la ventana a la cárcel de mujeres. Quiero ser muy femenina, sí, pero resisto a que me condicionen a ese lado del binario. Mi feminidad es libremente elegida (relativamente) y mi modo de habitarla es otro.

Puedo ponerme extra no binaria acá y plantear otro problema: ¿Y si no transiciono “completamente”? ¿Existen transiciones “más o menos completas”? ¿Alguien que se operó las lolas y el johnson es “más trans” que una compañera que tiene barba y no se hormona? Es raro comparar los procesos y decir que alguien “fue más allá” y otres “se quedaron a medias”. ¿Más qué? ¿Quién dice que todes buscamos lo mismo a través del mismo proceso? Una chica trans me decía “No hay una transición”. No hay una serie de pasos ordenados para todas, solo los que da cada quién.

Sé que afortunadamente muches ya superamos esta mentalidad reaccionaria, binaria, e incorrecta, pero en el origen de la palabra “transexual” siguen estando los mandatos médico-hegemónicos. No hace mucho, se nos clasificaba como transexuales, transgénero y travestis. Como evoluciones pokemon de la anormalidad. Mucho de nuestro lenguaje sigue teniendo su origen el regimen heterosexual y psiquiátrico.

Mt¿?

¿Entonces qué?

Bueno, pienso que los problemas de nuestra sociedad tienen que ver con sistemas de dominación violentos que clasifican a la gente en categorías fijas, trascendentales y jerárquicas. Clase, raza, género, capacidad, sanía, belleza, normalidad… He leído pensadores como Paul Preciado, estar en contra de toda esta idea de “identidades individuales” y que están tratando de repensarnos en formas menos binarias y clasificatorias. Me da paja “ser algo” definido. Tengo TDAH, no puedo concentrarme en una identidad.

Nuestra comunidad no es inmune a esas formas de opresión propias del patriarcado capitalista colonial. Hay gente del colectivo yuteando (vigilando) todas las identidades. Viendo quienes son les verdaderes trans, les verdaderes bisexuales, las verdaderas lesbianas, etc. He leído chicas trans siendo misóginas y transfóbicas con otras chicas trans, diciendo cosas horribles como si no supieran lo que es la disforia o la violencia que sufrimos.

Todavía tenemos internalizada esa ideología del sistema: clasificar(se), vigilar(se) y castigar(se). Perdiendo de vista que al final del día, para quienes nos odian, todes somos “unos travas” y no les importa mucho las diferencias. Todes somos igual de abyectos. Para ellos no hay un “verdadero transexual” que van a aceptar.

Dejar de pensar la comunidad con conceptos rígidos, dejar de vigilar las experiencias de otres, es parte de esa deconstrucción permanente en la que estamos.

“Creo que la gente a veces se desespera en busca de identidad. Y la identidad no se busca, se trasciende. Vos fluís y ahí aparece la identidad sola. Pero cuando uno se impone esa cosa de buscar la identidad se auto limita, se encierra dentro de uno mismo y surgen los miedos, el miedo de pensar, el miedo de fantasear…Me asustan los tan normales” — hermoso, Federico Moura.

👮‍♂️t👮‍♀️

entrete(s)iendo

Así que aunque sea muy femenina uwu y tenga muchas cosas claras sobre “quién quiero ser” (más bien, qué quiero hacer y con quienes), no quiero ser mujer, en los términos de las categorías de la violencia patriarcal. No estoy buscando un nuevo amo al que obedecer o una nueva culpa por no ser.

Las cosas parecen que son permanentes, por ideología, porque los sistemas opresivos fijan partes de este proceso (en ideas y prácticas) para dominarlo. Violentándolo cuando el proceso se sale de la norma y no se da como quieren. No hay una cosa llamada “materia prima”, es la cuerpa de la madre tierra existente más allá de toda clasificación, mutilada y alambrada como mercancía y recurso. No hay una cosa que sea “mujer”, es el patriarcado alambrando nuestras cuerpas para expoliarlas y consumirlas.

El derrumbe constante de las cosas, la historia colonial de las cosas, se borra y desmiente para mantener una ilusión de estabilidad.

el individuo es un producto del poder – Foucault, Introducción a una vida no fascista

No entiendo mi femineidad en sí misma, como una suerte de esencia interior o identidad que me define. Como un ánima que me anima. Mi femineidad está al rededor de mí, está con otras. Es como la canción en un fogón. Lo comparto con vínculos y comunidades. Es el modo en que me vinculo y comuno. Lo que sea que llaman “yo misma”, existe como partes de esas compañías. Existo en en relaciones.

Sin compañeras y compañeres de militancia, sin la lucha del trans-feminismo, yo no sería nada que valga la pena ser. Existo porque hay quienes luchan colectiva y cotidianamente, para que mi femineidad sea posible. Existo como estas palabras en tu cabeza, les das lugar y hay redes que hacen posible su producción.

Estoy en un estado constante de superposición de abracitos cuánticos con otras compas uwu

Tendrá que ver el proceso de salud-enfermedad-atención, también. Si dijera que transiciono de algo a otra cosa, diría que voy de un modo de vida impuesto violentamente, dañino, a un modo de vida que vivido más libre y sanamente.

Más atrás hablaba de como no todes transicionamos de la misma forma hacia lo mismo. Lo que sí tienen en común estos procesos es que están yendo hacia una etapa más sana y deseada, en una salud que es múltiple. El “atención” en la palabra trencito es la comunidad trans la que atiende el malestar de las personas trans, la que nos ofrece salidas y posibilidades de salud. Puedo hacer lo que quiera, porque una comunidad me dijo ¡Sí!. Lo que sé sobre cómo sanar, sobre lo que soy, lo aprendí de la comunidad trans. Hay comunidades que proveen los medios para que produzcamos y vivamos estas sexualidades.

La transición es hacia esa comunidad, hacia esas nuevas formas de relacionarse y construir subjetividad.

Leía a Maite Amaya, una militante travesti de Córdoba, que decía sobre su identidad y este proceso “Estamos siendo”. Me pareció hermoso. ¡Qué mierda somos! Si estamos siendo, afectadas por el momento, afectándonos mutuamente, deviniendo. No somos algo permanente, ni buscamos serlo. Queremos poder vivir en constante cambio y transformación. Estables, sí, resilientes, sim-poiéticas, pero no inmóviles. Para estar vivas, no podemos dejar que nos encierren.

Estaba habitando la categoría fija, aplastante, que me impusieron. Temiendo los castigos, siguiendo ideologías y muriendo lentamente. Y estoy transicionando a algo fuera de esas categorías, compartimentos estancos y aislados, volviéndome flujo viviente colectivo. Crecer, cambiar, experimentar, desarrollarme, compartir, intercambiar, jugar, desear, transformarme constantemente. Vivir de una forma que me haga bien, en conexión con lo que nos pasa, que se mueve siempre. Vivir en comunión con las personas que están siendo a mi alrededor, con quienes somos libres. Sumergirme en la transición colectiva, social, planetaria hacia un mundo mejor. Rehusarnos a que el sistema nos controle y nos fije en identidades a ser explotadas. Transicionar a disidencia, monstrua.

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Grafiti que dice "We must dissent". Imagen del videojuego Sid Meier's Alpha Centauri

conclusión frágil

Siento que con cada mandato, con cada norma que abandono, me vuelvo infinitamente vulnerable. Sin los muros soy una cosa frágil y vana. Todo me duele mucho más. Dejar de ser hombre es el proceso de abrirse a todas esas cosas que estaba fingiendo que no pasaban.

Ilustración del quinto volumen del manga "Bleach" por Kubo Tite. Es el brazo de Chad Yasutora. Algunas flechas señalan partes y las nombran: Dive, boost, process, heart. > Si blando la espada, no puedo abrazarte. – Bleach, por Kubo Tite

Abandonar la fantasía que venden, de una masculinidad invulnerable.

Me prometí, le prometí al mundo, que no voy a apartar la mirada del dolor, mío ni de nadie. Y ahí está: la madre tierra llora, junto a todas nosotras. Pero el dolor nos une y la vulnerabilidad es potencia. Cuando decimos “no puedo sola”, buscamos a otras personas. Empieza la acción colectiva.

Dejar de ser hombre es dejar de pensar que soy una isla, que soy en mí misma, que soy sola. Que hay un “círculo de cosas bajo mi control” como dicen los estoicos. Entender la realidad de que necesito a otras personas me abre al dolor y también al amor.

No estoy nadando de un continente a otro. Estoy nadando hacia alguna isla perdida, habitada por otras que también naufragaron. Donde, sin embargo, intentamos construir otra sociedad.

La transición es más en como me relaciono con el mundo, pasar a una mirada crítica, a reconocer el dolor de esta sociedad cruel, y empezar a enredarme con otres, a cambiar este mundo.

Así que acá llego, un poco como el filósofo budista Nagarjuna, negando toda categoría posible. Transiciono de la nada hacia la nada. “Transición” queda colgada, suelta, eterno y puro trans sin binario. Transición fuera de toda persona, ilimitada en su transformación.

Transición que se entiende mejor si me salgo de mi misma. Transición que solo se detendrá en la utopía.

Me encanta. Soy trans. Trans*, con asterisco. En proceso de trans-formación. Trans-humante, trans-humana. Intento contribuir a la trans-formación social. Un ser trans-individual. Intento ser trans-gresora.

無我t無我

[5]

Si leiste hasta acá (¡y me aguantaste!) sos muy linde, te quiero mucho uwu, besito u3u. ¡Que tengas un muy feliz devenir y estar siendo! ^w^

Meme:

Meme: Link del Legend of Zelda levantando una bandera trans. Al lado el texto "Es mí género y si quiero falopeo sobre él"

Notas al pie:

  1. Hablando de etimologías. El “-ferencia” de “transferencia” es de la misma raíz que el “-foria” de “disforia” y “euforia”. Phoros es “llevar” o “cargar”. Y disforia (en el contexto más amplio de la psiquiatría) significa que no lo lleva bien :(, que no soporta la carga. “Euforia” significa, con fuerza para llevarlo, que lo lleva bien :). Mismo con “metáfora”. Toda esta nota al pie la plagié miserablemente de Dysphoria Mundi de Paul Preciado.

  2. Aunque reconozco que, más allá de la experiencia subjetiva que menciono, “varón” es parte de mi pasado, de mi historia. Viví (mal) unos años en ese mundo varón. Tengo un pasado viviendo con otros varones. Viviendo como otros varones.

  3. Acá es interesante comparar con el concepto de “episteme de lo mismo”, de Ana María Fernandez (en youtube hay lindo material de ella). En el patriarcado no hay A y B. Hay A y no-A. Hay varones, y quienes no somos varones. El binarismo es como el código binario, 1 y 0, on y off. Existente e inexistente. Solo existe la sexualidad del varón, la mujer no tiene sexualidad propia, una alternativa “B” a “A”, está solo para satisfacer al hombre, existe para “A”. Blanco y no blancx. Sano e insane. Capaz y discapacitade. Dueño, con propiedad privada y capital, y desposeíde, con sus posesiones mercantilizadas como propiedad.

  4. ¿Sabías que el número 4 es como de mala suerte en Japón porque suena como “muerte”? No sería auspicioso que hubiera una cuarta nota al pie.

  5. Con estos caracteres, les chines y japoneses escriben el concepto budista de anattā, no ser. En el mismo lugar puede escribirse 相即, que significa “inter-ser”. Sin embargo me gusta más la atmósfera tétrica de 無 (wu/mu) que es una negación. Y también como se el sonido del ladrido de los perros “wu! wu! wu!”

por Maite mastodon