El demonio de la lástima

Sentir lástima.

Me da pena.

La autocompasión en tus días de astenia o distimia. O alguna autoreceta de esas. Salvar el culo de una piedra. Luego convertirte en piedra. Y desear ser lanzada para ser un canto rodado en la arena.

Lástima.

Demonio de doble cara.

Jugando a dos bandos en el que pierden todes. Con la lástima se justifica el acto genocida, y ya sin mentar las pequeñas atrocidades en lo cotidiano de la vida.

Por favor, Si me quieres no me tengas lástima. Si algún día languidezco, córtame la cabeza. Mejor que salga un reguero de sangre, a que me atrapen las ideas.