05/02/2025
♪ Otoño y octubre – Alegando el corazón ♪
Estoy en una especie de hostal, de vacaciones, en una especie de viaje de fin de curso.
Estamos en una sala que es mitad dormitorio, mitad sala común. Es de noche. Hay mucha gente charlando. Me estoy comiendo un bocata.
Sin venir a cuento, alguno de los chavales me empieza a tirar tierra a la cara gritando “TIERRAS RARAS, SON TIERRAS RARAS!“.
Sacudo como puedo lo que me ha caído en la cara, en la barba (que, al parecer, ahora tengo) y en el bocata; y sigo comiendo.
A mi lado está Dustin Hofman caracterizado como Mrs. Doubtfire (Ni Dustin Hofman como Tootsie, ni Robin Williams como Mrs. Doubtfire. Dustin Hofman como Mrs. Doubtfire).
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ˣ Violencia – Alcohol ˣ
Estoy en una especia de after clandestino llevado por alguna especia de mafia cutre. El sitio es muy oscuro y modernete. Todo negro, espejos y luces azules
Una chica y yo vamos a la barra a pedirnos un par de tercios. La de la barra nos dice que son 1.80, a lo que digo que me parece muy barato (muy contento yo), pero justo me dice la de la barra que no, que eso de 1.80 es una contraseña para la mafia, que están vigilando; y justo se abre una puerta secreta a su espalda, donde se ve que hay un señor muy serio sentado detrás de un ordenador, haciendo “cosas de mafia”
Al final nos cobran 20 euros por las 2 cervezas.
De pronto, hay un jaleo cerca de la entrada, donde una puerta de cristal blindado nos separa de un colgado con traje, que trata de entrar a pura balacera.
Lo consigue, y un tipo con pinta de contable enclenque empieza a pelear con él.
En mitad de la pelea se dan cuenta de que “son de los buenos”, que uno es 007 y el otro es su relevo.
De pronto soy yo 007.
Paramos de pelear.
Nos vamos a beber una cerveza
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Estoy en el funeral por el padre de 1 Se parece mucho a lo que era el Palacio de los Deportes, pero está sin gradas, y lleno de mesas, parecido a lo que se ve en las galas pijas de la tele.
Estamos hablando con 1 de lo difícil que es quedar para vernos, que vaya agendas tenemos... y justo tenemos que dejar de hablar porque empieza un besamanos
y todo se transforma en la boda de mi hermano, en una pequeña sala (casi el salón de una casa).
Casi no queda nadie, y el camarero (pantalón negro, camisa blanca, pajarita negra y bandeja en mano), nos dice que hay que ir aligerando. Poco le importa que le diga que el que se casa es mi hermano.
Me acerco a la ventana mientras me pongo el abrigo, y lo que veo al asomarme es el desierto de arena de la serie de dibujos (no de la película) de Bitelchús, con sus gusanitos y todo.
Bitelchús me dice desde fuera que está lloviendo mucho.
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Son unas fiestas de pueblo. En el centro de la plaza hay un enorme toro mecánico hecho de acero, y le han puesto antorchas por todos lados, por si las aristas que tiene no son lo suficientemente peligrosas.
Estoy como loco porque la cola avance y me toque el turno de subirme.