Brillo de arena

A veces tengo sueños alienígenas, que piso el suelo de Anarres y que por primera vez, caminamos ligeras o, según se torne el sol, somos perres.

Que la cosa se diluye líquidamente y somos tan libres, tan poco individuales que sólo puede ser porque apagamos la mente, que ya no importa si nos devoran chacales.

O hienas, o buitres o la tierra misma que allá donde miremos brilla Monoceros sin inquietarle lo más mínimo el carisma de los seres que no fingimos los peros.

No quiero despertar de este mecer, me quedo con el brillo de la arena que, al reflejarse en tus ojos, por carecer carece de todo tipo de pena.