17/02/2025
♪ Oliver y Benji – Miguel Morant ♪
ˣ Especismo ˣ
Estoy algún sitio de la Comunidad Valenciana, en un comedor de camping con la gente del curro, en una especie de convivencias de trabajo (aunque parece una quedada entre peñas de aficionados de algún deporte[yo diría que baloncesto]).
La “peña” anfitriona nos ha preparado una comilona maravillosa, y me estoy poniendo ciego a restos de cocido, con su morcillo y chorizo, intercalándolo con unos enormes trozos de tarta de tres leches.
Además de la comida nos han preparado unos regalos a las sedes de otras ciudades, y a mí, además, me han dado un premio por “guay”.
Se trata de dos equipaciones del Real Madrid de fútbol pero en tela de peluche.
Les digo que ni de coña me van a ver poniéndome algo del Madrid.
Nos partimos el ojete.
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ˣ Salud mental ˣ
Estoy con mi familia en una sala para comer de alguna oficina.
Yo estoy muy cansado, y todo el mundo está riéndose de mí.
Les pido que paren, pues me están haciendo mucho daño, pero las risas siguen.
Estallo en llantos de impotencia.
No importa. Las risas no cesan.
No importa cómo lo explique.
Da igual, la burla sigue.
La sensación de impotencia, rabia y odio me superan.
Y el cansancio solo aumenta.
Estoy muy triste.
Solo quiero que todo pare.
Solo quiero que todos desaparezcan.
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Es el día de Noche Buena, y estoy en la casa de 14, a escondidas, parece.
Miro dentro de un armario y me encuentro parte de los regalos.
Son todo felpudos personalizados.
Hay alguno que mola (con muñecos de Toy Story para 15, de Pesadilla antes de Navidad para 16...).
En el mío sale un vestidor lleno de camisas hawaianas.
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ˣ Violencia ˣ
Es de noche, y estoy en casa de mi padre, tumbado solo en su cama, trabajando.
Al lado tengo a un vecino que huele mal y con una dentadura horrible.
Está poniendo música en un altavoz, mientras me habla de cosas que no me importan, le da exactamente igual que le ignore de manea grosera por estar molestándome.
Cuando le digo que pare, me pide perdón y se va atravesando la pared (como si pudiese cambiar de fase).
Me levanto y me asomo al salón, y veo a mi padre con 17. Se han sobado con la tele encendida.
Me doy la vuelta, y miro en nuestra habitación. Veo a mi hermano, con sus gafas, también trabajando en el portátil.
Es completamente ajeno a mi presencia.
Yo solo pienso en hacerle daño. Le odio mucho, aunque no sé por qué.
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ˣ Violencia ˣ
Estoy en un cuartel militar. Soy un nuevo recluta, así como varios chicos que tengo a los lados.
Otro chaval y yo estamos haciendo fondos como castigo.
Cuando terminamos, el sargento nos obliga a hacer más.
Junto a la cabeza tengo un bidón de unos 3 litros con un “ácido para motores”.
El sargento nos dice que los dos que más tarden en hacer los fondos tendrán que hacer gárgaras con el ácido.