Mientras duermo

♪ La tormenta – Los Piratas ♪

Estoy en lo que parece el dormitorio de casa de mi padre, con Bradley Cooper y otra chica. Estamos tumbadas en la cama, mirando como, desde un hueco en el techo, asoma un brazo de un xenomorfo.

Lo mueve agitándolo para todos los lados, cual gatete intentando cazar algo al otro lado de una puerta, o desde dentro de una caja de cartón.

Nos reímos del patético y lindo intento de matarnos.

Luego nos pegamos el lote.

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Estoy en mitad de un bosque, muy verde, frondoso. Muy irreal.

Los colores son como dibujos turbios a acuarela sobre el aire, aunque hay profundidad y volumen, todo tiene una apariencia plana.

Me quedo un buen rato mirando hacia el final del camino, sin moverme, disfrutando la vista.

Después de un rato, me pongo a pintar espirales negras con el dedo, sobre el aire, como si hubiera un lienzo entre lo que veo y mi mano.

Las espirales pasan a formar parte del conjunto, moviéndose con algún tipo de ánimo, pero sin conciencia. Una especie de tentáculos gigantes, muy carnosos, pero vegetales. Con colores entre el negro y el verde.

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Albert Monteys me pide que le entinte unos dibujos.